DIGERIR LA INFORMACIÓN

Cuando era pequeño solía comentar en familia -comiendo o en la sobremesa- una noticia importante, sobrecogedora, la que trascendiera de todo el día. Cuando era pequeño no tenía ni idea de lo lejos que iban a llegar los medios de comunicación, ni del cambio que iban a dar en el tratamiento informativo.

Antes, los medios de comunicación llegaban al lugar del crimen/tragedia antes que la Policía. Daba morbo ver a las fuerzas de seguridad en plena acción por las calles de Sevilla en persecución de los etarras, o contemplar los minutos inmediatos a una explosión de coche bomba en Madrid. ¡Se supone que hoy los medios deberían tardar menos! Desde hace años, ocurre lo contrario: es la Policía la que censura el paso de los periodistas. La foto es la de Portada de Corriere de la Sera, de hoy; ha habido un terremoto con más de 30 muertos. Y me da la impresión de que la foto, ya con la Policía y los bomberos de fondo, controlando la situación, nos quiere decir algo que hoy es imposible de averiguar por saturación informativa: Había bebés dentro del piso. Una mesita con peluches cuelga de lo que parece una farola.

Puede que el causante de esta rotura total de esquemas haya sido el 11 de septiembre de 2001. Aquel día estuve 72 horas pegado al mando del televisor. No podía digerir lo que estaba ocurriendo y necesitaba más tiempo en aquel festín de humo, gritos, fuego, alturas, maratones, polvareda, semblantes blanquecinos, sirenas ignoradas, Estatua de la Libertad más estatua que nunca, etc.

Ahora veo, vemos, la portada del Corriere y solo hay que preguntarse: pero, ¿dónde está el bebé?