Ya estoy en Sevilla para pasar parte de la Semana Santa, y la gran sorpresa -siempre hay alguna en estas visitas relámpago- ha sido la inauguración del Metro. Por fin. 40 años de obras. Poco menos de promesas. Es solo una línea, pero antes de ayer se abarrotó (era gratis). Ayer, me contaron que fue menos gente, pues ya había que abonar la establecida tarifa de 1,30€. Una línea que atraviesa con mucho salero el ecuador de la ciudad, de oeste a este y viceversa.
Esta mañana he querido asomarme -que no subirme- para dar cuenta del servicio. Se me ha hecho rarísimo descender unas escaleras en el arcilloso, delicado y virginal subsuelo de Sevilla. una vez dentro, aquello parecía una nave espacial, todo metálico, plateado, digital, libre de humedad. Un agente de Prosegur deambulaba los primeros minutos con un ojo puesto en las máquinas expendedoras y otro en las compuertas de acceso... No, no, espera. El securata padecía estrabismo. Más o menos como Manuel Chaves, que se subió el jueves a la cabina sin saber a qué cámara mirar, pero con el dedo pulgar alzado en todo momento, junto a Maleni Álvarez y el alcalde Monteseirín. Qué trío, dice mi padre.
Ayer eran quioscos, hoy somos sevillanos de carne y hueso y pescaito frito los puntos blancos del 'fenómeno socavón', esa clase de infarto que sufre la viva y dicharachera capital andaluza. En fin, festejemos que el primer ventrículo ya está abierto y listo para desatascar las arterias del tráfico.
5 comentarios:
me pregunto a cuánta profundidad respecto al nivel freático está el túnel....
Y "cuánto ojo" tienen al contratar a esos seguratas, ¿será que "segurata estrábico vigilan por dos?
jajaja... debe vigilar por dos, en plan tiburón. Lo de la profundidad... a tanto no he llegado. gracias por las alabanzas Chus pero solo ese pequeño 'Larra' solo se crece por vosotras.
Joe, pues no me ha quedado muy claro si te gusta esto del metro, o si no te ha hecho demasiada chispa... Aquí en Bilbao, ya es imprescindible, y cada año lo utiliza máaaas gente... A ver lo que pasa por el sur.
Besos
No sé, no sé, reconozco que el metro es práctico, pero seamos claros, es un asco viajar bajo tierra, con esas aglomeraciones. Es que una es muy delicada y necesita su espacio vital! :-)
Bueno, para qué engañarnos, un metro en una ciudad es una buena noticia!
Un beso de metro! (y medio, juajuajuajua)
Enhorabuena a los premiados.
Aunque la verdad no sé si tener metro es algo de lo que debieran sentirse orgullosos los sevillanos. Me parece que una ciudad tan maravillosa (y manejable) no se merece parecerse a Madrid, mucho menos en sus zanjas.
Diste en el clavo con el 'efecto socavón' al que puede llamársele también 'complejo de encontremos el Tesoro escondido all together now' Pero ésa es otra historia.
Qué bien cuentas las cosas
(Sí, esto es un piropo from deep in my heart)
Ou yeah!
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