Su verdadero nombre es 'Operación Salida', pero David, todo un artistazo en nuestro grupo de edad en el Espino, del que volví muy contento el domingo, llamó a esta operación 'Operación Vacaciones', en referencia a una petición que hizo, de las muchas que sacaba al día, mencionando incluso a los 'camioneros que sudan la camiseta'... en fin, todo un personajillo.
El caso es que después de esta semana en Miranda de Ebro, donde he reflexionado más que nunca y conocido a tantas buenas personas, como Juan Ramón, con quien me confesé en inglés durante 2 horas por primera vez (primera vez que lo hacía en inglés y que duraba 2 horas), vuelvo a Sevilla, aunque solo por dos días, los mismos que estuve en Pamplona. La capital navarra es preciosa, y lo he podido comprobar en las cincuentaipico horas que he estado allí. No sé si será posible quedarme alli o en Madrid el año que viene, pero todo se ha intentado.
El caso es que vuelvo a Sevilla, lavaré la ropa, soltaré todos los papeles que traigo, me despediré por última vez de mis amigos y recargaré mis cuentas (muchos peajes y kilómetros me esperan con el coche) para poder pagar toda una aventura que espero que no me de la espalda durante todo el viaje. No quiero ni imaginar tener un accidente de coche con algún europeo de fuera. Pero no pensemos en negativo; hagámoslo al revés. Dentro de 4 horitas veo a mi perro Radio, una auténtica fiera en ciudad, y para vuestra información le voy a dar un achuchón de los que no hay.
En fin, que voy a perder el tren, espero tener conexión a internet en Alemania porque desde luego es un suplicio prescindir de esta herramienta para la vida diaria. De todas formas, este viernes estoy de nuevo en Madrid. El domingo es el gran día.
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