lunes, 29 de julio de 2024

El Estado es responsable de la guerra, así que pidamos más Estado

 No podemos competir con la izquierda en demagogia porque ahí se mueve como cerdo en la mierda. Fíjense que cuando empieza una guerra, sea ésta en Ucrania o en Gaza, la izquierda radical -pero también algunos en la moderada-, para huir de la responsabilidad de buscar a sus provocadores, centra sus críticas en las ganancias de la industria armamentística, olvidando un detalle esencial: no es la industria armamentística la que declara guerras, sino los Estados.

Cuando dos empresas entran en conflicto, se ven en los juzgados. Si son dos Estados o, como es el caso de las guerras modernas, un Estado el que entra unilateralmente en otro invadiéndolo, entonces hablamos de guerra. Y esta tiene consecuencias para todo el mundo, no solo para el Estado en cuestión. En el diario progresista Süddeutsche Zeitung leía el otro día que la gran inflación se 2022 se debía, entre otros factores, a la interrupción de las cadenas de suministro con causas tan nimias como la falta de granjeros en Ucrania que se ocupen de ordeñar vacas porque los hombres son llamados al frente.

La inflación, causa del capitalismo? Canal Red, estais leyendo esto? Sois vosotros y vuestra obsesión estatista.

sábado, 20 de julio de 2024

Simon Kuper como ejemplo de corresponsal torticero

 Simon Kuper es ese articulista del Financial Times que, allá por 2018, se atrevió a decir que México era más pobre que Estados Unidos porque los españoles se dedicaron a explotar los minerales en una cultura del esclavismo, sin invertir en el capital humano ni diversificar la economía. Una falsedad como un templo, como demuestran países hispanohablantes ricos aun hoy en metales como Chile.

Años más tarde, Kuper opinaba sobre la reacción de la nación española al golpe de Estado de los separatistas catalanes de 2017. En 2022, el columnista inglés, que había estado un año viviendo en  Madrid, se atrevió a decir que las banderas españolas que surgieron en los balcones de aquel otoño gris de 2017 se encontraban en los barrios burgueses de Madrid.

Mentira! Parece que no estuvo en Sevilla.

Yo recuerdo muy bien viajar a Sevilla en otoño e invierno y ver no solo Los Remedios sino también Nervión, Centro y Sevilla Este llenos de banderas de España. Es cierto, lamentablemente, que a más nivel económico más banderas se veían, pero un buen periodista podría analizar aquí también el papel que juegan los ahorros para comprar una bandera -o más aún: para poder permitirse un balcón, que es donde mejor relucen.

Kuper decía que en Barcelona, las banderas eran catalanas 'de varias versiones'. Falso de nuevo. La totalidad de las banderas exhibidas en Cataluña desde 2017 hasta los indultos de 2021 eran separatistas: la estelada. 

Acabó su análisis sobre el referendum ilegal comentándole al despistado lector del Financial Times que la política de rebaja de tensiones era impresionante, y que los indultos habían llevado a los separatistas a bajar en las encuestas. Falso. No hay ninguna rebaja de tensiones porque se ha escuchado mucho en los últimos meses un nuevo intento de referendum y ataque a la Constitución. Y la bajada en las encuestas no se debe, en ningún caso, a una bajada del interés separatista. Es en todo caso cansancio por los partidos tradicionales separatistas y sus pactos con un partido que en Cataluña se ve españolista pero que en el resto de España se ve proseparatista (PSOE); estado de standby porque cierto es que en España el separatismo siempre se ha venido arriba con gobiernos nacionales de derechas; y por último porque hay mucho votante de izquierdas catalanista que se balancea entre el independentismo abierto y un regionalismo succionador como el del PSC.

Pero esto es demasiada información para un periodista que 'viaja en tren de alta velocidad en una misión de estudio alimentada por un marisco glorioso' (sic). 

jueves, 11 de julio de 2024

Los enemigos de mis enemigos son mis amigos -y tontos como yo

 Hay un periodista húngaro, András Arató (no confundir con el húngaro famoso del meme), que de vez en cuando escribe en el periódico alemán progresista Süddeutsche Zeitung. Sus artículos denuncian la política nacionalista y populista de Viktor Orban.

Tras las últimas elecciones húngaras de abril de 2022, que Orban volvió a ganar con más de dos tercios de los diputados del parlamento y que le permitirán estar 16 años ininterrumpidos en el poder, Arató denunció en su artículo 'Was er versteht' (lo que él entiende) que las semanas previas a las elecciones fueron 'de todo menos decentes', y enumeró las medidas de compra de votos de Orban: una pensión extra anual, transferencia de 200 euros a cada pensionista y una devolución especial de Hacienda a los jóvenes. Además, denunciaba que la comunicación del gobierno respecto a la guerra de Putin estaba llena de 'mentiras', cuando Orban afirmaba, por ejemplo, que la oposición quería mandar a los hijos a luchar.

Regalo de dinero, compra de votos a pensionistas y jóvenes, mentiras sobre la oposición... estaba criticando a Orban o a Pedro Sánchez?

Lo interesante es que, en ese mismo artículo, Arató mencionaba que había dado una entrevista a una periodista española. La periodista hispana le había preguntado por qué Orban no tenía carteles de propaganda electoral en las calles, y por qué sólo aparecían políticos de la oposición. Arató escribió en su artículo irónicamente que 'la periodista no sabía húngaro', porque los carteles mostraban a políticos opositores, en efecto, pero con textos que pedían poco menos que ir a por ellos en las elecciones.

He buscado en Google por todas partes, y no he encontrado esa entrevista con una periodista española o latinoamericana (en caso de que se hubiera equivocado con la nacionalidad). Pero si tuvo lugar, me puedo imaginar muy bien que habría sido una periodista del espectro ideológico de la izquierda. Vamos, de los que buscan más allá de las fronteras españolas para criticar autocracias populistas para no hablar de la autocracia populista que sufren los españoles con un presidente 'de izquierdas'. 

Pero una cosa está clara: si es cierto que los enemigos de mis enemigos son mis amigos, también es cierto que a veces también son tan tontos como uno mismo.