PEPIÑO, EL ADELANTADO

No debiéramos dedicarle tanta parrafada a los ignorantes, especialmente a aquellos que gozan de una tremenda capacidad de convertir en secuaces a los perdidos más perdidos del monte . Lo único que conseguiríamos sería darles más publicidad, más importancia, más relevancia para personajes no merecederos de ella ni por asomo.

El caso que nos ocupa es el del lucense Pepín Blanco. A mi no me importa dedicarle un post esta noche, ya que como está todo el día en los medios, lo mío no será más que un granito de arena que vaya a acabar tragándose la mar.

Hoy, el más fiel escudero de Zapatero ha asegurado en una comparecencia (la misma en la que ha dicho, muy coloradete él, que el único problema de Joan Ignasi Pla era el pago de 'unas facturas') que la sentencia final del juicio del 11-M se acerca (a finales de octubre tiene prevista su llegada) y que espera ávidamente una disculpa de Rajoy y Acebes (ésta vez se ha olvidado de Zaplana) por el riquiraca (no ha sido ésta la expresión exacta, pero la tomo de la boca de Fernández de la Vega) causado durante el juicio por los trágicos atentados que cambiaron el rumbo de toda una nación.

Ojalá y el tema durante esos 5 meses de vista oral hubiera estado dedicado al 11-M. Ojalá Mariano Rajoy hubiera sacado durante esas semanas el 11-M como tema principal de su discurso. Ojalá la derecha acomplejada hubiera sido capaz de cumplir los deseos de Pepín Blanco: hablar de un temá tabú porque como aseguran los socialistas, 'miramos adelante'. Pues si miran tan adelante bien podrían haber dedicado todas estas tardes en debatir la subida del salario interprofesional y no en consensuar la innecesaria Ley de Memoria Histórica.

Pero no ha sido en la rueda de prensa de hoy la única vez que Pepiño se ha adelantado a los acontecimientos, apresurándose a pedir explicaciones ante el próximo desenlace final del juicio por el 11-M. También el 27 de mayo, al tiempo que tronaban las campanas de la Puerta del Sol dando las 8, salía Pepín a la palestra para analizar los resultados (los 'buenos' resultados obtenidos por el PSOE) cuando Susanna Griso estaba todavía indispuesta a realizar las conexiones territoriales necesarias para saber los recuentos provisionales.

En fin, que el PSOE tiene a Pepiño, el PP tiene a Acebes e IU se basta con Llamazares. Me imagino que todos los partidos deben contar con un líder (ya sea presidente, secretario general o coordinador) y con un bufón (que en el caso de IU coincide con su coordinador).