La primera noche que pasé en Bamberg fue en un hotel. El desayuno se daba en un comedor con cinco o seis mesas encerradas entre cuatro paredes ocre, en una de las cuales rezaba en alemán esta máxima del escritor Mark Twain: ''Dale a cada día la oportunidad de convertirse en el mejor de tu vida''.
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De todos los aforismos que he leído hasta ahora, nunca uno me había gustado tanto. Y sin embargo, nunca lo había visto hasta esa mañana en el comedor del hotel. Ninguna página web recopiladora de pensamientos, proverbios o consejos me la había enseñado antes. Hasta ahora, había permanecido oculta, como ocultos acaban siempre los grandes triunfadores y portadores de la razón.
La libertad, según he aprendido hace poco, consiste en nadar a contracorriente. Tanto Aldous Huxley en su Un mundo feliz como Tom Wolfe en su Soy Charlotte Simmons lo dejan claro en su mensaje. Pero nadar excesivamente a contracorriente acaba alejándote de las ideas y gustos mayoritarios, lo cual, a medio-largo plazo, acaba siendo dañino. De la libertad pasas rápidamente a la soledad. Aún así, creo que es posible enderezar el rumbo y ser especial sin necesidad de ser raro. Tener tu puntito de originalidad sin que la sociedad en masa te aisle y margine. Lo creo, de verdad.
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