lunes, 21 de enero de 2008

LAS DISCOTECAS Y EL METRO

O somos todos unos borregos muy blanquecinos, o es que un vagón de metro y una pista de baile son verdaderamente los escenarios más contrapuestos de entre las zonas públicas y privadas donde se mece el ser humano.

Probablemente el metro, uno de los sitios más cosmopolitas de cualquier ciudad grande, y a la sazón, poseedora de este eficaz y didáctico medio de transporte -lo de didáctico va por su capacidad de dar a entender la estructura por barrios de la ciudad y sus espontáeos carteles fomentadores de la lectura y la cultura en general- sea en esta era de la imagen uno de los sitios más tristes de una ciudad, que ya es triste y rutinaria de por sí -característica que se acentúa si la villa no goza de buen tiempo por lo general-, porque aglutina a gente de todas las edades, razas y actitudes que a menos de presentar una charla motivada por un encuentro fortuito o de cualquier modo especial, comparten todos ellos el mismo rostro apenado y decepcionado de alguien que se encuentra, con toda probabilidad de causa, bajo tierra, a oscuras y a una velocidad que insinúa una alta cotización de nuestro tiempo y ganas de llegar cuanto antes a aquello que nos hace felices -cuando salimos a la calle-.

Cabe señalar en este análisis lo amortizador que resultaría realizar los estudios de audiencia de prensa y editores bajo los túneles soterrados de la EMT, pues en una ciudad como Madrid, que bate récords en cuanto a número de lectores -de libros y prensa- de toda España, contamos con una gran cantidad de personajillos que, con ánimo de aprovechar a beneficio de inventario cada minuto que pasan en este gris aunque competitivo medio de transporte, se sientan desplegando cada uno de sus libros o periódicos. Estos periódicos, para cualquier analista o estadístico, pueden llegar a decir mucho de su audiencia, y a la inversa, son los lectores los que nos pueden inducir para quiénes van dirgidos los diarios.

Así, por ejemplo, cabe señalar que:

- El Pais es el diario de información general más leído en el metro. Digo de información general sin olvidar el término 'diario', puesto que los que más se ven son los gratuitos,que no debieran, en realidad, contar en mi estudio. No podemos llamar diarios a esa bazofia que llega a manos de cualquier barrigallena.
-Los lectores de El País son casi siempre hombres de entre 30 y 50 años, altos, bien vestidos -mucho más que en el Sur de España -y con un aspecto mucho mejor que los citados en cuanto a formación y nivel adquisitivo. El Mundo, por el contrario, sorprende a veces al estar en manos de personajes y jóvenes de aspecto harapiento, aunque suelen vestir bastante mejor, les reluce más el pelo (parafraseando a Soledad Yelo, profesora de mi Facultad que dijo que los niños ricos tenían el pelo más limpio) y con apariencia de una alta formación.
- El Mundo se ve poco, y La Razón es leída casi siempre -e atrevería a decir un 90 de sus lectores- por personas que parecen ser pensionistas.
-Cinco Días y Expansión son periódicos siempre en manos de ejecutivos, es raro verlo en manos de alguien que no lleve corbata.

Pronto se pasará al análisis de los discotequeros.

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