jueves, 7 de abril de 2011

PUERTO HURRACO EN BRASIL

De nuevo, una de esas masacres que ocurren dos o tres veces al año en alguna parte del mundo, generalmente en América, pero a veces, por imitación, en la vieja Europa o la exótica Asia. Ha sido en Brasil. Un niño que, por exigencias del guión, tras matar se ha suicidado, después de haber dejado una carta suicida con paradójicas referencias y loas a Dios. Este tipo de matanzas se asemeja a los tsunamis en tres cuestiones: arrasan, son impredecibles e inevitables. Me interesa este último calificativo, porque refuerza el dicho de que no somos nadie. Cualquiera puede entrar hoy en día en nuestra clase de portugués, a esa a la que no tenemos ganas de ir por la tarde, porque se está muy a gusto en casa, y mandarnos al otro barrio. La página web del Ministerio de Exteriores de España avisa, en el apartado ''Información de países'', de que ''ningún país está actualmente a salvo de atentados terroristas''. No sé si a esto se le podría calificar de atentado terrorista, pero yo, para mayor seguridad, o al menos humildad, añadiría ''ningún colegio''.

No hay comentarios: