miércoles, 29 de marzo de 2023

Manjares oriundos de otra parte

 Hace diez años visité, con la coordinadora del Departamento Internacional de la Universidad en la que entonces trabajaba, al consul de Turquía en Stuttgart, Mustafa Türker Ari. Yo no dominaba aun el alemán como ahora, pero el diplomático, un hombre trajeado para la ocasión y muy joven -rondaba los 40 años- lo hablaba aún peor todavía, y nuestra conversación fluyó en inglés.

Al final de la entrevista, cuando hablábamos de la economía y la industria turcas, descubrimos el ramalazo nacionalista del consul Ari cuando, al comentarle el caracter español de la empresa ZARA, contestó que ''ZARA no es una empresa española''. Ante mi asombro, el diplomático, que ocupaba un consulado que parecía más bien un palacio del Bósforo, no llegó a decirme de dónde sería entonces la empresa de Inditex, pero repitió que no era española y me pidió que cotejara mis datos en Internet.

Evidentemente, el Sr. Ari y yo teníamos entonces, y probablemente aun ahora, diferentes conceptos de lo que es la oriundez de una cosa. Seguramente, el Sr. Ari pensaba en esos momentos de manera nostálgica en las fábricas de Turquía de donde sale mucha de la ropa que luego vende ZARA, como si ello convirtiera a una empresa automáricamente en turca. No, señor. ZARA es española porque fue creada por un español que posee aun la mayoría de acciones de la empresa, tiene a una plantilla preeminentemente española y sus productos se diseñan en España.

De la misma manera, cuando un par de años más tarde un cliente francés en mis clases de alemán me restregó por la cara que Seat no era una empresa española, recuerdo haberlo discutido, aunque en mi fuero interno supiera que el francés tenía algo de razón. Seat no es una empresa española -aunque tiene mucho de español, sobre todo en su historia- porque el capital pertenece a una empresa alemana, pero sobre todo porque el producto, desde el diseño a la tecnología pasando por sus motores y piezas, ha cambiado radicalmente desde entonces. Las decisiones sobre Seat ya no se toman en España, ni la toman ejecutivos españoles.

Sirvan estos dos ejemplos como antecedentes para rechazar cualquier acusación de ideas preconcebidas o chovinismo si afirmo, tajantemente, que si bien la comida de Santo Tomé y Príncipe es de las mejores del Mundo, sus restaurantes están en su inmensa mayoría en manos de portugeses. Onda Azul tiene el mejor pescado, pero lo lleva un portugués. Café Camoes, pescado y marisco espectaculares, pero lo lleva un portugués. Papa Figo es el restaurante más europeo de todo el país (la rapidez, el servicio, las instalaciones), ergo lo lleva un europeo. La única excepción que se me ocurre es el Paraiso Dos Grelhados, del que se sabe que no es llevado por un portugués porque por la noche no tiene electricidad y dependen de unas velas. Y la comida tarda más de una hora en llegar a la mesa, signo indiscutible de que lo lleva un empresario santomesino.

Un coche, una empresa de ropa o un restaurante es del país del señor o la señora que lo lleve, y no del país en el que resida fiscalmente o donde se construya.

sábado, 18 de marzo de 2023

Bellingcat: Quién le pone el cascabel al gato?

 Antes de llegar a la mitad de la entrevista de Henry Mance a Eliot Higgins en la gran sección de 'Lunch with the FT' (almuerzo con el Financial Times) del 30 de enero de 2021, yo ya tenía claras las dimensiones de la zanja que separa al fundador de Bellingcat de otros 'reveladores' famosos de secretos, como Julian Assange o Snowden. Pero entonces, el propio Higgins lo confirmó: Assange ha buscado un 'culto a su personalidad'. Y se quedó corto.

