sábado, 12 de febrero de 2011

TIEMPO DE SOÑAR

Quiero dedicar mi entrada número 500 al tiempo. Pero no al cronológico, que a ese ya han ido muchas reflexiones consagradas a lo largo de estos cuatro años. Al meteorológico. Resulta que en los últimos tiempos consulto con fruición desmesurada la página Daswetter.de, para ver el pronóstico del tiempo. La obligación de llevar neumáticos de invierno en días en los que las condiciones no acompañan me hace estar pendiente de las previsiones actualizadas.

Pero, horror, el tiempo no siempre acierta. Cuando uno se va demasiado lejos, a la semana siguiente, para ver las probabilidades de sol, nieve, lluvia... sólo encuentra ilusiones. Las probabilidades son casi nulas. Y entonces aquí entran las expectativas del interesado. Vamos a cruzar los dedos, me digo, para que haga buen tiempo. Empiezo a soñar, como queriendo conjugar la mejor de las atmósferas.

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