sábado, 11 de agosto de 2007

JUEVES 9 AGOSTO

MI VIDA EN EL ZEITUNG

Con mucho alemán que aprender por delante, el inglés ha sido, sin duda, mi ángel de la guarda en estos primeros días ejerciendo el Periodismo. Es la única lengua a la que puedo socorrer para no quedarme atrancado en los diálogos habituales.

Bueno, diálogos donde los haya, porque aquí hay algún que otro antipático. Los fotógrafos son un poco repelentes, quizá porque su única amiga sea la cámara.

El caso es que estos tres días han sido poco productivos. No tienen mucho trabajo que darme, pese a que el primer día ya me dijeron que era un hecho el que necesitaran redactores, aunque no pudieran pagarlos. Cierto es también que la lengua es un problema. Quizá hubiera tenido más trabajo en el diario de una gran ciudad, en el que hiciera falta contactar a menudo con grandes distribuidores y personajes del añadido ambiente cosmopolita.



El día en mi lugar transcurre muy tranquilo. Me levanto a las 8.15 para llegar al despacho a las 9.10, ya que lo de la puntualidad germana es, como he podido comprobar con mis compañeros, un mito.

Mi secretaria –mi primera secretaria- se encarga de traerme el periódico del día a la mesa y pasarme las llamadas (poco frecuentes aunque no raras). Luego, durante las 5 horas que transcurren hasta la hora del papeo, a muchos redactores les ha dado tiempo de darse cuenta de mi aburrimiento, por lo que me invitan a acompañarles para hacer los reportajes que necesitan.

Estos reportajes suelen terminar a mitad de la tarde, cuando me empieza a entrar el sueño. El lunes fuimos hasta Wissen para tomar algunas fotos de su parque acuático (la noticia del día fueron las altas temperaturas), y el martes lo volvimos a hacer en Wissen, para hacerle un favor a una pobre señora minusválida que no disfruta de todas las facilidades que merece para poder moverse con facilidad por el pueblo.

Ayer, sin embargo, el día no fue tan bien. Por la mañana, en la reunión de cada día, nos reunimos todos y en la ausencia del director ha sido el subdirector el que ha dirigido el programa del día de hoy. Al final, para cerrar la reunión, uno de los redactores ha bromeado conmigo dándome las gracias por haberle recordado que actualizara el calendario de su corcho y prometiéndome que al día siguiente (hoy) me dedicaría un artículo, a su ‘‘Kollege aus Spanien’’, cosa que me ha agradado mucho al haberlo visto en primera página de la sección regional de Westerwald, o sea, como si de la portada del Diario de Sevilla se tratara. Entonces, tras las risas de mis compañeros, he aprovechado una brecha en el silencio para cerrar la reunión, diciendo que hoy el calendario seguiría igual, sin actualizarse. Realmente no se le puede llamar chiste, pero siempre se espera un ‘’si, jeje’’ o un ‘’ah, seguro’’, pero nada de nada, un silencio indigesto se cobró mi orgullo para toda la jornada. Hoy, sin embargo, he comprobado que no me han tomado como el nuevo Arévalo… con lo que cuesta elaborar una broma en alemán, creo que he vuelto a ser aquél ‘becario’ respetado …¡esperemos que siga así!

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