Resumiendo mucho, con el líder de Bellingcat estamos ante un profesional que analiza contenido público de Internet para averiguar posiciones exactas de personas y puede llegar a comprar información y documentos a políticos corruptos de un Estado hipercorrupto como Rusia con el mismo objetivo, mientras que con personajes como Assange hablamos de tipos que acceden ilegalmente a esos documentos y luego los publican. No hay que olvidar, y esto se ha contado poco desde que Assange se hizo famoso en 2010, que el periodista australiano ya fue detenido por la policía de su país en el lejano 1991 por acceder ilegalmente a las redes de una universidad y de una compañía de telecomunicaciones.

Esta diferencia entre ambas personalidades tambió debió de percibirla el mismo Assange, que según Mance llegó a acusar a Higgins de estar a sueldo del gobierno británico. Podemos decir básicamente que cuando Assange abre la boca es como si Putin o Rafael Correa hablaran. Ahora bien, qué podemos decir de Higgins? Es algo opuesto, un fascista preocupado por la ley el Estado de Derecho?

Lo cierto es que Higgins se caracteriza por ser lo que los alemanes llaman una izquierda alternativa, es decir, un podemita. Eso sí, dado que nuestros podemitas patrios españoles son abiertamente prorrusos, podemos decir que la definición definitiva de Eliot Higgins es de un podemita que investiga al Estado mafioso de Rusia. Me recuerda un poco a aquella definición que un compañero anarcoliberal progre me dio en 2009: ''Soy un anarquista que respeta los semáforos''.

Y es que Higgins, por ejemplo, critica la política europea de reenvío de barcos de inmigrantes a sus países de origen. En otro orden menos radical, es anti Trump y anti Brexit (en esto estoy completamente de acuerdo con él). Sin embargo, Higgins le sorprende a uno porque, siendo el Internet (incluido su lado oscuro) su Mundo, es capaz de advertir de sus peligros, y lo expresa así de bien en la entrevista: ''La mitad de los niños del Reino Unido tiene smartphones con 10 años. De paso podrían darles pipas de crack, porque vas a joderles (mess them up) igual''.

sábado, 11 de marzo de 2023

Abellio Rafa: für eine dringende Bestrafung der Verspätungen in der Bahn

 Einer der Spitzennamen vom Präsidenten Joe Biden lautet Amtrak Joe, da er in seiner Zeit als Senator zwischen seiner Familie in Delaware und seinem Arbeitsort Washington DC gependelt hat. Insgesamt drei Stunden war er täglich unterwegs.

Ich könnte Abellio Rafa genannt werden. Nicht nur von Montag bis Freitag, sondern auch samstags fahre ich von meiner Stadt im Heilbronner Kreis nach Neckarsulm ausschließlich mit dem Zug für meinen Spanischkurs. Abellio ist eine private Firma, die im Laufe der Privatisierungen entstanden sind. Die Versuchung ist groß zu sagen, dass die Verspätungen auf das private Eigentum zurückzuführen sind. Wer ernsthaft denkt, dass die Verspätungen der deutschen Züge auf die Rechtsform zuzuschreiben ist, der lebt in Narnia. Die Deutsche Bahn -inklusive Oberleitungen- gehören ja der staatlichen Firma. Eine dieser defekten Oberleitungen hat vorgestern in Stuttgart für massive Verspätungen gesorgt.

Als letztes Jahr die Bundesregierung das lächerliche 9-Euro-Ticket einführte (warum nicht 20€ für länger als drei Monate?), waren die Züge von Würzburg bzw. allen ländlichen Regionen bis nach Heilbronn genau so leer wie bisher. Die Hyperverschuldete Deutsche Bahn sah nur einen Anstieg der Passagierzahlen in den Großstädten, z.B zwischen Ludwigsburg und Stuttgart.

Die große Frage lautet also: warum bevorzugen die meisten Bundesbürger, die überwiegend auf dem Land wohnen, mit dem Auto um nach der Arbeit zu fahren als den Zug? Der Preis, das hat das 9-Euro-Ticket bewiesen, ist nicht das größte Problem -trotz der Tatsache, dass eine Fahrkarte nach Stuttgart das gleiche kostet wie eine Fahrt mit dem Auto (Benzin+Beschaffung+Versicherung). Die Deutschen sind der Unzuverlässigkeit ihrer Züge bewusst. Und das ist ja das größte Problem.

Nicht jeder möchte ewig am Gleis in der Kälte warten. Wenige möchten auf die Bahn angewiesen sein, wenn sie einen Nebenjob haben, bei dem keine Flexibilität möglich ist.

Durch eine Bestrafung -oder Entschädigungspolitik der Gäste- und eine noch stärkere Privatisierung des Netztes würden die Bahnfirmen ihre Verspätungen viel ernsthafter nehmen.

sábado, 4 de marzo de 2023

El victimismo de los alemanes del Este

 De vez en cuando, si hablo con un alemán del problema de España con el separatismo, suelo aprovechar la ocasión para recordarle que también podría pasarles en Alemania... porque el país, de hecho, ya estuvo dividido políticamente 40 años, 30 de los cuales físicamente, con un muro.

Hoy, viendo que el partido AfD sigue subiendo en las encuestas de la Alemania oriental mientras se estanca e incluso baja en la occidental, les indico a los alemanes que podría convertirse en un partido separatista en el futuro. Al igual que el pujolismo pasó de encarnar un regionalismo bisagra de gobiernos nacionales a fomentar el actual nacionalismo antiespañol.

Además, para añadir más similitudes con España, muchas de las élites de la Alemania oriental de hoy están tan bien servidas de victimismo como nuestros patriotas vascongados y pancatalanistas. De ello dio cuenta en el artículo 'Der Schock' (El trauma) el Profesor Doctor Richard Schröder, antiguo portavoz parlamentario socialdemócrata en el primer parlamento democráticamente elegido de la República Democrática Alemana (RDA). Dos nombres dio como ejemplo: Petra Köpping, consejera de Convivencia y Sociedad (sí, hay consejerías así también en Alemania) de Sajonia, política del SPD -mismo partido del Profesor Schröder-; y el historiador Ilko-Sascha Kowalczuk.

Ambas personas criticaron que Volkswagen fuera ''protegido'' ante la ''rivalidad'' del Trabant, famosa caja con ruedas y volante de la RDA, hoy pieza de museo que algunos occidentales sacan a la calle en verano, que es cuando no se cala. 

El victimismo de políticos como Köpping mama de la misma falsedad que el de nuestros separatistas españoles. La consejera llegó a denunciar una vez la compra de la fábrica de Elektrokeramik (Electrocerámicas) de Großdubrau ''por un alemán occidental'' para ser posteriormente cerrada. Schröder contesta que, tras investigar en unos documentos del Bundestag (el Congreso alemán) de 1992, la fábrica nunca fue comprada por un occidental, y que se cerró para concentrar los recursos empresariales, enviándose las máquinas a Thüringen, donde ''Están hasta ahora''. 

En otro glorioso momento, la consejera Köpping (que gobierna en coalición con el CDU de la excanciller Merkel) aseguró que el 85% de las empresas administradas por la Treuhand (especie de sociedad gestora de los activos y pasivos de la RDA tras la caída del muro) pasaron a manos de empresarios ''occidentales''. Schröder señala que la mayoría de empresas de la RDA no han ido a parar a ''personas naturales'', sino a sociedades tanto nacionales como extranjeras como Siemens, Bombardier o BASF. Se pregunta retóricamente el profesor Schröder si Siemens puede ser considerada ''alemana'', ya que sólo el 30% de sus acciones está en posesión de alemanes.

Pero, además, el doctor  Schröder se lanza a dar unos números que abrasan cualquier atisbo de engaño.

De 8.500 empresas en la Treuhand, se pasó en pocos meses a 12.000, debido a las escisiones. De estas, el 30%, o 3.718, fueron disueltas. Curiosamente, el recientemente fallecido Hans Modrow, comunista convencido hasta la muerte y último primer ministro de la RDA, había asegurado en la primavera de 1990 que el 27% de las empresas estaban listas para la disolución. Más de la mitad de las 12.000 empresas, 6546, fueron privatizadas, la mitad de ellas con opciones de Management-Buy-Out o Management-Buy-In, esto es, con un jefe local quedándose con la empresa. El mayor ejemplo de este procedimiento es el de Rotkäppchen, probablemente la empresa más exitosa del este de Alemania en nuestros días. Fabrican un vino espumoso de buena calidad y económico.

Pero, además, no hay que olvidar que en 1972, bajo el mandato del dictador Erich Honecker, se llegaron a expropiar el resto de empresas privadas que aun quedaban, hasta un total de 11.400. Schröder cita unos cálculos de Klaus Schroeder según los cuales en 1996, ya cerrada la gestora Treuhand, tres cuartos de las empresas en la Alemania oriental estaban en maos de alemanes orientales.

La banda terrorista RAF, no separatista pero de la misma inspiración marxista que ETA, llegó a asesinar en 1991 -años de plomo en Alemania- al presidente de la Treuhand, Detlev Rohwedder, para luego emitir un comunicado en el que denunciaban que ''los alemanes del este han sido expropiados, colonizados, humillados y se les han robado sus logros sociales''. 

En cuanto al historiador Kowalczuk, nos encontramos con un Carles Puigdemont en potencia que aseguró, en un tono no muy distinto al de la RAF, que ''la denigración de los alemanes del este ha sido razón de Estado para los occidentales''.

Claramente, dice Schröder, se han cometido errores, pero de ahí a culpar de intenciones denigrantes es pasar directamente al odio.

 Está en manos del pueblo alemán prepararse a tiempo ante un posible separatismo en la antigua Alemania del Este. Aún están a tiempo. 

 

miércoles, 1 de marzo de 2023

El día en que comprobé que Galeria Kaufhof era una empresa zombie

 Galeria Kaufhof es el hermano gemelo de El Corte Inglés en Alemania. Con el único pero de que, si El Corte Inglés representa el Porsche de los grandes almacenes, Galeria Kaufhof se queda en Renault en sus mejores tiempos o en Trabi.

Esto no se debe sólo a la pobre calidad de muchos de sus productos (la suela de un zapato se me descuajeringó a los tres meses), o al hecho de que en Alemania, como dijo un español de Lidl en 2018, el servicio al cliente sea pésimo -tenía toda la razón-, es que Galeria Kaufhof se esfuerza directamente en batir todos los records del mal servicio al cliente.

Si no es raro que en El Corte Inglés le pregunten a uno 'le están atendiendo ya, caballero?', en Galeria Kaufhof uno puede llevarse un cuarto de hora buscando a un empleado. Y no es que falten! Pero o están sobrerrepresentados en las zonas sin clientes, o faltan simplemente allá donde hay más demanda. Otra posibilidad es la falta de poder que delegan en sus empleados: la cajera, por ejemplo, no puede aplicar rebajas.

El mes pasado me fijé en una cartera grande de cuero para ordenadores, incluyendo bloc de notas. Estaba arañado y su precio reducido, y aun así costaba 100 euros. Encontré el mismo modelo en Amazon por 70. Pregunté a una dependienta en la caja, que me respondió que no podía hacer nada, pero que no echaban cuenta ''de lo que hiciera Amazon''. Seguí esperando a que saliera la chica responsable del departamento de cueros. Veinte minutos más tarde, me rendí y salí del Galeria Kaufhof. 

Galeria Kaufhof lleva lustros cayendo por el precipicio. En 2019 se fusionó con su gran rival, Karlstadt. Desde entonces ha despedido a miles de empleados y ha cerrado decenas de tiendas (al contrario que El Corte Inglés, Galeria no tiene tiendas solo en capitales de provincia, sino en cualquier gran ciudad de 100.000 habitantes. Y de estas hay muchas más que en España. En 2021 recibió un crédito del gobierno alemán de 500 millones de euros. Menuda panda de inútiles!

Caspar Busse, del Süddeutsche Zeitung, escribe que le falta un plan de negocio. Tan sólo tiene que mirar a El Corte Inglés. Pero de Renault a Porsche no se llega en una simple generación.