domingo, 30 de enero de 2011

EN BUSCA DE LA LIBERTAD

Primero fueron los tunecinos, ahora son los egipcios. La sorprendente revolución que azota el mundo árabe mediterráneo parece que no tiene frenos. Arrolla todo cuanto se pone por delante sin miedo a la tragedia. La policía no dura más que uno o dos días, y a partir del tercero hay que empezar a hablar de palabras mayores, de armas mayores.

Estas revueltas casi espontáneas, fruto, dicen, del poder de las redes sociales, están poniendo de manifiesto que el régimen político de las repúblicas donde predomina el Islam no tiene por qué atenerse a los preceptos de éste, ni subordinar a la totalidad del pueblo a unas creencias. Pero dejan claro, sobre todo, que el Islam no requiere necesariamente de un líder que se justifique en los designios divinos.

Ha llegado la hora de la libertad, de la caída de la 'alfombra de acero'. Los árabes se han dado cuenta de que participan de un mundo globalizado con reglas aún de un régimen arcaico y sin razón. Ben Ali, Mubarak, y quién sabe si pronto Mohamed VI (aunque me da a mí que éste último tiene un je ne sais quoi que encandila a sus vasallos) se llevan las manos a la cabeza sin entender la repentina sublevación de un pueblo siempre manso. Los políticos octogenarios no comprenden el lema unido de la gente islámica: ''estamos dispuestos a dar nuestra vida... por la libertad''.

lunes, 17 de enero de 2011

ENCOURAGING

Hay una palabra en inglés, encouraging, que lamentablemente no existe en español. Se puede decir ''motivador'', ''animador'', ''adulador''... pero ninguna palabra suena tan bien como ''encouraging''.

Cada día aprecio más la labor pedagoga de Cristóbal, mi profesor de Matemáticas en Bachillerato, allá por los años 2003/2004. Creo que fue el mejor orientador universitario, pese a que tuvimos a una miembro del colegio destinada ex profeso a prepararnos para la entrada en la Universidad y, con ella, en un nuevo ciclo de nuestra vida.

Entre inecuaciones, matrices y circunferencias, Cristóbal pegaba bufidos los viernes y nos hacía ver -al menos a mí, siempre despierto- que en la vida no todo era diversión, y que el respeto también contaba. El alboroto ciertamente le agotaba. Nos quería enseñar que teníamos que hacer un esfuerzo, porque vivíamos en un país con futuro, no en Tanzania -siempre el mismo ejemplo-, y que nuestros padres estaban pagando una educación.

Una mañana de 2004 recibí la nota de un parcial. Era un 4. Me puse triste, pero el colmo llegó en su despacho. Él trataba de explicarme que no estaba tan mal, que eran pequeños fallos que, como siempre en matemáticas, arrastran resultados erróneos. No sé cómo ocurrió exactamente, pero me puse a llorar, clamando que mi padre se estaba gastando un dinero en la academia, y que había servido de poco. De repente se le iluminó la mirada, sus gafas parecieron agrandarse, y con alegría contenida me dio un nudge en el hombro y me dijo que no era común que un alumno pensara en los esfuerzos de sus seres queridos, que ése ya era un buen paso. Semanas más tarde saqué un 8.

sábado, 15 de enero de 2011

BEN ALI, EL APESTADO

Iconoclastia en Túnez. Mientras un pueblo protestaba harto de un gobernante que ha dirigido sus destinos durante 23 años (los que yo tengo), ese gobernante sobrevolaba el mediterráneo como quien busca aparcamiento en Carrefour. Sarkozy dijo que no, y luego corrió el rumor de la orden de despegue inmediato dictada por Italia a causa de un avión sospechoso que había tocado tierras sardas. Lo que es seguro es que el Gobierno maltés ha confirmado que el avión del presidente huído de Túnez iba hacia el norte, vamos, a Europa.

A toro pasado todo es más fácil, lo sé, pero podría firmar ante notario que hace unas horas sabía que aterrizaría en Arabia Saudí. Y el caso es que hace unos minutos hemos sabido que ha aterrizado en este país, uno de los más herméticos del mundo... Tan hermético que sólo conceden visados por motivos de negocios, y a menos que seas Antoni Brufau o alguien relacionado con el petróleo, no sé qué pintas en una nación gobernada por una familia, de apellido Saudí. En plan Iberia González. O Iberia Zapatero, para el caso.

lunes, 10 de enero de 2011

YO ECHÉ UNA MONEDA A UN VENDEDOR DE HUMO

¿Qué nos inculcan nuestros padres, desde pequeños, para no dar dinero a los que lo piden por la calle? ''Que eso es para droga, niño''. He seguido esa directriz a rajatabla hasta recién cumplidos los 23 años, cuando, en una noche fría bamberguiana, el grupo de francófilos con el que me encontraba se vio sorprendido por un hombre rellenito y trajeado, con un gabán negro y bufanda colorida. Parecía un director de orquesta. O un doctor loco, a juzgar por la vehemencia con la que movía la cabeza al hablar. Estaba fumando un pitillo y, al vernos hablar en francés, nos pidió fuego en la lengua de Voltaire. Tenía un manejo impresionante de esta lengua, así como del inglés. Para más Inri, la magia era su oficio.

Esa noche di por primera vez en mi vida dos euros a alguien en la calle. Se los merecía. Por su espontaneidad al presentarse ante nosotros pidiendo fuego cuando en realidad lo que quería era desplegar sus trucos de magia; por ponerme una pelota de goma en la mano y que con un toque de barita (en realidad era mi propio boli, que le dejé) me aparecieran de repente dos; por hablar tres lenguas perfectamente; por la educación, en resumen, y su destreza para entretenernos en un pueblo en el que lo máximo a lo que podíamos aspirar era un Glühwein a temperatura bajo cero.

Resulta que este mago es un espíritu que vaga por las calles de Bamberg buscando audiencia.

sábado, 8 de enero de 2011

LA MIRADA DE LOS ARGENTINOS

Retrato con tiza de Néstor kirchner, en la Plaza de Mayo

En pocos países he visto el encanto con que me trataron en Argentina. Desde que pisé el aeropuerto, nadie me atendió crispado o cansado de trabajar, todo lo contrario. La agente de aduanas, tuteándome; el encargado de los taxis del aeropuerto, un guaperas con ojos de tiburón que los clavaba con desafío de seducción; el taxista, un charlatán que empezó a serlo sólo cuando vio que le dábamos conversación; y los conserjes del hostal, dos jóvenes que te hacían sentir como en casa, solo que a 12 horas de vuelo de tu país. A todos ellos les unía una forma de devolver las gracias: ''No, ¡por nada!'', como queriendo decir, ''sorprendido me dejas, ¡si no las merezco!''.

El trato de los argentinos con uno es espléndido, porque espléndida es la mirada que nunca bajan. Ni el estrabismo de Néstor kirchner parecía distanciar sus ojos de su interlocutor.

Por eso, mi estancia en Buenos Aires fue una mezcla de varias impresiones. Me recordaba mucho a España por su decadencia, por la suciedad de las calles, las pintadas, las quejas de la gente aderezadas con la inmovilidad, por la picardía de sus gentes, por las cabinas de Telefónica subidas a la acera. Por la noche, Buenos Aires era prima hermana de Madrid, por el recorte de los edificios con las sombras y luces de un crepúsculo de temperatura templada y barrios de movida. Al mismo tiempo me recordaba a cualquier otra capital de Europa, por la educación y amabilidad de la gente, siempre dispuesta a ayudar. Pero sin darme cuenta, estaba en el Cono Sur de América.

domingo, 2 de enero de 2011

PARTIDO ÁLVAREZ CASCOS ASTURIAS (P.A.C.A)

Lo que Graciano Palomo llamaba ''Gobierno recio'' era un grupo de personas fuertes, competentes y que sabían poner recta a la oposición (1996-2004). Era el Consejo de Ministros al que acudía gente tan preparada como Rato, Rajoy, Aguirre y Álvarez-Cascos bajo la batuta de Aznar.

Ese Álvarez-Cascos acaba de ser descartado en Asturias como cabeza de lista, por orden de un Rajoy que cada vez que se acercan unas elecciones, sean generales o autonómicas, tiene que decir no a los aventureros que se postulan. Hizo lo mismo con Gallardón en 2008. Dicen que descartando a Gallardón, Rajoy perdió apoyos. Ahora dicen que descontando a Cascos, le pasará lo mismo. Rajoy piensa que negando la posibilidad a los 'extremos' del partido solidificará sus apoyos, cuando en realidad, y a tenor de la opinión publicada, lo que hace es perder al votante selectivo que vota a personas y no al partido.

Cascos tiene marca porque es uno de los que llevaron al PP a la gloria en los 90. Por ello, si el astur-madrileño optara por fundar un partido regional (P.A.C.A daría el pego), el éxito lo tendría garantizado. Incluso tomar la vicepresidencia en un Gobierno del PP, caso de quedar segundo en el Principado, sería ventajoso y auguraría un cambio a nivel nacional.