Sin anunciarlo previamente, aquí os dejo la versión verídica de la serie de dibujitos belga que durante los 80 encantó a millones de niños en toda Europa y en los 90 nos siguió encantando a algunos, no tan niños ya. Es una versión un poco difícil de tragar, mayormente porque algunos de sus protagonistas no estarán de acuerdo. Ellos siempre creerán en su verdad, en la verdad de siempre, en la verdad que les ampara ante los tiempos que cambian y ante los nuevos amigos.
He de decir que la versión incorpora personajes como Benji Praits o Peter Pan, y Papá Pitufo tiene el nombre real de Falete, ya que el doblador del mismo era el famoso cantante. (todos los derechos están comprados, señores), motivo más para que algunos pasen página e ignoren lo que es la pura verdad. Otro de los elementos que cambia en la famosa serie de Pierre Culliford es el hecho de que el malvado Gargamel, pese a haber sido así toda su vida, una vez fue amigo de los pitufos, siendo él quien los fue perdiendo poco a poco, y no ellos los que fueron perdiéndolo a él. Los que menos duraron cayeron en la trampa demasiado rápido. No se andaban con tonterías y preferían aceptar sus enfados que seguir creyendo en alguien que se las daba de alquimista (recordemos que el objetivo de Gargamel era la obtención de oro a partir de los pitufos). Los que más duraron, como falete, tardaron tiempo en darse cuenta de las intenciones de Gargamel y sus felinas influencias, como así se lo comentaron antiguos pitufos amigos del mago (Sassete, Tobi, Bromista, Palomo...) al pedir Falete consejo de sabios. Azrael, su gato inseparable, existía desde hacía 4 años, e influyó innegablemente a la pérdida de los amigos diminutos y azulones de Gargamel. Le daba consuelo, aliento, cariño. Se justificaban el uno al otro. Si uno tenía una opinión en público, el otro tenía que apoyarle. Nunca se refutaban el uno al otro en presencia de otros amigos. Por eso, misteriosamente las 'tracas' las tenían siempre en privado. Eran como una pareja Real, como la Infanta Elena. ¿Quién iba a decirnos que terminarían así?
Gargamel los fue perdiendo de manera estúpida. Goloso, por ejemplo, pitufo con el que tuvo extraordinarias relaciones durante la infancia, fue víctima de Gargamel cuando éste le pidió que bajara a por la pelota del trickibol. Como Goloso se negó, desapareció de su lista de amigos. Pasó lo mismo con Gafitas, que tras cambiarse de cuarto en una convivencia, no obtuvo perdón ni piedad por parte de Gargamel. Sasette se pasó un par de veces en el verano por la guarida de Gargamel con el único objetivo de mantener su amistad, de regar las plantas, como se suele decir, pero Gargamel la esquivó en sendas ocasiones con la escusa de la pesca (habría que especificar qué tipo de pesca, pues con esa red atada a un palo no son coquinas las que se piensa recoger, sino... ¡pitufos!) Es importante observar que la pérdida de otro amigo, Soñador, se produjo con el consenso entre Falete y Gargamel, pues daba mucha inestabilidad al equipo que habían formado.
Según Gargamel, también Bromista y Palomo daban inestabilidad al equipo, cosa que Falete aceptó puesto que, aunque fueran amigos suyos, unos amigos con los que salía los viernes (algo que enfurecía tremendamente a Gargamel) y se lo pasaba bien, reconocío que para el equipo que habían formado conjuntamente Gargamel, su hermano y Falete no cuajaban. Simplemente no cuajaban. Así se hizo. Se les echó y comenzaron una pretemporada con un equipo totalmente reformado por Gargamel, compuesto básicamente por sus nuevos amigos (claro, con estos sí podía salir el malvado Gargamel. Eso sí, cuidado de Falete porque si le pillaba en la playa con Bromista y Palomo entonces cambiaba de tono radicalmente, y sacaba el mismo tema: Falete, traeme sus camisetas. STOP. adios. En cierto modo, era verdad. Llevaban ya meses con sus camisetas sin devolver, pero no era deber de Falete pedírselas, porque ese año no era capitán. Gargamel argumentaba que 'eran sus amigos', y no le faltaba razón. Lo malo es que utilizaba el mismo argumento cada vez que averiguaba que Falete estaba con ellos o simplemente había estado con ellos la noche anterior. Era una especie de medida de presión, que Falete escarmentara, que Falete se diera cuenta que no podía olvidarse de esa manera del que fue su amigo todo este tiempo. Pero... ¿qué es un amigo, brujo malvado? ¿aquél con el que puedes contar cuando Azrael está en Paris, Santander, Torre del Mar o en su casa, cuidando de sus hermanas? ¿o aquél con el que puedes decir: sí, a las 12 salgo con Bromista y Palomo, pero podemos ir al Gambrinus a las 10? En realidad esto último pasó solo una vez, porque se cogió tal decepción Gargamel que Falete tuvo que recurrir al 'nunca mais' de compartir noches con los amigos. 'Nanai de la china'.
