Lo que hicimos fue parar en mi casa (el accidente fue en el cruce de mi calle con Espinosa y Cárcel) y allí nos dimos los datos, con el perro por medio dando por culo y la cocina en parte también inundada. Al final la culpa la tuvo ella, o sea que ella pagó y se comió sus palabras ^_^. En fin, una traca impresionante. Abajo os dejo un croquis de la versión más fidedigna, la que os deja vuestro amigo y periodista Rafalito :D
Puede apreciarse fácilmente como el intermitente izquierdo del costado está roto y hay un gran bollo entre la rueda y la puerta del conductor. Aquí abajo, por su parte, véis mi coche abollado por la parte derecha, sin intermitente roto pero con el parachoques ligeramente descolgado (y algún arañón de aparcamiento que espero que también me lo arreglen, jeje):
Os podéis hacer a la idea de cómo estaba diluviando aquél día. Decenas de accidentes como el mío ocurrieron aquél miércoles. El más grave, en el puente del Quinto Centenario. Un motorista era arrollado por un camión. En mi caso, podéis ver fácilmente cómo ella tuvo la culpa, pues para entrar en mi calle hay que torcer a la izquierda (si vienes desde la bocacalle de Eduardo Dato), y ella fue la que invadió el lado derecho de mi coche.
Aquí tenéis el escenario en fotos reales y luego mi dibujo (lo mejor que he podido hacerlo, jisjis)
Como véis, hay un ceda el paso donde SOLO UN COCHE puede pararse a esperar a que pasen, y no dos, como hizo ella, que se situó por encima del cebreado (lineas blancas en la parte inferior) para girar a la izquierda con mayor ángulo. Desafortunadamente ella no escuchó mi bocina, debido a la intensa lluvia.
Es cierto, yo me colé, pero lo gracioso es que estaba en mi carril. A ella se la veía desde lejos parada en el cebreado, como quien no quiere la cosa, como la que conduce sin utilizar los espejos. Yo podría haber llevado una moto del telepizza, y estar muerto ahora mismo.
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