Un día antes de las elecciones generales, un viejo amigo de Sevilla, antiguamente de izquierdas y ahora votante en blanco, me dijo que volvería a votar a un partido si fuera un partido verdaderamente andalucista. Para defender, dice, los intereses de Andalucía de verdad.
Hoy mismo, en Twitter, un usuario con varios miles de seguidores hablaba de la misma tesis, y mi querido primo Alfonsito, que es un conocido equidistante del que, por otra parte, no conocía su cara andalucista, le ha dado a like, aprobando la propuesta.
Parece obvio que Pedro Sánchez ha conseguido que algunos ciudadanos despistados entiendan que las investiduras del bien entrado siglo XXI van a depender de los partidos provinciales, se llamen estos regionalistas -como los cántabros o Teruel existe en 2019- o nacionalistas tirando a prófugos -como Bildu y Puigdemont.
Y así se lo decía yo a mi viejo amigo: ''prefiero un país unido a que 15 autonomías intenten imitar a sociedades catetas como las de País Vasco y Cataluña''. O es que ustedes han oído hablar de algún país en el top 10 con gobiernos apoyados en partidos regionales? Partido Nacionalista de Dakota del Norte? Liga Regionalista de Laponia? Esquerra Republicana de Hokkaido? No. Todos los países avanzados del mundo se apoyan en partidos sólidos a nivel nacional.
Si se quiere una Andalucía fuerte, habrá que votar concentrados en las elecciones andaluzas. La última vez que Andalucía tuvo un partido político nacionalista fue con el Partido Andalucista, que se fue desintegrando a medida que se acercaba a un PSOE mucho más andalucista y cleptómano. Que Moreno Bonilla haya nacido en Barcelona, Griñán en Madrid o Chaves en Ceuta no los convierte en poco andaluces.
Del mismo modo, que Andalucía mande diputados a Madrid por medio del voto de los andaluces no significa que se sienten en la Carrera de San Jerónimo a dar la brasa a los demás sobre Andalucía todos los días.
Hace falta una barrera del 5% para entrar en el Parlamento, como ya hace Alemania.