viernes, 30 de abril de 2010

CLEGG, EL SANDWICH

Llevábamos meses con los conservadores por delante en las encuestas, pero en esta campaña Nick Clegg ha conseguido acaparar toda atención y esperanza de los electores gracias a su distanciamiento de sus dos rivales.

Y ahora me pregunto si no habrá gozado de cierta ventaja en los tres debates electorales por haber estado en medio del candidato conservador, David Cameron, y el laborista, Gordon Brown. El efecto visual de los cara a cara ha sido el de un líder más joven que los otros dos y oprimido por sus argumentos, que aprovechó para recurrir más de una vez al ''ya están [estos dos] otra vez'', una queja a la que ayudó el color chillón de su corbata -dos veces amarilla y la última, naranja.

Apuesto a que el éxito de 'Sandwich Cl-egg' no ha sido tanto la atracción de sus propuestas como el morbo de que figurara en el centro de la escena, pudiendo dirigirse a uno y a otro girando la cabeza en la dirección deseada, como un árbitro de boxeo, un agente de movilidad o un portero de discoteca. Clegg ha sido el más cercano a los ciudadanos porque ha sido una deliciosa amalgama de yema amarilla con lechuga y atún prensada por dos rebanadas de pan.

jueves, 29 de abril de 2010

DESPEGAR DE MADRID Y ATERRIZAR EN FRANKFURT

DESPEGAR DE MADRID

Todo empieza justo antes de embarcar, cuando uno coge un libro y a duras penas puede leer, porque todo le distrae: desde los mensajes satánicos de algún político, que se niega a desaparecer del televisor que han colocado en la sala de espera, hasta los chillidos de alguna loca emocionada, pasando por la tripita de un Guardia Civil que circula en solitario por los pasillos del aeropuerto.

Al embarcar en el avión, todo parece retrotraer al personal a los años de excursión de Primaria, porque el aparato se llena de noveleros e intranquilos que en lugar de amenizar el viaje lo alteran. Nos dirijimos a la pista de despegue, listos para irnos. El avión coge velocidad y uno empieza a escanearlo todo, pero sobre todo cuando se eleva en el aire: tierra yerma, autopistas cada vez más vacías, milagro si hay algún camión (símbolo de la productividad de un país, si es que no se dirige de Portugal a Francia sin hacer escala), chabolas y chabolas, más chabolas y algún que otro turismo haciendo la pirueta. A pocos metros, o eso parece desde mi asiento, veo barrios residenciales con una piscina por cada casa; y de repente una amalgama de nubes nos agua la fiesta. Tres horas para dormir.

ATERRIZAR EN FRANKFURT

La Tierra es marrón, no caqui, y lo verde es verde de verdad. Con tanto árbol, uno no sabe si está llegando a Alemania o a la Guayana venezolana. De repente, una serpiente roja que avanza a gran velocidad, yo diría que más rápida que nosotros: se desliza junto a un río muy caudaloso, debe ser el Danubio. Es un tren. Seguimos bajando. Invasión de camiones, esto es productividad señores. Conducen con gran ritmo, a gran velocidad. La pureza del aire y la limpieza de la superficie se adivinan desde mi ventanilla. Llego a Frankfurt Hahn y todo es muy mecánico, todo funciona y nadie descansa, bajamos en seguida, tres personas se ponen sus petos para indicarnos la salida, y mientras, tenemos el placer de ver despegar un helicóptero que está haciendo pruebas.

Hay dos policías serios, que no hablan, en la sala que nos recibe. Son fuertes y altos, y sólo se dedican a inspeccionar a los advenedizos. El silencio en la terminal no es sepulcral, pero sí eucarístico. Es un verdadero placer. Es el primer mundo.

¿Dos países en la UE?

miércoles, 28 de abril de 2010

TE ESCRIBÍ CARTAS Y LAS ROMPÍ; TE COMPRÉ LACASITOS Y ME LOS COMÍ

A veces, en este país de todos los demonios, dan ganas de salir de madrugada y remedar a Colometa, la protagonista de la Plaza del Diamante, que al final de la novela, con todas las penurias de su vida sobre sus espaldas, se cruza toda Barcelona ente las tinieblas de la noche para acabar lanzando un chillido felino al aire.