La real decepción por parte de Falete llegó cuando Gargamel negó la renovación a Peter Pan, otra manera de perder un amigo tontamente, atendiendo nuevamente sólo a los fines lucrativos del enemigo de la fraternidad: el rencor. Lo peor de todo fue la excusa: las numerosas lesiones de el pobre Pan. Y lo dijo así, tan tranquilo, sin consultar antes a Peter Pan, sin llamarlo tras el verano (como sí hizo con Benji). Y Gargamel argumentó que Peter Pan, tras su lesión, se había olvidado del equipo, cuando en realidad vino a la comida de Navidad y siguió posteando en el antiguo blog del equipo, http://www.udpaquete.blogspot.com/, del que ya no quedan vestigios, pero sí testimonios como el del pitufo Palomo o Falete, que nos cuentan cómo Peter Pan ponía al tanto al equipo sobre su lenta evolución de la ernia de disco en el tobillo. Alomejor era Gargamel el que no estuvo al día con esa web. Sin embargo, tuvo la suerte de econtrarse con Benji por la calle y eso les hizo amigos de por vida. En fin.
Falete aceptó en un primer momento el no contar con Peter Pan, argüiendo que si iba a faltar a los partidos y teniendo en cuenta la filosofía del equipo (buen rollo y asistencia a la mayoría de encuentros) entonces no valía la pena llamarlo. Pero entonces llegó una bonita noche de septiembre, en la que Peter Pan llamó a su colega Gargamel para pedirle el teléfono de unas famosas pistas de la Rinconada en la que ya habían jugado en calidad de compañeros de equipo varias veces. Al parecer, Gargamel se molestó porque Falete le comentó posteriormente que el partido iba a jugarlo con él y otros amigos que Gargamel no conocía. Peter Pan invitó a Gargamel a jugar un partido uno de esos días al fin de la llamada (no invitándole a jugar ese, en el que ya eran 10, entre ellos Jorgito el del chiste, otro de los numerosísimos pitufos caídos del entramado social de Gargamel) y eso propició que el malvado brujo la tomara esta vez con el pobre Peter Pan, que simplemente estaba en un aprieto del que cualquier buen amigo de Gargamel o incluso su preciosa Azrael hubieran salido impunes. Peter Pan, ya recuperado (para el desconocimiento desinteresado del brujo) estaba perfectamente bien para renovar por el equipo en el que estaba muy ilusionado jugar de nuevo. Llamó varias veces a Falete, por la tarde, por la noche, a la 1 de la mañana... muy preocupado por lo sucedido, por las tonterías de Gargamel... hasta que llamó al propio brujo para tratar del tema y éste solo le dio largas. Al final quedamos en un conocido bar de la ciudad de los pitufos para hablar con el aprendiz de Gargamel, su hermano, cascarón de huevo en muchas de las decisiones del club en favor del maligno Gargamel, y éste accedió, con los votos del otro fundador (Falete) a que Peter Pan jugara al menos los partidos amistosos. Más o menos la misma técnica que utilizaba el equipo para tantear a nuevos jugadores y así no meterlos de lleno. Pero no se cumplió, y no se cumplió por el persistente rencor odioso de Gargamel. ¿Qué podíamos esperar de un polémico brujo (como él se definía a sí mismo, polémico) que ya había perdido la mayoría de sus amigos?
Al final, Falete se mudó de ciudad. Después de todo no pintaba nada en la ciudad de los pitufos. El quería una vida mejor, y la encontró. Era la Gran Capital de los pitufos, donde se encontró con gente por todas las esquinas. En realidad era de las ciudades-pitufo más acogedoras del bosque. En clase encontró a una pitufina bastante interesante. Todo el mundo, incluidos Gargamel y Azrael, sabía que a Falete le encantaba ir en busca de pitufinas, y encontró una muy guapa, allí, en su misma clase.
