domingo, 23 de mayo de 2010

EL CONCEPTO DE ''CURVA RECTA''

Cuando uno cambia de vida, o de lugar, o de pareja, o de amigos o de supermercado incluso, vulgo ''empieza de cero'', se enfrenta a un reto aparentemente oculto pero bien importante: saber sobrellevar la curva recta. Este pequeño tramo, trayecto de todas las desventuras de los valientes, está arriba encerrado en un cuadro verde.

Se trata de un corto vericueto delicado en el que el protagonista debe saber aguantar con tesón y paciencia, siempre aderezados de perspicacia y dos mijitas de orgullo. Yo he puesto el ejemplo de una más que factible salida de España en mi caso, pero llamemos a España ''A'' y a Fuera de España ''B''.

Así comienza el proceso: el sujeto ve impotente cómo la curva de la felicidad personal (en rojo) llega a límites de ultratumba. Observa que, como diría con gracejo el profesor Pedro García Alonso, ''la economía del país pronto va a pasar de ser sumergida a submarina'', y no le queda otra salida honorable que la mudanza. Decide abandonar A, y cuando llega a B se encuentra con que todo le choca, todo le es distinto pero a la vez agradable, porque las malas costumbres han desaparecido y eso ya se aprecia al llegar al aeropuerto de destino. Se ilusiona y, como en un rebote técnico de bolsa, la curva empieza a subir. Pero... algo falla. La recta no deja de ser horizontal. Caminante no hay camino... Enciéndeme una linterna para andar. Está confundido, bien porque tenía altas expectativas, bien porque aún retumban en sus oídos los últimos coletazos de la incoherencia y la enajenación social.

Bah... tan sólo es el comienzo, se dice. Empieza a conocer gente, le abren la puerta por doquier, sabe manejarse, aprende la lengua; y así poco a poco va alegrándose cada vez más de haber mudado no sólo los muebles sino también la piel de una vida peor. Y entonces aparece la curva recta. La felicidad no sale a reflotar de un día para otro, y uno debe saber mantener la compostura. Hay que echarle semanas y meses para calibrar y certificar que, en efecto, con la nueva vida, el déficit se disfraza poco a poco de superávit.

No hay comentarios: