sábado, 5 de julio de 2008

LA GRAN ESTAFA

Creo que es el título de una película que todavía no he visto; en cualquier caso, no superará en nada a El Golpe, aquella protagonizada por los hermanos cinematográficos Retford y Newman, que todavía oían algo y seducían al personal femenino que acudía a sus estrenos.

Ni las estafas ni los golpes [de Estado] se les da nada mal a los dirigentes del PSOE, que con un poquito de color rojo por aquí, la rosa por allí, americanas -hablamos de chaquetas, por supuesto -por acá y Eurocopas por allá son capaces de grandes artimañas para aparentar ser el único partido en lo que queda de España que ofrece libertad y bienestar a los camaradas (antes llamados españoles).

Ayer, en el Congreso Federal del PSOE, las Juventudes Socialistas -agrupadas en ese emblema de puño que libera la rosa para ensalzarse con una estrella, sin hoz, porque ya se sabe que esos señoritos no trabajan en el campo, como sí los comunistas - iniciaron una nueva campaña de afiliación al divino partido del respeto y la igualdad -de todos los monos ante la Ley-. ¿Será que la mitad de los ministros no tienen carné del partido y esto está empezando a asustarles? ''No, es que yo no voto nunca PSOE, yo soy de izquierdas simplemente'', estamos hartos de escuchar en debates frenéticos de Internet y en cafeterías. ¿Cómo nos explicamos los 11 millones de votos? ¿pucherazo? no creo, en los tiempos que corren. Llamémoslo ''caciquismo urbano''.

A lo que iba: la nueva campaña, que intuye equivocadamente que todos los jóvenes del PSOE son tan ricos como Gargamel para permitirse visitas semanales al Pull & Bear y tatuajes estúpidos, asegura que ''afiliarse duele menos que un Piercing''. Y yo digo: también costará menos. ''¡Lo mismo nos dan hasta un bocata de chorizo por apuntarnos, tron, vamos!''. Yo, por si acaso y por ahora, me mantengo al margen de todo partido político.

Georgui Satarov, director del INDEM, todo un santo y ejemplo de la independencia institucional rusa, explica el fenómeno de la corrupción (decuplicada en la última década) en el país de Putin y Medvedev principalmente por la falta de interés y control político de las masas sobre sus gobernantes a la hora de ir a votar. ¿Por qué hay falta de interés en la sociedad? ¿porqué no hacen control político hasta que sus bolsillos empiezan a pedirlo a gritos vacíos? muy fácil, la respuesta la tenemos en el caciquismo urbano, mencionado anteriormente. Ni el que cobra unas ventajas económicas extraordinarias para él y su familia en el campo (caso Andalucía), ni el que puede conducir un coche comprado a la carta, vestido a la última y receloso de los gitanos, kíes y otros gentucios que abundan por Sevilla (caso Gargamel) puede llegar a afectarse porque un señorito que gobierna a centenas de kilómetros más al norte esté perjudicando a la gran mayoría, liquidando la Historia e insultando a la inteligencia gracias a un buen puñado de recetas retóricas que gustan a oídos de todos.

Ayer, el Zapatero que se dirigía a sus nuevos votantes (300.000 de ERC y 400.000 de Izquierda Hundida) y olvidaba a los muchos nuevos votantes de UPyD, quiso abrir el tema de la Eutanasia y el Aborto con dos cojones, como nunca lo tuvo en la legislatura anterior. Y de paso vio las orejas al lobo maltrecho del PP: ''Un deseo: que los que han utilizado la bandera de todos en estos años, no utilicen la lengua de todos en los años que vienen''.

Detrás de ese lobo está el astuto Águila Pedro J., que haciendo las labores de oposición en estos 4 meses tras el 9-M, ha decidido abrir un rincón en defensa del castellano en Cataluña haciéndose hueco entre los cajones del 11-M y la crisis del PP.

Pues sí vamos a estar detrás de la bandera, Zapacejas, para que veas que, aunque también sirve de trapo a la cintura para celebrar victorias de la selección zarandeando farolas, la bandera de todos debe proteger a todos ante la desidia mostrada por tí, con la sonrisa que nunca ha de faltar, en el plató de tus amigos. No lo olvides:



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