martes, 22 de marzo de 2011

EL DISPARATE DE LLAMARLA GUERRA

Cualquier intervención armada es una guerra. Conviene buscar la definición de guerra en la RAE. Para Zapatero, sin embargo, en consonancia con la manipulación del lenguaje a la que nos ha acostumbrado desde sus primeras apariciones públicas en 2000, una guerra es toda lucha en la que no sólo hay enemistad, sino también ilegalidad. Si la guerra, o sea la intervención militar en la que muere gente, es legal, entonces para Zapatero eso no es guerra, es otra cosa.

A partir de aquí, para el Partido Socialista en pleno, participar en una ''guerra legal'' (qué repugnancia de término) es legítimo y hay que apoyarla, pero la ''guerra ilegal'' es malísima y no sólo hay que rehuirla por ir contra los Derechos Humanos, sino que, por puro oportunismo, hay que utilizarla para ganar las elecciones.

En realidad no habría más que decir, si no fuera porque estoy verdaderamente sorprendido de que esto, de conocerlo el pueblo español, no lo haya utilizado ya como revulsivo para echar al responsable del descrédito y el deterioro de España. Estoy algo turbado. Quizá sí lo conocen pero aún así lo aman. O quizá todos, pacientes, saben que esta es una operación más de harakiri, una especie de retirada sin presentar carta de dimisión. Qué iluso soy.

Próximo post: la sucesión. Enlaza a la perfección con este.

miércoles, 2 de marzo de 2011

ESPAÑOL

Amando de Miguel cuenta en sus memorias que una vez sus padres, ya un poco viejos, fueron a visitar a su hija -hermana del escritor- a Australia, donde se estaba formando. Los primogénitos, como todos los de su generación en España, sólo conocían la lengua vernácula, y cuando hicieron escala en Kuala Lumpur, una vez en el aeropuerto, a la hora de buscar la puerta de embarque que les conduciría a Oceanía, se habían perdido. El padre comenzó a gritar desesperado: ''¿Alguien habla español?'' Y, según De Miguel, en pocos minutos había alrededor varias personas que hablaban español dispuestas a ayudarlos.

Nada menos que en Kuala Lumpur. Hoy me doy un rodeo en Facebook y observo que, con esa nueva herramienta en la que uno selecciona las lenguas que habla, casi todo el mundo tiene, además del omnipresente inglés, la lengua española en su bagaje. Pero es que en la ciudad en la que vivo, Bamberg, el español es claramente mucho más popular que el inglés. Casi todos hablan inglés, sí, pero yo diría que uno de cada dos estudiantes saben un español decente.

Esto me resulta sorprendente, pero mucho más atractiva se me presenta la interpretación de este hecho. ¿Está ganando importancia el español? ¿Tiene influencia la oleada de canciones latinas que entran en Europa? ¿El Mundial de España en Sudáfrica? Incluso... ¿El hecho de que los españoles sean nefastos en idiomas y por eso, a falta de que nosotros nos lancemos a aprender otros idiomas, sea el resto de la población mundial la que emerja en nuestro rescate?