Antes de ayer moría A.V, cuarta y última víctima mortal de la explosión del centro de pirotecnia de Benacazón Virgen de las Nieves. Se encontraba en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla y se debatía, según TVE 24 Horas, ''entre la vida y la muerte''.
Esta expresión cobra duda cuando nos enteramos, por fuentes cercanas a la fábrica de pirotecnia, de que A.V salió por su propio paso del recinto en llamas, con su cuerpo totalmente quemado. Al parecer, montaron al hombre en un coche y él mismo se ató el cinturón de seguridad. No podía hablar. Cuando llegó al hospital, los médicos no pudieron sedarlo porque era imposible encontrarle la vena. Más complicado parece imaginar este infierno.
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