Aunque claro, hay que saber escoger qué noche la imitamos. Si el escenario del sainete en cuestión se da en España, éste debe ser, para empezar, de lunes a viernes; porque de viernes a domingo cualquier desahogo se confunde con los berridos continuos de los insensibles, los que en pleno barrio residencial ponen a todo volumen lo último del momento atronando a los que sólo quieren dormir.

Pero Colometa, cuyo nombre real era Natalia -que fue sustraído por su marido, muy mandón- vació sus frustraciones muy mayor, y después de experimentar un cierto repunte en su vida, con su nuevo marido, el tendero, y el desarrollo de sus hijos. A un servidor de tan corta edad, pensar ahora mismo en Colometa como ejemplo, que además es ficticio, es algo más triste: ¿soy yo el único que se da cuenta de la prescindibilidad de los protocolos sociales? ¿me pasa sólo a mí, o hay más gente que percibe que en España escasea el interés por el prójimo cuando no es para conspirar? ¿soy un bicho raro si digo que el 96% de la gente es demasiado conformista con los que le rodean?

Parece ser, me dicen, que me he precipitado. Pues dejen que les diga a los que coinciden con este pensamiento: me importa un pimiento el protocolo con el que he de actuar, creo firmemente en la curiosidad por el otro (siempre que la cosa trate de temas trascendentes), y voy a seguir siendo muy inconformista con las personas que vaya conociendo; esto es, si hasta 2012 no me intereso por otra, que así sea.

domingo, 25 de abril de 2010

A CONCIERTO SUBLIME, PUBLICIDAD SUBLIMINAL

Hasta las 20:00 horas de ayer, nunca había sabido apreciar los conciertos. Me aburrían y me parecían una pérdida de tiempo que podía utilizarse mejor en escuchar música por la radio simultáneamente con otra actividad productiva. El concierto de Cadena 100 de ayer, en el Palacio de los Deportes, me abrió los ojos, y por ellos entraron las canciones, cuyas notas no tenían bastante con mis oídos ni con los poros de mi piel, que también parecían permeables al placer de la música pop.

Lo que más me gustó fue la variedad de grupos y estilos, y su calidad, porque ya había estado en un concierto de Eros Ramazzoti en febrero que me aburrió por la monotonía de sus baladas. Pero lo que no podía esperar que me impresionara tanto fue la actuación inmejorable de los presentadores de la cadena, el Pulpo y Javi Nieves, con sus respectivas compañeras. La excitación hubiera ido a más para cualquier embajador vivo de la Escuela de Frankfurt en aquel coso, pues justo antes de comenzar el concierto, el Pulpo hizo una intervención publicitaria aparentemente simple pero muy directa y honda:

- A ver!!! A la de tres...!!! Yo digo Uh... vosotros respondéis Ahhhhh!!........... Allá voy, UH!!!
- AHHHHHhhhhhhh -dijeron los 15.000 asistentes del público.
- Sacatun que pen que sumun que tun [...] -cerró el Pulpo, granjeándose algunas risas y muchas imitaciones.

El más deseado de la noche fue con diferencia Alejandro Sanz, que se despidió entre noes de los asistentes; pero sin duda, el que más me gustó por su personajía fue Nacho Cano. Este mono con espalda y brazos de Robocop, pelo de Mc Guiver en sus años mozos y unos cojones que le llevaron a zambullirse entre el público, dijo que confiaba en no romper el piano esa noche, dada la fruición con la que tocaba, pero nada más terminar su actuación, un ánimo oscuro o las exigencias del guión quisieron que Cano empujara con sus manazas el instrumento, que cayó hacia delante sin que nadie lo esperara; el cantante, loquísimo como pocos, dio exiguas gracias y se fue corriendo a los bastidores como un hombre que acaba de dar un tirón de bolso a una viejecilla.

Calvo, en una maniobra que ponía la guinda a un marketing perfecto, repartió azafatas a las salidas de los vomitorios del Palacio de los Deportes para regalar ensaladillas de atún a los asistentes, y entonces Dios creó la almadraba perfecta, y un servidor quedó atrapado en las redes del capitalismo, mugiendo por llegar a una boca del metro como el pez desea escurrir el anzuelo y volver al agua.

sábado, 24 de abril de 2010

TODO EMPIEZA UN VIERNES

Hoy se cumplen seis años de aquel día, en la parroquia, 24 de abril de 2004. Ella no se acuerda, porque detrás de mí han pasado dos o tres, y uno de ellos a intervalos. Pero yo me acuerdo muy bien de todo lo que ha pasado en estos seis años.

2004, el año de los 17 años de edad, el año en que adquirí la plena conciencia de mis actos. Reforcé este desarrollo intelectual un año después con 12 meses en Canadá, además de los múltiples viajes por varios Estados de EEUU, donde puse fin a mi felicidad al tomar plenísima conciencia de la realidad de la vida. Y es que no sólo desconecté de mis amigos, de Sevilla y de la forma de ser que yo tenía en España, o de las formas de relacionarme: también empecé a desenvolverme y a cuidarme de cosas que, de nuevo en España, desaparecieron. Ningún negro me preguntaría por mi vida en una parada de autobús en Madrid. En Anchorage, Alaska, sí es posible. No es tan duro el exilio como el retorno. El colofón fue el comienzo de la carrera en Sevilla, donde gracias a la profesora de Literatura Pilar Bellido destrocé los últimos recovecos de felicidad al sumergirme con tanta fruición en la lectura de libros.

Se trata de tres hechos, los resaltados en rojo, que han definido el rumbo del resto de mi vida.

En poco más de dos años, todo mi yo había cambiado espectacularmente, y me daba la sensación (sensación que sigo teniendo, a mi pesar) de que nadie más que yo había cambiado. ¿Ombliguismo? Todo lo contrario: a diario me fijo en los demás, observo su comportamiento, trato de entablar conversaciones incluso con quien no me apetece, y resulta que nadie ha salido de la adolescencia. No estoy pidiendo sustituir una noche de discoteca por una tarde en el Café Gijón. Pero sí me frustra no encontrar a una persona con plena conciencia de sus actos, un año de bagaje en el extranjero y muchas lecturas; y ahora, seis años después, creo haberla encontrado.

¡Ay! Pero qué feliz era antes. Entonces ahora, acabando Cuarto, me pregunto, antes de irme de Erasmus: ¿Me tiraré de los pelos en el futuro por unos objetivos a medio cumplir, en medio del arrepentimiento de una juventud casi desperdiciada? Una duda me carcomerá siempre: ¿hubiera sido posible encontrar a las personas correctas en la Facultad? ¿Es un problema mío o ciertamente de que los demás están a años luz de mis intereses? Siento el ombliguismo, nuevamente, pero he de decir que creo más bien en lo segundo, porque me han bastado tres viajes a Italia (Giuseppe, charlas milanesas sobre la vida, mujeres y religión), Francia (conversaciones en francés con Alinne sobre política, juventud y economía en ese tren de París a Orleans) y Alemania (Disertaciones en Frankfurt con Paulius, un lituano de 19 años que congeniaba casi a la perfección conmigo) para darme cuenta de que la felicidad está fuera de este país de todas las maldiciones.

24 de abril de 2004. Seis años después, siento que el gusanillo ha vuelto a despertar en mi estómago. Es una llama especial, que va más allá del cariño. Desear a alguien y sentirte correspondido, y lo que es más, no dar marcha atrás en tus intenciones por pensar con desdén que has conseguido llamar su atención; porque ves y confías en que puede salir bien, todo es como volver a 2004, a aquel día en el jardín posterior de la parroquia, donde una tarde de catequesis se convirtió en uno de los días más memorables de la adolescencia.

martes, 20 de abril de 2010

LUNA DE MIEL CON LA MUERTE

Lo peor de la muerte no es que desaparezcas, o que no sepas nunca qué hicieron con tu cuerpo, que no satisfagas la curiosidad de saber quién fue a tu funeral, que desconozcas el destino de tan raro viaje o el precio del billete, incluso si a éste se aplica el descuento del carné joven, en su triste caso.

Lo peor es su raíz femenina. Muerte. La sóla pronunciación provoca una ligera sonrisa forzada a cuenta de las dos 'es'. Para los hombres, digo, es una desgracia especial, porque se trata de un ente femenino que nos atrapa para llevarnos a algún sitio, o, por lo menos, y esto es seguro, quitarnos de otro. Para más inri, se trata de algo más eterno que el matrimonio. A decir verdad, la muerte es la clara enemiga de la libertad, porque nadie elige morir; también es cierto que nadie escoge nacer, como tampoco escogemos a nuestros padres, la cultura que vamos a tener, el entorno...

Los ingleses fueron los más listos: 'death'. Pronunciado tez, el hecho se relativiza. También se suaviza. Tez es el ruido que hacemos al cortar nuestra tira de papel higiénico, el crepitar de una hoguera, la leve risa de un amor que se te declara con los ojos, y todo lo provechoso que podemos hacer en este corto tiempo sobre la Tierra.

sábado, 17 de abril de 2010

POR QUÉ LOS VIEJOS NO SONRÍEN

Me alegra muchísimo ver a un anciano reirse, y no digamos lanzando una carcajada. Al mismo tiempo, me molesta ver continuamente adolescentes riendo e incordiando. Es una cuestión de hartazgo: rechazamos lo repetitivo, adoramos lo excéntrico. Esto ocurre con las comidas. Si todas las noches cenamos ensalada, el día que llegan los sanjacobos se nos dibuja una sonrisa instantánea, se nos dilatan las pupilas y todos nuestros problemas parecen evaporarse junto con la comida en la sartén.

En serio, me agrada ver a un anciano sonreir. O mejor dicho, me aterra ver que la inmensa mayoría está siempre seria, algo que no se debe sólo a la experiencia de la vida, la madurez, la responsabilidad, las lecturas, la costumbre o el cansancio; es algo más. Las personas mayores van serias porque, a mi entender, cargan con un bagaje de recuerdos, nostalgia y arrepentimientos mucho más pesado que cualquiera de los nuestros. Sólo unos pocos afortunados son capaces de desprenderse de esa maleta y sonríen constantemente, incluso ante las cosas más futiles.

Yo, que no he leído casi nada; que sólo he visto 23 países, todos en occidente; que apenas tengo experiencia de calle porque ésta me abruma; que no consigo acostumbrarme a las putadas diarias; me siento a veces muy viejo. Me miro en cualquier reflejo y digo, ¿por qué estoy tan serio? Soy joven y aún no tengo el bagaje necesario para un semblante frío. No es infelicidad, estoy seguro. No puedo ser más afortunado. Quizá es tan sólo la soledad de pensar que, si he visto 23 países con 22 años y no sonrío, ¿cómo puede sonreír alguien continuamente sin haber terminado un libro, sin haber puesto un pie fuera de España, etc.? Estoy serio porque pienso en el qué hubiera pasado si... ¿Qué hubiera pasado si hubiese seguido una vida del montón? ¿Sonreiría? ¿Me harían gracia las banalidades cotidianas de la universidad, de mi entorno? Estoy seguro que me conformaría con cualquier cosa. Pero no ha sido así, y mi ambición no conoce límites. Estoy condenado a seguir deseando más, y por tanto a poner unas cotas que a veces se me antojan inalcanzables.

SOCIALISMO: LA MUERTE DEL FRACASO

Guapo el de la derecha, ¿verdad?
Dice Enrique de Diego muy acertadamente que el Socialismo, al igual que el Nazismo, debería haber quedado en los anales de la Historia con su sambenito correspondiente, su imagen repulsiva de cara a la sociedad de nuestros días; que como ideología fracasada -URSS, Cuba, Corea, Pacto de Varsovia, Alemania Oriental, etc- debería haber muerto en la cuneta de los años que nunca perdonan.

Pero, al igual que con el Derecho, una cosa es lo que la realidad es y otra lo que debería ser. Ciertamente, el Socialismo como ideología sigue consiguiendo adeptos entre la juventud de cualquier país, si bien hoy es raro encontrar (a excepción de la España different) un gobierno democráticamente elegido que se haga llamar socialista. En Inglaterra son laboristas, y Portugal por proximidad casi no cuenta, por tomar los dos ejemplos más cercanos, y casi únicos. Nuestro país es el de mayor número de engreídos por metro cuadrado de Europa, lo cual provoca que ante una caída general del voto rosa en este continente, el PSOE se mantenga firme y numeroso en nuestras fronteras.

Sólo este engreimiento justifica el éxito de una ideología trasnochada. La gente sigue creyendo en el PSOE porque, al igual que en Venezuela, si cada vez hay más pobreza, también habrá más argumentos para votar a aquellos que en su programa electoral incorporan la erradicación de la pobreza. El propio lexema ''social'' lleva a tararear a los más cómodos de pensamiento aquello de ''Virgencita virgencita, que me quede como estoy'', y a rechazar cualquier alternativa a los mesías de la clase obrera.

-¡¡Eh... eh...!! -Salta el reaccionario. -¡Un momento! Es que este PSOE, en realidad, no tiene nada de socialista -asegura el idealista, el que nunca vota al PSOE porque no le convence. Sin embargo, de filiación, se considera socialista, heredero de los propósitos de la II Internacional. Pues bien, sería divertido comprobar cómo me juzgaría esta pobre sociedad si yo ahora dijera, a bote pronto, que me considero nazi pero que los proyectos del Nazismo (Nacionalsocialismo) no llegaron a cumplirse. Llevar una camiseta con el puño y la rosa no debería distar mucho, pues, de vestir una camisa de manga larga con el parche de la esvástica, porque todo lo que tendría que decir es que mi compromiso con la cruz gamada es un compromiso fiel, muy distinto del de Adolf Hitler. ¿Me darían tiempo siquiera a explicarme, o el homo videns de turno me daría la paliza de rigueur?

jueves, 15 de abril de 2010

DIAGNÓSTICO: FRUSTRACIÓN CRÓNICA

No cojeo pero de muy mala leche, al estilo de House, me he autodiagnosticado hoy mismo, en el comedor de mi facultad. Me he dado cuenta de que el origen de mis días frustrados, de mis horas condenado al ostracismo, es el análisis a fondo de lo que veo. Éste es el diagnóstico. Con respecto al remedio, que es peor que la enfermedad, éste consta de cuatro píldoras: no observar; no analizar; pasar del tema; ser periodista del montón.

Me explico. Llego a las 13:30 al gallinero... quiero decir, al comedor de la facultad, ese salón inmenso al que van llegando decenas de adolescentes y vividores que se dicen universitarios; y observo atónito que, pese a que el menú del día ofrece de lunes a viernes cuatro primeros y cuatro segundos, casi todos portan lo mismo en su bandeja: huevos fritos, patatas, frituras, macarrones con tomate, etc. O sea, la comida que a los seis años rogábamos a nuestras madres so pena de patear la nevera o llorar hasta la hora bruja.

No sólo eso. Minutos más tarde mis ojos se tornan verdaderos catalejos, intrusos, a veces insolentes (por eso nadie suele sentarme a mi lado), y entonces veo algo horrible: gente de Tercero, de Cuarto curso, totalmente dependiente de los demás, y por cuya mirada ingenua y despreocupada me doy cuenta de que, si les pregunto, muy seguramente no sabrán nada de los Gal, ni del caso Naseiro, ni de los juicios a los implicados del 23-f, ni de quién ha ganado cuántas elecciones en España, y si me apuran, ni de cómo se llama el actual ministro de Trabajo.

DOS CIFRAS ESPELUZNANTES

Hoy, dos cifras que me han llamado mucho la atención, porque son el fiel corolario de los problemas de España. La primera es 12.000. Se trata de euros: dos millones de pesetas que ha pagado la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid a cuenta del tabaco que se fuma entre muros, según informa una profesora de Derecho de la Información. El génesis de esta sanción de inspección es, según la misma fuente, una denuncia anónima. En seguida me di por aludido, pues he sido yo el que ha presentado hasta dos escritos en Registro, el segundo de ellos amenazando con avisar a las autoridades. Resulta gracioso, y cuando menos laberíntico, imaginar el recorrido de esos 12.000 euros: una administración pública multa a un centro educativo público (financiado por aquélla) por no cumplir la ley. Pero, ¿es que en esa facultad no se hace nada? preguntará, con razón, el enojado contribuyente. Efectivamente, las bedeles que hacen las veces de funcionarias se cruzan de brazos y creen que no merece la pena llamar la atención. Para eso están las bedeles, para no hacer nada. Algo es algo.

La segunda cifra es 120.000. Es el número de españoles que ha hecho las maletas desde 2008 para buscarse un futuro mejor fuera de nuestras fronteras. Lo cuenta hoy Elconfidencial, y los comentarios de los lectores no tienen desperdicio: envidia, adscripción y sobre todo, comprensión. Este país de todas las maldiciones no saldrá de 2010 sin los correspondientes cinco millones de parados.

martes, 13 de abril de 2010

BACK TO REPUBLIC TIMES

Mi padre me ha regalado un libro con mucho cariño, Paracuellos - Katyn, de César Vidal. Al extendérmelo, pude notar en su mirada la lamentación que luego expresó con palabras:
-Es un relato de los crímenes cometidos por la izquierda en España, y de los métodos utilizados, muy al estilo soviético. Y cuando lo lees, dices: coño, es que estamos iguá iguá iguá que en los tiempos de la República.

Hoy, en Madrid, se ha reproducido fielmente la agitación que empezó a barrer España a partir de octubre de 1934. Los líderes de los sindicatos UGT y CCOO, que no olvidemos son subvencionados con dinero del Presupuesto, cuando el país roza los cinco millones de parados; con diputados y militantes socialistas, actrices y una afluencia masiva de estudiantes de la Complutense, se han manifestado en la Facultad de Medicina a favor del juez Baltasar Garzón y contra el Tribunal Supremo, alegando que ''Franco vive'', o al menos su espíritu, y que la sociedad está siendo, cuando menos, expoliada de sus derechos.

No bastaba con que una parte escasa de la ciudadanía denunciara la dejación de funciones de los ''representantes de los trabajadores''; hacía falta que los pancisto-sindicalistas desviaran su atención a otros temas como este, al igual que sucedió con el Prestige, con la guerra de Irak y otras batallitas.

La guinda de este pastel la han puesto más tarde Almodóvar y los suyos, los que han estado acaparando el banquillo titular del cine español en los últimos 20 años, y no sólamente por premios y méritos propios, sino por un afán inmenso de las autoridades públicas y el establishment cultural español de marginar a los primerizos, los discordantes y los prometedores.

domingo, 11 de abril de 2010

TORMENTA DE AMOR

Al igual que los rayos, el amor puede tener al fulminarnos bien carga positiva bien negativa. Cuando dos personas comienzan una relación, normalmente se debe a que ambas han sentido una cierta química, un punto en común. Pero en los últimos días me invade la extraña sensación de que mucho más que los puntos en común de dos personas, al comienzo de una aventura importa mucho más el signo de la carga que embarga a cada sujeto.

Es decir, dos personas pueden ser almas gemelas, pero si en el momento de conocerse uno se encuentra con carga positiva (felicidad) y otro con negativa (una mala semana, un mal día, un mal momento), probablemente jamás lleguen a pasar un sólo día juntos, porque al menos uno de ellos pensará que la otra persona no es para nada de su tipo.

La electricidad ha conseguido un hueco en la física, en las matemáticas y hasta en bellas artes. No sería extraño que con esta teoría mía, pronto se hablara en las escuelas de todo el mundo de la poco deseada ''tormenta de amor''.

martes, 6 de abril de 2010

GÜRTEL

El año que viene, cuando disfrute plenamente de mi beca Erasmus, tendré serios problemas cuando vaya de compras. No pienso adquirir cinturones; mejor que me los regalen. Tiene gracia: tengo terror a pedir Gürtel -correa en alemán. ¿Para qué comprar cuando te lo pueden regalar? No obstante, al mismo tiempo me da grima aceptar este tipo de regalos. Creo que tendré que conformarme con ir sin cinturón, y me resignaré a ir con los pantalones bajados.

