En Puebla de Don Rodrigo (Ciudad Real), un vecino ha muerto porque uno de sus compañeros de cacería le ha confundido... con un animal. La cacería ha sido organizada por el ayuntamiento y, para más INRI, el coto municipal en donde cayó la presa recibe el nombre de ''El trampal del perro''.
Yo cuando he leído la noticia, me he acordado de Powder. En esta película, el calvito amante de la naturaleza trasladaba el dolor de un ciervo a la pierna del cazador, que de carcajadas pasó a chillar de dolor, ante el mutismo del rumiante.
El morbo, para los que aún no lo hayan encontrado, se encuentra en ese mismo mutismo cuando el dominante, el macho-man, acaba siendo fiambre. O polvo.
3 comentarios:
Como bien dice la sabiduría popular: "donde las dan, las toman".
No te voy a decir la terrible asociación de ideas que he tenido entre tu entrada y otra reciente cacería, porque es demasiado políticamente (hasta diría "moralmente") incorrecta!
Feliz semanaaa!!!
¿Por qué será que estas cosas ya casi ni me sorprenden? Nos hemos acostumbrado a oir tantas cosas raras, que pegar un tiro a alguien por equivocación ya casi suena a chiste. De hecho, admito que me ha hecho un poco de gracia. Ya sabes, reírse por no llorar...
Besis
Falete! que no te comente no quiere decir que no lea todo lo que escribes (que lo hago!)
Esta reflexión ha sido preciosa, gracias por compartirla con nosotros!
Besos!
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