miércoles, 25 de marzo de 2009

LA PATATA CALIENTE

''Todos los políticos son iguales'', se suele escuchar en los bares, cafeterías, reuniones del profesorado, comilonas de familia, etc. ''Sí, pero unos más que otros'', respondería Aznar, tajante, cuando una vez fue preguntado por si ''todos los españoles eran iguales''.

No le faltó razón. Muchos escritores, periodistas e intelectuales varios tuvieron que acudir al socorro del entonces presidente, para que la Nueva Burguesía tuviera sus dificultades a la hora de gangrenar el rumor de que para Aznar, unos por nacer en determinadas condiciones son menos que otros. No, señor. No es eso. No es nacer, sino crecer: aprovechar las oportunidades que ofrece un sistema de bienestar sin distinciones. Si tú estudias Ingeniería y apruebas, ganarás 5 veces más que un periodista que apruebe, porque hacen falta más ingenieros que periodistas. Eso es de cajón. En esto está de acuerdo hasta la izquierda.

Pero a lo que íbamos. Circula desde hace años una especie de patata caliente en el círculo político, también social, que brota de los campos de Castilla y se esparce por el litoral para repartirse por todas las islas, ciudades autónomas y el resto del país. Zapatero no para de repetir algo que estará en su lógica política hasta que abandone la Moncloa: ''atravesamos una fuerte crisis internacional, debido al derrumbe del sistema financiero en Estados Unidos; en cuanto se recupere, saldremos adelante''. Independientemente de que alguien crea que un país puede recuperarse con un ritmo de 120.000 parados al mes, el presidente del Gobierno también echa mano de sus 'logros', para no asustar al personal. ''Señor rajoy, le recuerdo que este Gobierno [se lleva las manos al pecho] ha alcanzado la menor tasa de paro de la Democracia, un 8% en 2006.'' Y aquí está la patata caliente. ¿Cuando hay 8% de paro es gracias al Gobierno, cuando hay 15% es culpa de Estados Unidos?

Los españoles, aletargados, han visto la explosión de una burbuja inmobiliaria, pero han sido incapaces de oír el estruendo de la patata caliente. Ha reventado. Y ha reventado en manos de Zapatero, por más que no quiera aceptarlo. Es la patata caliente de un modelo económico que hace años nos trajo riqueza y que ahora nos lleva a la más absoluta miseria. ¿Cómo puede adaptarse ese modelo a la situación real del mercado? No soy economista, ni me las quiero dar de tal, pero todos los expertos hablan de 'reformas estructurales', o sea abaratar el despido, o sea algo que no llegará a menos que haya un cambio de gobierno. Y entonces, la Huelga estallará. Y entonces, habrá una fuerte destrucción de empleo que será acompañada de inmediato por la creación del mismo: las empresas sanearán sus cuentas (con la ayuda de incentivos y subvenciones) y podrán empezar a recomponer sus plantillas.

Más fácil de entender: podremos empezar a surfear en esa ola que es el ciclo económico. Naturalmente, hay ciclos malos, pero hay que saber surfear en esos ciclos. Y a Zapatero la ola le ha estallado en la cara; da vueltas en el fondo marino, no tiene ganas de subirse a la tabla y aunque se suba verá en una mano la burbuja reventada y en la otra un tenedor de madera con un hilillo amarillo, tipo tampón, colgando y sin darle el suficiente oxígeno para mantenerse en pie.

3 comentarios:

Mercedes Pajarón dijo...

El barco va a la deriva en plena tormenta. Los marineros caen al agua y se ahogan... Mientras, el capitán está tirado en su camarote, completamente borracho. Y ni asomo de motín por parte del resto de la tripulación.

Esta es la metafórica situación actual en nuestra querida piel de toro.

Hale, me voy a dormir y soñar, porque la realidad es la que se está convirtiendo en una pesadilla.

Buenas noches, muamuamua!!!

HISTORIAS DE ESTA VIDA X JMEC............... dijo...

LO MALO QUE SIEMPRE NOS ENGAÑAN,Y ENCIMA SIEMPRE VAMOS A VOTAR,EL DIA QUE NO VOTEMOS CREO QUE TODO CAMBIARA....SUERTE.....

Bayadère dijo...

No me lo había planteado así: lo malo, culpa de los yankees, y lo bueno, gracias a nuestro presi. Hum, interesante...
Si es que lo que más envidio de todos nuestros adorados políticos es esa facilidad que tienen para sacudirse los problemas y responsabilidades de la solapa, echarle todas las culpas al de al lado, y marcharse a su casa a cenar tranquilos y dormir a pierna suelta.
Y aquí paz, y después gloria (o desaceleración económica). Ale!!!!