Resulta deprimente ver el aspecto de los transeúntes en Atocha a las 9 de la mañana. ¿Es así también en tiempos de bonanza económica? No recuerdo: cuando éramos ricos yo era demasiado pequeño. Ahora, pertrechado de poderes de observación, veo lo siguiente:
En Relay, portadas provocadoras de todos los periódicos, sin salvarse uno solo. El País, como casi toda la Semana Santa, abre con una foto del Papa por los abusos a niños y encabeza con un titular que versa sobre una de las piezas del rompecabezas Gürtel. Mañana habrá más. Salgo de la tienda y me incorporo a una autopista de almas muertas en cuerpos rápidos que no saben dónde van. Los unos miran a los otros, que visten más guapos; los otros miran a los unos, ¿qué miras?; el uno baja la mirada.
Como en estos últimos meses, mientras fijo la mirada en un punto muerto pienso en mi futuro a medio plazo: ¿de verdad quiero ser candidato a trabajar en una empresa periodística española? Por supuesto que me gustaría ser el Kane de principios del XXI, pero todo son obstáculos. ¿Debo centrarme en mi Erasmus, o se trata sólo de una trampa más, de un globo especulativo más donde meter todas mis esperanzas, mis deseos y mis sueños, que acabarán por estallar mientras esté durmiendo?
Hoy no voy a la facultad porque no tengo claro si hay clase. Lo peor de la crisis económica es que todo está tan vacío, tan cerrado y desanimado, que uno no sabe si es día laborable o festivo. Claro que hace tiempo que en España no hay nada que festejar.
Coda: el AVE pasa por Ciudad Real; me asomo a la ventana y veo un cartel de la UGT con el reclamo más demagógico e impresentable que he visto en meses: ''Tu empleo, nuestro trabajo''.
1 comentario:
Bueno, Falete y te has olvidado de lo que siempre,siempre, pasa en primavera...los unos miran a las otras ¡y cómo las miran,parece que las están radiografiando! ¿y la fiesta de la GranVía,no se notó?
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