miércoles, 14 de octubre de 2009

FELIZ, FELIZ NO CUMPLEAÑOS




Si esto fuera el país de las maravillas de Alicia, hoy yo no tendría nada que celebrar. Pero es el mundo real, y hace 22 años vi por primera vez la luz del Sol, si bien es cierto que a los bebés se les tiene que zurrar las primeras horas para que abran bien los ojos y los orificios de la nariz.

Las reflexiones se me echan encima en un día tan especial, pero me he detenido en lo más estúpido: en el vídeo de arriba. Alicia en el país de las maravillas se me antoja una película típica de mi infancia. Me acuerdo que, una vez el VHS estuvo en mi poder, mis capaces manos la metían en el vídeo una y otra vez, porque la adoraba, o, mejor dicho, me encantaba de una cierta manera; no es que me riera, ni llorara, es que simplemente me atontaba y me sorprendía, porque probablemente es la película Disney 100% magia, si se me permite.

Y ahora que tengo un poco más de capacidad para el análisis, me ha complacido mucho poder hacer pequeñas traducciones del pasaje que aquí se detalla, cuando Alicia asiste al no-cumpleaños de los dos locos, el del sombrero y la liebre.

En cierta ocasión (minuto 6.25), el conejo blanco aúlla despavorido: ''ma ma ma ma ma ma....'' y el del sombrero estalla: ''mantequilla, ¡eso es!''. Tratando de encontrar su traducción en otras lenguas, he imaginado -y puedo estar equivocado- que en inglés ocurre lo siguiente: ''but but but but... '' y el loco responde: ''Butter, that's it!''. ¿Y qué hay de las demás lenguas, que tienen que cuajar por cojones la gracieta? Porque en francés, mantequilla es beurre, pero no se me ocurre ninguna alocución del conejo para pedir clemencia por su reloj en la lengua de Descartes.

En fin, y lejos de la paranoia diaria (Freud decía que la paranoia era síntoma de la metamorfosis de la sexualidad) este 14 de octubre se me presenta con un año más. Ayer tenía 21, hoy tengo 22. Capicúa. El próximo, a los 33. Tengo 11 años para seguir creciendo. Qué pereza.

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