lunes, 1 de agosto de 2011

EL SKODA DE RUBALCABA

El coche de Rubalcaba es rojo, y además checo. Pega a la perfección con la campaña a la venezolana que el químico ha arrancado ya hace semanas, meses, cuando empezó la película de la Sucesión en Ferraz a partir de la Reconquista popular que comenzó en las elecciones de Galicia, apenas un año después de las últimas generales.

Y bien, yo vuelvo a mi blog después de semanas zampándome este culebrón, o mejor dicho leyendo el guion, desmotivado en realidad por las razones que ahora mismo explicaré, pero vuelvo, por lo menos, y eso es lo importante, con la excusa del Skoda de Rubalcaba.

El desapego de mi blog, como digo, ese abandono que se ha dejado notar a la hora de acceder, tiene un culpable directo y varios indirectos. El directo es que ya no entro en mi blog porque el todopoderoso Facebook cuenta con ésta y otras herramientas juntas, y su radio de alcance es mayor. Los indirectos son hechos irrefrenables, influidos por los consejos de mi padre, tales como el desapego cada vez mayor de la política, el desentendimiento de España en general por mi estancia larga en el extranjero (y sin visos de tener fin), y, en definitiva, por lo que se deriva de todo ello: la pérdida de la buena escritura, el olvido del español escrito.

Veo el coche de Rubalcaba (RbCb) y me invaden ciertas preguntas. Por ejemplo, qué pensará el currante (o el parado) que va en su coche por Madrid asqueado por la situación que asfixia a los españoles (en España) y se topa con el ex vicepresidente del Gobierno en un semáforo. ¿Cuántos habrán sentido la tentación de bajarse para intercambiar unas palabritas? Durante cuánto tiempo va a utilizar el candidato su coche particular, si es verdad que ése es su coche particular. Si lo ha usado solo estando fuera del Gobierno, que sería lo más lógico, ¿de verdad no lo ha cogido desde el año 2006? Como se puede ver, cada vez las preguntas son más banales, pero el tema no deja de ser curioso.