sábado, 18 de marzo de 2023

Bellingcat: Quién le pone el cascabel al gato?

 Antes de llegar a la mitad de la entrevista de Henry Mance a Eliot Higgins en la gran sección de 'Lunch with the FT' (almuerzo con el Financial Times) del 30 de enero de 2021, yo ya tenía claras las dimensiones de la zanja que separa al fundador de Bellingcat de otros 'reveladores' famosos de secretos, como Julian Assange o Snowden. Pero entonces, el propio Higgins lo confirmó: Assange ha buscado un 'culto a su personalidad'. Y se quedó corto.

Resumiendo mucho, con el líder de Bellingcat estamos ante un profesional que analiza contenido público de Internet para averiguar posiciones exactas de personas y puede llegar a comprar información y documentos a políticos corruptos de un Estado hipercorrupto como Rusia con el mismo objetivo, mientras que con personajes como Assange hablamos de tipos que acceden ilegalmente a esos documentos y luego los publican. No hay que olvidar, y esto se ha contado poco desde que Assange se hizo famoso en 2010, que el periodista australiano ya fue detenido por la policía de su país en el lejano 1991 por acceder ilegalmente a las redes de una universidad y de una compañía de telecomunicaciones.

Esta diferencia entre ambas personalidades tambió debió de percibirla el mismo Assange, que según Mance llegó a acusar a Higgins de estar a sueldo del gobierno británico. Podemos decir básicamente que cuando Assange abre la boca es como si Putin o Rafael Correa hablaran. Ahora bien, qué podemos decir de Higgins? Es algo opuesto, un fascista preocupado por la ley el Estado de Derecho?

Lo cierto es que Higgins se caracteriza por ser lo que los alemanes llaman una izquierda alternativa, es decir, un podemita. Eso sí, dado que nuestros podemitas patrios españoles son abiertamente prorrusos, podemos decir que la definición definitiva de Eliot Higgins es de un podemita que investiga al Estado mafioso de Rusia. Me recuerda un poco a aquella definición que un compañero anarcoliberal progre me dio en 2009: ''Soy un anarquista que respeta los semáforos''.

Y es que Higgins, por ejemplo, critica la política europea de reenvío de barcos de inmigrantes a sus países de origen. En otro orden menos radical, es anti Trump y anti Brexit (en esto estoy completamente de acuerdo con él). Sin embargo, Higgins le sorprende a uno porque, siendo el Internet (incluido su lado oscuro) su Mundo, es capaz de advertir de sus peligros, y lo expresa así de bien en la entrevista: ''La mitad de los niños del Reino Unido tiene smartphones con 10 años. De paso podrían darles pipas de crack, porque vas a joderles (mess them up) igual''.

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