Pero para bajada de pantalones, la que está sufriendo Rajoy y su partido. Es cierto que todo esto de la trama Gürtel no es más que mierda removida, que como decía mi abuela, huele peor que la mierda estática/oculta. Un ejemplo de mierda estática/oculta es la que hay en la Comunidad Autónoma de Andalucía. Pero mañana hablaremos del Gobierno andaluz.

Como digo, se remueve la caca, y lo que hoy hemos visto no es sino el levantamiento del secreto del sumario (con horas de retraso por un problema técnico), por lo tanto, ''nada nuevo'', como dice Rajoy. Pero, señor presidente del principal partido de la oposición, cuando España roza el 20% de paro y un pasotismo social de cotas inauditas, usted se limita a decir que no hay ''nada nuevo'' y eso no es bueno.

El partido que gobierna este barco a la deriva llamado España salió a decir ayer que Gürtel es el caso ''más grave de corrupción'' de la democracia. El señor Rajoy se conforma con sacar en las encuestas seis puntos al partido de marras, que ya salió del poder en 1996 por el desencanto de los españoles a cuenta de los infinitos escándalos diarios de corrupción de la buena, o sea, no relacionada con regalos, sino con alunizajes en la caja del Estado para favorecer a unos pocos que aterrizaban en un país del Sudeste asiático, por poner un ejemplo, y 15 años después salían de la cárcel bien abrigados y declarando desconocer el destino del dinero.

Pero Rajoy es paciente y sigue concentrándose en la oposición económica, eso sí, pidiendo ajustes de cinturón en los presupuestos del Estado. ¿Puede una oposición con los pantalones bajados pedir que el Gobierno se ajuste el cinturón?

lunes, 5 de abril de 2010

ESPAÑA, ESE CADÁVER

Vuelta de las vacaciones de Semana Santa y de nuevo en Madrid. De nuevo la desilusión. Cuánta expectación antes de llegar a la capital, dos años ha, y qué previsibilidad cada vez que vuelvo. Es la tercera vez que veo florecer en la capital; es la llegada de la primavera, y todo cambia de nuevo aunque en esencia todo sigue igual. Eso sí, cada vez más pobreza, más zapaterización de la sociedad, más desilusión y celo ante el vecino por perder el trabajo.

Resulta deprimente ver el aspecto de los transeúntes en Atocha a las 9 de la mañana. ¿Es así también en tiempos de bonanza económica? No recuerdo: cuando éramos ricos yo era demasiado pequeño. Ahora, pertrechado de poderes de observación, veo lo siguiente:

En Relay, portadas provocadoras de todos los periódicos, sin salvarse uno solo. El País, como casi toda la Semana Santa, abre con una foto del Papa por los abusos a niños y encabeza con un titular que versa sobre una de las piezas del rompecabezas Gürtel. Mañana habrá más. Salgo de la tienda y me incorporo a una autopista de almas muertas en cuerpos rápidos que no saben dónde van. Los unos miran a los otros, que visten más guapos; los otros miran a los unos, ¿qué miras?; el uno baja la mirada.

Como en estos últimos meses, mientras fijo la mirada en un punto muerto pienso en mi futuro a medio plazo: ¿de verdad quiero ser candidato a trabajar en una empresa periodística española? Por supuesto que me gustaría ser el Kane de principios del XXI, pero todo son obstáculos. ¿Debo centrarme en mi Erasmus, o se trata sólo de una trampa más, de un globo especulativo más donde meter todas mis esperanzas, mis deseos y mis sueños, que acabarán por estallar mientras esté durmiendo?

Hoy no voy a la facultad porque no tengo claro si hay clase. Lo peor de la crisis económica es que todo está tan vacío, tan cerrado y desanimado, que uno no sabe si es día laborable o festivo. Claro que hace tiempo que en España no hay nada que festejar.



Coda: el AVE pasa por Ciudad Real; me asomo a la ventana y veo un cartel de la UGT con el reclamo más demagógico e impresentable que he visto en meses: ''Tu empleo, nuestro trabajo''.