Iconoclastia en Túnez. Mientras un pueblo protestaba harto de un gobernante que ha dirigido sus destinos durante 23 años (los que yo tengo), ese gobernante sobrevolaba el mediterráneo como quien busca aparcamiento en Carrefour. Sarkozy dijo que no, y luego corrió el rumor de la orden de despegue inmediato dictada por Italia a causa de un avión sospechoso que había tocado tierras sardas. Lo que es seguro es que el Gobierno maltés ha confirmado que el avión del presidente huído de Túnez iba hacia el norte, vamos, a Europa.
A toro pasado todo es más fácil, lo sé, pero podría firmar ante notario que hace unas horas sabía que aterrizaría en Arabia Saudí. Y el caso es que hace unos minutos hemos sabido que ha aterrizado en este país, uno de los más herméticos del mundo... Tan hermético que sólo conceden visados por motivos de negocios, y a menos que seas Antoni Brufau o alguien relacionado con el petróleo, no sé qué pintas en una nación gobernada por una familia, de apellido Saudí. En plan Iberia González. O Iberia Zapatero, para el caso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario