jueves, 29 de mayo de 2025

Exprópiese la mentira!

 El 23 de abril de 2023, Holger Gertz escribió una de esas diatribas que el diario progresista bávaro (de tirada nacional) dedica de vez en cuando a la CSU, el partido conservador que gobierna la región sureña desde los años 50.

Recordaba con razón que los últimos 20 años, el ministro nacional de Transportes había sido de la CSU. El problema del artículo radicaba en achacar a este hecho el actual estado paupérrimo de los ferrocarriles alemanes. 

En 1994, la empresa pública Deutsche Bahn tuvo una reforma, según recuerda Gertz, que llevó a transformarla en una empresa que empezó a funcionar ''como una privada''. Gertz lo resumía así: ''comprometida con el bien común, pero ajustada a las exigencias de la bolsa y orientada a las ganancias''. 

Chupito.

El que en 2025 ve la cuenta de resultados de Deutsche Bahn, ve un cuadro de facturación y deuda que en una empresa privada llevaría a disparar al director de esa empresa. Sólo la rama de mercancías de Deutsche Bahn tiene beneficios, no así la pseudoprivatizada Deutsche Bahn como tal, la que incluye al transporte de pasajeros.

Se atreve a decir Holger Gertz que la empresa pública ha apostado solo por trayectos rentables. Será que Gertz jamás ha cogido un regional vacío de Würzburg a Frankfurt a las 10 de la noche? 

Claro que si se refiere a que hay muchos, muchísimos trayectos como ese que han sido eliminados... entonces habría que preguntarle a Gertz cuántos trayectos habría que haber suprimido para que el CSU se librara de sus críticas y pasara, de paso, por ser un partido socialdemócrata más. 




sábado, 17 de mayo de 2025

PROFETA DE LA CÁSCARA DE PLÁTANO // PROPHET DER BANANENSCHALE (Übersetzung auf Anfrage)

 Hace ya muchos años que la religión no tiene el hueco que solía tener en nuestras vidas, por la omnipresencia de la ciencia. Esto es una obviedad. Sin embargo, en el denominado mundo libre, el 'progreso' se define por el sitio que se le hace a las nuevas religiones: la lucha contra el cambio climático, las ideologías de género, la adaptación de la lengua y la censura de determinadas palabras o temas, por dar algunos ejemplos.

Los propulsores de esas nuevas religiones siguen creyendo en la ciencia que hace décadas venció a la religión (cristiana, hay que especificar), pero sólo cuando les interesa. En otras palabras, creen en la ciencia sólo si ésta no molesta a las nuevas religiones. Parece una paradoja, pero para periodistas como Gerhard Matzig esto está a la orden del día! 

Ya no estamos a principios de los años 2000, cuando en el colegio se nos enseñaba la dicotomía entre religión y ciencia para la explicación del origen del mundo. Ahora damos por hecho que solo la ciencia tiene respuesta a ello, y en 2025 es más fácil ver un AVE sin incidencias en la España de Oscar Puente que a alguien explicando el mundo en los medios de comunicación con el libro del Génesis.

En un artículo de 2023 en el diario progresista Süddeutsche Zeitung, Gerhard Matzig escribía que la Technologieoffenheit (el abrazo de las nuevas tecnologías) se utiliza como Chiffre (excusa) para decir algo así como que sigamos adelante con una supuesta destrucción del mundo.

En ese artículo, Matzig se ríe de los que hoy pregonan que la ciencia puede solucionar los problemas de contaminación del mundo con una alusión a la película Regreso al Futuro, en la que Doc llena el depósito de su Delorean con latas de cerveza y una cáscara de plátano.

Esa película es de los años 80, cuando aún no había E-Fuels, ni minicentrales de torio (en vez de uranio) como las que ya está usando China, ni queroseno sostenible (SAF) con reducción de 80% de emisiones (sí, Matzig, creado de manera sostenible gracias a residuos!, datos del Centro Alemán para la Aviación y el Espacio), ni investigación de hidrógeno como combustible a tener seriamente en cuenta para la aviación del futuro. En los años 80, un tal Klaus Lackner tampoco había inventado aún un árbol sintético en la Universidad de Arizona -comercializado por la empresa irlandesa Carbon Collect- para atrapar dióxido de carbono de la atmósfera

Esto lleva inevitablemente a dos conclusiones: o Gerhard Matzig es un ignorante que escribió su artículo sin conocer las novedades científicas ya existentes o en fase de investigación, o bien las conocía pero le convenía apartar la ciencia a un hueco oscuro para dar prioridad periodística (qué digo periodística: vital!) a las nuevas religiones de las que es sin lugar a dudas un codiciado profeta.