El que piense que viajando de Holguín a Camagüey va a encontrarse con gasolineras cada cinco kilómetros, unas gasolineras con surtidos a tutti pleni y servicios más o menos exquisitos, está muy equivocado. El retrete de arriba es real, en una parada al borde de la carretera que une las dos ciudades. Sólo había visto una caseta así en la película Las colinas tienen ojos, pero en efecto existen.
Había pagado 30 CUC (25 euros) que entonces me parecieron una burrada, con la cosa de ahorrar, y que ahora me parecen una mierda teniendo en cuenta la distancia del recorrido. Además, ahora que estamos en mayo, no tiene precio recordar ese agosto de 2009 por la carretera nacional de Cuba, con sus vacas a los lados, el Sol apretando hasta bien entrada la tarde y escuchando a Alejandro Sanz en el Lada 1500 (rareza que tuviera reproductor de CDs; milagro que les gustara el cantante, tras varias horas de salsa).
Llegué a Camagüey, la ciudad más laberíntica que he conocido nunca. Dicen que la más confusa del planeta. Cuentan las lenguas pedigüeñas que todo se debió a los bucaneros ingleses que asaltaban la Cuba española, hecho que llevó a la Corona a hacer de Camagüey un auténtico laberinto de ratas. Incluso estos roedores son incapaces de vaticinar la lluvia. El 28 de agosto cayó sobre esta céntrica villa la peor tormenta que he visto en mi vida, con rayos golpeando el suelo a pocos metros de mí. Marisol, una panadera de libreta, me refugió en su establecimiento.
Luego tomó papel y lápiz y me dijo, sin ganas pero aún con una sonrisa: ''Escríbeme''. ''Tardará un mes por lo menos, y eso si no hay censura...'' repliqué, y antes de que terminara ella ya me estaba asintiendo con el puño bajo su barbilla, como una profesora de danza avanzada.
Le escribí en septiembre. Todavía no he tenido contestación.
3 comentarios:
no desesperes,hay precedentes que fueron contestados al cabo de muchos, muuuuuuchos años!
Oh, vaya, de modo que lo de la foto es un retrete... :-O
Se confirma que las cartas tardan más de un mes...Por cierto, ¿habrá llegado la tuya?
Besos entre paisaje y paisaje!
eso quisiera yo saber, Merce! ojalá pudiera reclamar antes las autoridades... pero sin derechos humanos, ¿existen los derechos postales?
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