Escribo estas líneas mientras Deutsche Bahn (DB), la empresa pública de ferrocarriles alemana, comienza una huelga de seis días (seis!). No es la primera huelga de los últimos meses. En un año, creo que es la cuarta convocatoria, o la quinta. Pero sí es la más larga hasta la fecha. Gracias a Dios no me afecta, porque la línea que conecta mi pueblo con la ciudad en la que trabajo la opera una empresa privada, y hacen mucho menos huelga.
Me resulta curioso que escándalos así, como que una empresa casi monopolística del Estado niegue el derecho al transporte a los ciudadanos -muchos de ellos, como los estudiantes, sin opción de coche-, no lleven a la gente a manifestarse en la calle. En estos últimos días se han conocido dos grandes movilizaciones en Alemania: una de agricultores contra el recorte de subvenciones del gobierno y otra contra el ascenso de la AfD.
Alemania, país se poetas y pensadores, como suelen decir humorísticamente aquí, parece muy confundida. No se manifiesta por una solución (pongamos por ejemplo la privatización de DB, que ya se ha dado en determinados trayectos) para tener un mejor servicio de trenes, como está demostrado con la empresa de trenes que opera la línea de mi pueblo; pero sí sale en masa a la calle para pedir solución a dos 'problemas' mucho más difíciles de resolver: volver a subvencionar a un colectivo cuando no hay dinero, y prohibir un partido al que las encuestas dan ahora mismo en torno a 10 millones de votos.
Pero quiénes se manifiestan en contra de la AfD? No puedo juzgar a todos, pero sí a los 3-4 conocidos que tengo que no suelen expresarse públicamente sobre política pero sí se han lanzado estos días a hacerlo. Evidentemente, voy a cambiar los nombres.
- Están Anne y Ralph, viejos amigos amabilísimos, la primera familia que conocí en Alemania, en el lejano 2007. Anne, hace un mes, me preguntó sorprendida -mejor dicho, con miedo- qué hacía en Pakistán. Es decir, ya podeis lapidarme por presumido o arrogante, pero el mismo desconocimiento ganado en los medios de comunicación mainstream sobre países como Pakistán es el que les lleva a manifestarse en la calle contra 'los nazis'.
- Está Lisa, una cliente esposa de un trabajador en Lidl. He enseñado español a ambos. Una cliente con poca paciencia y mal humor ya en la primera clase. Me esforcé sólo porque el marido sí era mucho más agradable. Llamadme sensible, pero una persona que es arisca y responde mal a una pregunta durante una clase no puede juzgar a toda la gente que vota a un partido, o a todos sus políticos.
- Luego está Laura, otra alumna mía de español. Entre sus lecturas estaba, según me dijo un día, las memorias de la multimillonaria Michelle Obama, 'Becoming'. Lo curioso es que un día me confesó que su marido era político de la CDU. Podrías decir, querido lector, que no deben de dormir en el mismo colchón por no ser de la misma condición, pero te equivocas. Hoy no hay nada más parecido que el partido político CDU y Michelle Obama. Pues bien, esta Laura es otra de las sorprendidas de que me fuera a Pakistán, y no solo eso: en 2022 me dijo que nunca salía fuera de Europa, por miedo a volar y porque no le interesaba el tercer mundo. Fuente primaria de información? la cadena pública de televisión ARD o libros como 'Becoming'. Sí, soy arrogante, lo sé, pero es lo que hay.
Hoy he leído también una estadística del 16 de enero de 2022 en el Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, según la cual el precio de los impuestos, tasas y tarifas de la luz se incrementó entre 1998 y 2021 en un 304%, mientras que los costes de producción sólo lo hicieron un 21%. Y estoy hablando de datos hasta 2021! sin contar con el sablazo que nos volvieron a dar el año pasado. Como suelo decirle a mi mujer, nosotros tenemos suerte porque nos va bien con el dinero. Pero qué hay de los alemanes de clase media baja? Qué ven más como riesgo, la llegada de la AfD o la factura de la luz?
Yo no creo que Alemania tenga tantos problemas como la AfD dice que tenemos. Más que nada porque basta con compararse con alrededor. Sí es cierto que hay cosas estancadas y un riesgo considerable de que la productividad y la prosperidad de las últimas décadas de vaya a pique. Lo que sí tengo muy claro, y eso lo digo como alguien que siempre ha acusado a la AfD de apoyar al separatismo catalán, es que la AfD ahora mismo no es ni de lejos el mayor problema de Alemania.