Angela era la profe de música. De Nueva York, muy de izquierdas. Una de esas personas por las que uno se pregunta: ''qué te ha hecho irte de una de las ciudades más admiradas del mundo para venirte a Heilbronn?''. De hecho, la pregunta se la hice. Su respuesta: ''Nueva York es muy caro para vivir. La gente la tiene idealizada como ciudad, pero tu salario no te da para tener una vivienda en condiciones''.
Yo escuchaba pacientemente, mientras pensaba: eso me lo imagino perfectamente. Viví en Montreal en 2005, otra ciudad muy popular de Norteamérica, pagando 700€ al mes por una habitación vieja de un noveno piso. Esto de Nueva York díselo especialmente a tus amiguitas de la izquierda europea, que tienen a la Gran Manzana como destino número uno en sus Navidades. Y no es cosa solo de Irene Montero y sus compis, no.
Diles también, por cierto, que el alcalde afroamericano y muy de izquierdas de Nueva York, Eric Adams, escribió en The Economist (The World in 2023) que su gobierno municipal quería acabar con la resistencia de ciertos barrios -muy de izquierdas, como Harlem- a construir más edificios y más altos. Adams presumía de su anhelo para cambiar las regulaciones locales para llevar a cabo lo que economistas liberales europeos como Juan Ramón Rallo llevan pregonando desde hace años: que solo más oferta puede llevar a una reducción del precio de la vivienda.
Edificios altos en Europa? especuladores! se oye gritar en las mentes progres del viejo continente. Todo mientras planifican sus próximas vacaciones en Nueva York.
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