sábado, 4 de mayo de 2024

El sucio terreno en el que te obligan a argumentar sobre el aborto

Soy un gran seguidor de Charlie Hebdo, por lo que tiene de jacobino medio fiscalizador de la izquierda, incluída la extremista de Melenchon echada al monte con los islamistas.

Sin embargo, de vez en cuando se cuela algún pedorro o pedorra que, a mi modo de ver, tiene más de élite woke a la que azuzan con regularidad en Charlie Hebdo que de colaboradora de este medio.

Es el caso, por ejemplo, de Laure Daussy, que en mayo de 2022 comenzaba una columna sobre el fin de la doctrina Roe vs. Wade (que normalizó el aborto en Estados Unidos) diciendo que era una paradoja que esto se produjera ''en un país que se identifica con la libertad''. No es paradoja, señora, porque eso implicaría que el aborto, automáticamente, es para usted algo incluído en el paquete de las libertades naturales. Déjeme explicárselo con un ejemplo que va a entender muy bien usted. Como asumo que está usted en contra de la venta masiva y sin restricciones de armas en Estados Unidos, un fenómeno que muchos entienden como un derecho o una libertad, no se atrevería usted a decir nunca que una manifestación contra la industria o las asociaciones de armas sería una paradoja en el país de la libertad, correcto?

Continuó Daussy concretando esta libertad como ''libertad fundamental del derecho a disponer de su cuerpo''. No mujer. Es que no es tu cuerpo. Como dice Francisco Gijón, si quieres decidir sobre tu cuerpo, extírpate la matriz o el útero antes de emprender relaciones sexuales. La mejor prueba de que la mujer no puede decidir sobre su cuerpo es que un embarazo se produce si así lo quiere la naturaleza. Tampoco decide sobre la salud, inteligencia o físico de la criatura que da a luz.

Ya sé lo que muchos pensarán al leer esto: qué escándalo! un hombre blanco tenía que ser el que lo escribiera! Y es que lamentablemente, en tiempos de cancel culture, se ha puesto de moda cancelar especialmente a los hombres antiabortistas. Pero esto es tan estúpido como prohibirle a un hombre o a una mujer dar su opinión sobre la tauromaquia por no ser un toro.

En fin, este es el terreno al que nos llevan para argumentar. Pero hay que negarse a debatir desde ahí.

miércoles, 1 de mayo de 2024

La muy laxa ley de extranjería de Francia

 La izquierda está últimamente poniendo de moda la mentira como baza contra la propia mentira. Es fascinante. Y no es una maniobra monopolizada por Pedro Sánchez, aunque el artista se acabe de lucir en TVE acusando a Feijoo que querer que su mujer se quede en casa (qué mejor para resucitar a Franco que verlo en cualquier adversario político montándote una peliculita-bulo en prime time?).

No, estas obras de arte se ven también de vez en cuando en la prensa, no necesariamente El País. En Le Monde Diplomatique escribió por ejemplo Vincent Sizaire sobre la Ley de Extranjería del país galo. Queriendo demostrar que, al contrario de lo que dicen derechistas como Jordan Bardella, esta ley es más restrictiva de lo que muchos piensas, fue lo suficientemente atrevido para citar párrafos de la legislación con la intención de demostrar que Francia es un bunker ante la inmigración descontrolada, sin darse cuenta quizá que hacía el ridículo.

Antes de citar extractos del artículo de Sizaire, querría recordar aquí que sufrí una auténtica odisea para conseguir mi visado a Pakistán en diciembre de 2023, porque primero me pedían una invitación de un paquistaní y luego esta invitación no podía ser en un papel o carta cualquiera, sino que tenía que ser ante notario y con un papel especial. Luego exigían fotocopia del DNI paquistaní, en un país donde el DNI es un producto casi de lujo, algo así como exigir una piscina en su casa a un europeo. 

Según la Ley de Extranjería que cita Sizaire, La Administración ''podría denegar el visado en caso de riesgo demostrado de desviación de su propósito''. Seamos sinceros: qué persona extranjera postulando para un visado demuestra una desviación de propósito, o cómo lo averigua un funcionario francés a tenor de los documentos requeridos?

Segundo: la persona que desea hacer venir a sus allegados (no invitar a un turista desconocido, como me pedían a mí en Paquistán, sino traer a varios familiares) ''debe probar que dispone de un alojamiento adecuado -en especial, en número de habitaciones''. Desconozco si el funcionario francés tiene poder para rechazar que en una habitación quepan cuatro en vez de uno, dado que es legítimo tener dos literas. Además de sofá cama en el salón. Para Sizaire, esto son medidas que dan ''amplio margen de juicio'', pero lo cierto es que si yo fuera funcionario, lo tendría muy difícil para rechazar dadas estas condiciones.

Tercero, se exige que el solicitante acate ''los principios esenciales que, de conformidad con las Leyes de la República, guian la vida familiar en Francia''. De nuevo, qué demandante de visado va a poner en el cuadro de observaciones que viene al país para no respetar los principios republicanos?