
A la salida del metro Argüelles, me acerqué a él.
-Don Amando, felicidades porque es el primer escritor al que veo cogiendo el metro.
Con su sonrisa parsimoniosa que le caracteriza, me respondió:
- Hombre, ¡pero yo el metro lo cojo todos los días!
- Ya, ya, sólo le digo que me sorprende... aunque también se comprende que siendo usted filósofo, este sea un laboratorio de gentes...
- Nooo, esencialmente -miró por encima de sus gafas y razonó incluso esta respuesta 'de salida'- Madrid no es una ciudad para llevar coche, y me parece mucho más cómodo ir en metro.
- Je, je, bueno, hasta luego, ¡Gracias!
- Nada por Dios...

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