Durante su estancia en la Gran Capital de los pitufos, Falete hizo como Peter Pan: no quiso que la distancia o la imposibilidad de entrar estar convocado le alejara del equipo, e hizo un record de visitas al foro del club, conectando con todos los amigos de Gargamel, que eran a su vez compis de Falete y colegas de equipo. Un mal día Gargamel creó un nuevo tema en el foro, 'política', algo que inicialmente atrajo a Falete, porque bien sabía su amigo Gargamel era un tema que le apasionaba, y era un tema que desde siempre había sido gustosamente despachado por ambos, sobre todo en esas famosas noches en las que Gargamel traía de vuelta a casa a Falete. El brujo llegó a confesarle a Falete que ''le encantaba hablar de política con Falete porque podía hacerse tranquilamente; Falete era muy comedido''.
No fue así en el foro. Quizá contribuyó un poco el hecho de que el internet es un medio muy frío, y todo podía malinterpretarse. El caso es que Gargamel, que ciertamente tenía las ideas muy claras y no era de los que apreciaban sentirse influidos por una teoría ajena a sus intereses, llegó a referirse a Falete diciendo que ''no radicalizara el foro'', a lo que Falete respondió que no había radicalizado el foro en ningún comentario, eso sí: en un comentario precedente tuvo la mala fortuna de acuñar el término 'Aznar'. Enseguida se dio cuenta de la clave: el nombre de Jose María Aznar es hoy para muchos sinónimo de radicalismo, fascismo, negligencia, mentira, engaño masivo, dictadura, 'teta culo pedo pis'. Así la pelota se fue haciendo grande, hasta que Falete, que además de tener las ideas claras es bastante sensible a las declaraciones fáciles y baratas de un progre que aparentemente defiende lo contrario a la esencia izquierdista (interprétese, 'NO a la pena de muerte'), no pudo tolerar que su amigo, bueno, lo que quedaba de amigo, deseara la muerte a un periodista cuando hacía escasos dos años le había confesado a Falete las torturas que estaba dispuesto a hacerle a un etarra. Vamos, nada con lo que Falete no estuviera de acuerdo. Evidentemente, fue algo que chocó mucho a Falete, uno de los muchos que había cambiado hasta ahora, pues no era la excepción.
Lo más gracioso de todo, y digo gracioso por no decir triste, fue la guinda que puso la fiel acompañante de Gargamel, que aprovechándose de una situación que en parte había favorecido ella mediante sus plagios a los mensajes de Falete, porque otra cosa no pero originalidad y madurez a la criatura le falta un poco, recordó al pobre Falete lo mal que le caía, lo frustrado que estaba en su nueva ubicación y el descaro con el que fardaba de ligues. Todo esto escasos minutos después de que Gargamel cerrara el post de política y comunicara a su fiel felina que Falete iba a ser eliminado del mapa en breve y de manera definitiva. Qué mejor momento para Azrael para desahogarse y decir todo aquello que quiso decir durante estos 4 años. Qué mejor momento que el día de la ruptura definitiva. Qué pena, sí, qué pena te daba decir lo que decías, pero qué tarde para decirlo, ¿no te parece?
El caso es que me hace gracia, porque claro, ella dice por la cara que estoy 'frustrado' en mi nueva ubicación. Será que tiene pruebas de que no estoy agusto... o alomejor es que conoce a fondo la frustración, como cuando le dije que no hace 4 años y me envió esa carta tan tristona. Dice también que voy fardando por ahí de ligues, cuando ella (que una vez me confesó, por boca de Gargamel, que yo era su mejor amigo) que conoce tan bien a los pitufos sabe que lo primero que hacemos al conocer a una chavala que está buena es presumir de conocerla, y si no que le pregunte a su querido amo, que estando comprometido tampoco se callaba al contarme la rubiaza pitufina que había conocido en la facultad. En fin, son cosas que ella conoce perfectamente y que las conoce simplemente porque junto con el aprendiz de Gargamel, es otro cascarón de huevo del malvado enemigo de los pitufos. En efecto, Azrael, la gente cambia, y si lo he hecho para mal mucho tiempo tuviste para decirmelo, y no haber ocultado entre sonrisas, las mismas que me dedicabas al yo invitarte al campo. Las mismas que ponías para ocultar tus celos cuando todos los pitufos nos lo pasábamos bien con Gargamel y tu solo mirabas desde una silla el balón viniendo de izquierda a derecha, y de derecha a izquierda. De muchos apuros te sacó el billar, querida gatita.
Pues sí amigos, esta es la verdadera historia de los pitufos, de la que podría escribir un libro, pero que he decidido resumir en estas líneas, dedicando a Azrael unas sabias palabras de Luis Herrero, ya volviendo a la vida real:
''A menudo, en muchísimas ocasiones, posiblemente más de las que nos gustaría, cabalgamos o caminamos al lado de personas indeseables, y luego sólo nos atrevemos a llamarlas indeseables cuando cruzan de acera y pasan a amigarse con nuestros adversarios''.