jueves, 15 de abril de 2010

DIAGNÓSTICO: FRUSTRACIÓN CRÓNICA

No cojeo pero de muy mala leche, al estilo de House, me he autodiagnosticado hoy mismo, en el comedor de mi facultad. Me he dado cuenta de que el origen de mis días frustrados, de mis horas condenado al ostracismo, es el análisis a fondo de lo que veo. Éste es el diagnóstico. Con respecto al remedio, que es peor que la enfermedad, éste consta de cuatro píldoras: no observar; no analizar; pasar del tema; ser periodista del montón.

Me explico. Llego a las 13:30 al gallinero... quiero decir, al comedor de la facultad, ese salón inmenso al que van llegando decenas de adolescentes y vividores que se dicen universitarios; y observo atónito que, pese a que el menú del día ofrece de lunes a viernes cuatro primeros y cuatro segundos, casi todos portan lo mismo en su bandeja: huevos fritos, patatas, frituras, macarrones con tomate, etc. O sea, la comida que a los seis años rogábamos a nuestras madres so pena de patear la nevera o llorar hasta la hora bruja.

No sólo eso. Minutos más tarde mis ojos se tornan verdaderos catalejos, intrusos, a veces insolentes (por eso nadie suele sentarme a mi lado), y entonces veo algo horrible: gente de Tercero, de Cuarto curso, totalmente dependiente de los demás, y por cuya mirada ingenua y despreocupada me doy cuenta de que, si les pregunto, muy seguramente no sabrán nada de los Gal, ni del caso Naseiro, ni de los juicios a los implicados del 23-f, ni de quién ha ganado cuántas elecciones en España, y si me apuran, ni de cómo se llama el actual ministro de Trabajo.

DOS CIFRAS ESPELUZNANTES

Hoy, dos cifras que me han llamado mucho la atención, porque son el fiel corolario de los problemas de España. La primera es 12.000. Se trata de euros: dos millones de pesetas que ha pagado la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid a cuenta del tabaco que se fuma entre muros, según informa una profesora de Derecho de la Información. El génesis de esta sanción de inspección es, según la misma fuente, una denuncia anónima. En seguida me di por aludido, pues he sido yo el que ha presentado hasta dos escritos en Registro, el segundo de ellos amenazando con avisar a las autoridades. Resulta gracioso, y cuando menos laberíntico, imaginar el recorrido de esos 12.000 euros: una administración pública multa a un centro educativo público (financiado por aquélla) por no cumplir la ley. Pero, ¿es que en esa facultad no se hace nada? preguntará, con razón, el enojado contribuyente. Efectivamente, las bedeles que hacen las veces de funcionarias se cruzan de brazos y creen que no merece la pena llamar la atención. Para eso están las bedeles, para no hacer nada. Algo es algo.

La segunda cifra es 120.000. Es el número de españoles que ha hecho las maletas desde 2008 para buscarse un futuro mejor fuera de nuestras fronteras. Lo cuenta hoy Elconfidencial, y los comentarios de los lectores no tienen desperdicio: envidia, adscripción y sobre todo, comprensión. Este país de todas las maldiciones no saldrá de 2010 sin los correspondientes cinco millones de parados.

2 comentarios:

ChusdB dijo...

Bien escrito,Falete.Pero me gustaría que utilizaras toda la tecnología y medios que podemos utilizar en los blogs. Al empezar a escribir este comentario echaba de menos un link a El Confidencial,al abrir ,aquñi al ladito el link"Mostrara entrada original" veo que SÍ LO HABÍAS ENLAZADO...pero como la letra sigue en azul yo no lo había visto ¡me pregunto cuántos links interesantes me habré perdido hasta hoy! y respecto a tu entrada: Diagnóstico : Frustración
Remedio: ¿pasotismo?
Entonces ¿tienes una enfermedad incurable? Creo que no. ¡Busca un buen mádico!

ChusdB dijo...

¡por si te interesa, aquí te dejo esto ...si tienes tiempo libre!