Al final tendremos Juan Carlos primero y último. Entre Época, El Mundo e Intereconomía por un lado y Zerolo, Hernando y Público por otro, la III República llegará más temprano de lo que la esperábamos. Sí, claro, querido lector: de hecho ya la esperábamos. Con tantísimo despreocupado, analfabeto, subnormal, nihilista e insolidario que hay en nuestro país en la horquilla de los 12-20 años, sobre todo en el Sur, la República hubiere sido sin duda alguna la forma de Gobierno de España de aquí a 30 años. Ahora resulta que se adelantará.
Con las polémicas surgidas en los dos últimos años en torno a nuestra monarquía, hemos hecho de la jefatura de Estado más discreta y barata de Europa -y estoy orgulloso de poder criticar esto con el conocimiento de un periodista activo- la Primera Vergüenza burocrática de Estrecho para arriba.
LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Por supuesto que un rey tiene libertad de expresión. De aquí mi pequeña crítica a la reina: Su Majestad, usted puede decir que se siente 100% española, como dijo una vez; puede asegurar su completa devoción por los animales, como muchas veces ha demostrado; pero lo que no puede hacer es polemizar sobre un tema que está, desgraciadamente, a la orden del debate público: el matrimonio y la sexualidad. Porque si su marido no se ha pronunciado en estos últimos años sobre el Estatuto soberanista catalán ni sobre el proceso de paz con ETA, que son temas que afectan a la unidad de España, unidad que representa el Rey, entonces no tiene sentido que venga con toda la tranquilidad del mundo a meter cizaña en la jaula, cuando todos los leones -y leonas- estaban dormidos, con un tema que no afecta a la unidad de España, sino a la unidad de los españoles y de los partidos.
Dicho esto, aclárense: ¿Hablarán de sus ideas personales y sin importancia, bien que me parece, y olvidarán los temas para los que supuestamente ocupan el trono, o sea los que afectan a España, o bien se centrarán en el verdadero problema de los españoles, los nacionalismos centrales y periféricos, y callarán los resquemores propios?
Para Pilar Urbano y los medios antes mencionados, simplemente pedirles que centren sus argumentos y que sean responsables, o sea, que sustituyan el morbo por conducir a la Opinión Pública hacia los problemas que sufrimos cada vez más.
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