Vaya, pues va a ser que el Gobierno de España, o sea, de Pedro Sánchez, va a privatizar las autopistas. Y no estamos hablando de cualquier autopista, o de reintroducir uno de los dos peajes de Sevilla a Cádiz que recuerdo que pasábamos durante mi niñez, y que tanto le costó quitar a la Junta socialista. La noticia ha sido un bombazo, en mi opinión, aunque no haya tenido la repercusión que sin duda habría tenido en un país como Alemania, donde también este debate -el de peajes para extranjeros o para todos los alemanes- ocupó portadas y columnas de opinión varios años, en concreto desde 2013 hasta 2018. Pero claro, en España existe una especie de suprapolítica, que en este caso son las elecciones de Madrid; y hablamos de los políticos todo el rato, sin hablar verdaderamente de política.
Lo que es noticia en Alemania, en otros países es subnoticia. Si esta subnoticia de los peajes fuese a estar en todos los debates, emisoras, periódicos y debates de las redes sociales hasta el 4 de mayo, Gabilondo no sacaría ni 20 diputados. De todas formas, este problema no es único de España. Ocurre también en naciones como Estados Unidos. Un ejemplo: en el artículo ''El poder del ejército, contestado en Birmania'', de Le Monde el 21 de julio de 2019, justo en el primer párrafo se anunciaban las sanciones que Estados Unidos había impuesto al comandante en jefe, el general Min Aung Hhlaing, además de otros tres responsables gubernamentales, por sus acciones contra la minoría musulmana de los Rohingya en 2017.
Esta subnoticia no trascendió aquel día de verano en el que los periodistas de todo el hemisferio norte ya estaban de playa y piscina. Cómo es posible que aquel majadero autócrata, Donald Trump, impusiera sanciones a los fachas de la dictadura militar de Birmania, si Trump era el que imponía sanciones ''no sólo'' a los jefes de las dictaduras progresistas como la venezolana, sino a ''toda su población''? Esto es lo que se habrían preguntado los despistados que aquel día compraron el periódico.
Hay algo peor que las fake news, y es definitivamente la existencia de las subnoticias, o sub news. Estas hacen mucho más daño, porque ni siquiera consiguen la oportunidad de que el público las contraste. No les conviene aparecer más allá de un tórrido día de verano.
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