Soy un gran seguidor de Charlie Hebdo, por lo que tiene de jacobino medio fiscalizador de la izquierda, incluída la extremista de Melenchon echada al monte con los islamistas.
Sin embargo, de vez en cuando se cuela algún pedorro o pedorra que, a mi modo de ver, tiene más de élite woke a la que azuzan con regularidad en Charlie Hebdo que de colaboradora de este medio.
Es el caso, por ejemplo, de Laure Daussy, que en mayo de 2022 comenzaba una columna sobre el fin de la doctrina Roe vs. Wade (que normalizó el aborto en Estados Unidos) diciendo que era una paradoja que esto se produjera ''en un país que se identifica con la libertad''. No es paradoja, señora, porque eso implicaría que el aborto, automáticamente, es para usted algo incluído en el paquete de las libertades naturales. Déjeme explicárselo con un ejemplo que va a entender muy bien usted. Como asumo que está usted en contra de la venta masiva y sin restricciones de armas en Estados Unidos, un fenómeno que muchos entienden como un derecho o una libertad, no se atrevería usted a decir nunca que una manifestación contra la industria o las asociaciones de armas sería una paradoja en el país de la libertad, correcto?
Continuó Daussy concretando esta libertad como ''libertad fundamental del derecho a disponer de su cuerpo''. No mujer. Es que no es tu cuerpo. Como dice Francisco Gijón, si quieres decidir sobre tu cuerpo, extírpate la matriz o el útero antes de emprender relaciones sexuales. La mejor prueba de que la mujer no puede decidir sobre su cuerpo es que un embarazo se produce si así lo quiere la naturaleza. Tampoco decide sobre la salud, inteligencia o físico de la criatura que da a luz.
Ya sé lo que muchos pensarán al leer esto: qué escándalo! un hombre blanco tenía que ser el que lo escribiera! Y es que lamentablemente, en tiempos de cancel culture, se ha puesto de moda cancelar especialmente a los hombres antiabortistas. Pero esto es tan estúpido como prohibirle a un hombre o a una mujer dar su opinión sobre la tauromaquia por no ser un toro.
En fin, este es el terreno al que nos llevan para argumentar. Pero hay que negarse a debatir desde ahí.