Todos los medios de comunicación han coincidido hoy en que a Zapatero lo han acompañado esta semana sus hijas Alba y Laura en su viaje a Nueva York (sí, sé que sueña extraño, pero Zapatero también tiene hijas, lo que pasa es que no nos lo recuerda porque al menos en el tema de la familia ZP es muy conservador).
Ah... la familia... Un hombre que no pasa el suficiente tiempo con su familia no merece ser llamado hombre. Es una de las perlas de Marlon Brando. Pero para perla, la de hoy en la tercera sesión de control al Gobierno de este nuevo periodo de sesiones en el Congreso de los Diputados de este país con 4.300.000 (cuatro millones trescientos mil) parados.
Resulta que Rajoy ha vuelto a respetar este pacto de caballeros consistente en no acudir como jefe de la oposición cuando el jefe de Gobierno está ausente. La mitad de sus señorías -los escaños necesarios para tumbar la Ley del Aborto libre-, del PSOE y del PP, también han dejado sus asientos rutilar bajo los focos de bajo consumo instalados hace pocos meses, por entender que una sesión de control al Gobierno sin presidente del Gobierno es como una estación de servicio sin gasolina. Habría sido un buenísimo ejemplo de austeridad presupuestaria, un alivio para los depósitos del Reglamento de la Cámara, si no fuera porque mientras esos diputados ausentes dormían o se iban de compras tempranito con el runrún de fondo de los currantes camino de sus trabajos, sus cuentas corrientes seguían multiplicando los ceros en nombre del pueblo.
Pero lo más importante de todo, lo más caliente de este cuarto oscuro pero iluminado que es el Congreso, ha ocurrido en el primer piso de la grada popular. La ausencia de Rajoy. El mismo día que nos enteramos por Elconfidencial.com que el Partido Popular ha protestado porque ''los medios de comunicación son responsables de la invisibilidad de Mariano Rajoy''.
En un descansillo de la Democracia española en que empieza a relativizarse el juego limpio de los partidos, en que unos y otros comienzan a saltarse a la torera el pacto tácito de no levantar alfombras (ni siquiera felpudos), quizá Rajoy debería ser un poco menos caballeroso y más diligente -al menos- con esos miles de madrileños que le han elegido diputado por Madrid... para que acuda a cumplir funciones.
En cuanto a Zapatero, me encantaría experimentar la sensación que le haya carcomido al aterrizar en España estos últimos días, al imaginar que 1 de cada 5 coches que se deslizan, diminutos, bajo su Falcon, tiene a su conductor en paro.
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