Pues es bien sencillo, si ellos han oído antes al personaje esbozado. En caso de que no les suene ni por casualidad, ahórrate el dibujo, pues sólo van a poner esa cara que en dibujitos animados tipo Sinchan o Bola de Dragón sería salpicada por una lágrima de desesperación.
En esta foto de la derecha, tomada alguna tarde de julio de 2005 en algún cuchitril árabe de Montreal, donde tomábamos la entonces famosa o como poco reciente descubierta por mí Shisha (cachimba, aquí en España), salgo yo tratando da dar con la imagen ideal de Doraemon, Chicho Terremoto y Goku, que pincelé en modo superguerrero para la denotación del afamado personaje (hecho por japoneses, precisamente). Aún así les costó dar con ellos, oye.
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