viernes, 18 de julio de 2025

El olvido de las otras deudas pendientes

 Hoy he visitado las minas de sal de Bad Friedrichshall, a 180 metros bajo tierra, con mis alumnos de alemán. Hemos estado en todas las cámaras, incluyendo la que dedica una exposición permanente dedicada a las víctimas y prisioneros del campo de exterminio nazi de Kochendorf. Fotos, zapatos, mapas y un aseo portátil.

Para ser viernes a medio día, no está lleno pero hay más visitantes que nosotros. Además hay excursiones de colegios. Veías a los niños arriba, después y antes de bajar con el ascensor con capacidad para 12 personas.

Entonces me he acordado de una exposición temporal en el ayuntamiento de Sevilla de junio de 2023. En colaboración con ABC, se exponían portadas relativas a los atentados de ETA de los 90 y principios de los 2000. Yo estuve allí el 5 de junio de aquel año. Iba con la curiosidad del periodista que vivió de refilón, siendo un niño, esos atentados que se daban casi cada tres o cuatro días. Iba como enamorado de los periódicos - sabiduría en negro sobre blanco. Pero también como ciudadano que homenajea a las víctimas en el recuerdo.

Sin embargo, en esa media hora que pasé en el patio de la planta baja del ayuntamiento, una cosa me llamó la atención: no había una sola alma más aparte de la mía. Ningún otro visitante se encontraba en esos momentos de un lunes por la tarde en ese rincón cargado de nostalgia. Al salir a la calle veía a gente joven -demasiado joven para acordarse de los atentados de ETA-, pero también a gente de mi edad con móvil en mano, mochila, bolsa de gimnasio, alguna que otra pelota y muchas, muchas bolsas de compras por el centro. Algunos paseaban a los perros. Otros buscaban un sitio en el que tomar algo. Los mayores caminaban y charlaban en grupos de dos o tres. Andalucía en una tarde de verano. 

Entonces leo lo que la comisaria de la exposición, María Jiménez Ramos, periodista y profesora en la Universidad de Navarra, contaba en ABC: que muchos policías que morían en País Vasco asesinados por ETA eran del Sur y dejaban atrás familias que acababan volviendo a sus origenes para aguantar la tristeza de la viudedad y orfandad para el resto de sus vidas.

''Andalucía tiene una deuda pendiente con las víctimas del terrorismo'', decía Jiménez Ramos. Pero tenemos delante un grave impago colectivo de esa deuda.

miércoles, 16 de julio de 2025

El Islam que vive entre nosotros

 Hace algunos meses, llevé a mi clase de alemán un libro magnífico de las religiones del mundo. Era una clase con 13 árabes (un yemení, dos iraquíes y 10 sirios), y me proponía enseñarles no sólo alemán, sino también la pluralidad de creencias en Europa y en Alemania, el país donde residen.

El libro mostraba Wimmelbilder, imágenes al estilo de las de 'Buscando a Wally', con personas, templos y objetos pertenecientes a la religión correspondiente. Yo me imaginaba que al entrar en el capítulo del judaísmo, los árabes se irritarían especialmente. Pero me sorprendió que la información sobre la religión judía fuera aceptada con gestos respetuosos o al menos gélidos, mas no despectivos.

Mi sorpresa fue grande cuando llegamos al capítulo del Islam. Ahmed, un camionero de Damasco que se caracterizaba por ser el dicharachero del grupo, se puso colorado y me dijo, indignado, que este capítulo ''no era de musulmanes, sino de chiitas''. Cómo? bueno, la variante del Islam de Irán y partes de Iraq, no? ''No, no, pero es que no son musulmanes. Son el diablo''. 

A menudo, y este evento real me lo confirma aun más, me gusta imaginar que el mundo musulmán de hoy vive su división entre chiitas y suníes como los cristianos vivíamos la nuestra durante la Guerra de los Treinta Años. Es decir, el mismo conflicto, pero con las armas y la tecnología del siglo XXI. 

A decir verdad, solo es necesario coger un periódico alemán como el FAZ o el Süddeutsche Zeitung para darse cuenta de que la Guerra de los Treinta Años sigue dando coletazos en Europa: noticias peyorativas sobre la iglesia católica, el catolicismo como identidad a resaltar de un político, etc. Eso sí, en una Europa cada vez menos creyente y más secularizada y tiktokizada, ese conflicto es prácticamente irrelevante. Probablemente vivamos ahora mismo en Alemania en la era donde más igual da si un cristiano es católico o protestante. La división que hoy prima en el debate público es la de cristianos (mejor dicho, miembros de alguna iglesia), musulmanes y ateos/agnósticos. 

Según una encuesta de ABC de junio de 2023, si en el año 2010 hasta el 73% de los españoles se consideraba creyente, en 2023 el porcentaje era del 52,8%. Si en solo 13 años el número de creyentes ha bajado 20 puntos absolutos en un país considerado católico y de los más religiosos de Europa, pueden imaginarse ustedes bien cómo estará la cosa en Europa central.

No así con los musulmanes. Además, para una mayoría importante de musulmanes de Europa, la creencia no es suficiente: mostrar su identidad religiosa es también fundamental. El columnista de Charlie Hebdo, Gérard Biard, denunciaba en 2023 que los liceos de Francia se estaban llenando de jóvenes con abayas y qamis para burlar la ley de laicidad de 2004, que prohibe los símbolos religiosos -pero sólo estrictamente religiosos, no los culturales.

Y me dirá usted: y qué hay de malo en que la gente lleve lo que le dé la gana? Yo sinceramente, como liberal no prohibiría ninguna vestimenta. Eso sí, concedería esa libertad a cambio de asegurarme yo la libertad de poder criticar el porte de signos religiosos, una libertad que sí está en entredicho en occidente. Ya lo dijo Zar Amir Ebrahim, la artista iraní refugiada en Francia, a Paris Match en octubre de 2022: ''En Francia hay miedo con la libertad de expresión, y la gente está incómoda cuando se habla del islam, tiene miedo a que le llamen islamófobo''.

En 2024, un profesor alauita de Turquía que lleva desde los 70 viviendo en Alemania y está afiliado a los Verdes le dijo a una compañera de curso que el pañuelo que llevaba en la cabeza no era necesario en el Islam, porque no lo ponía en el Corán. La estudiante, sorprendida mas aparentemente tranquila -ayudaría que fuera un árabe turco el que le apuntara eso, y no un alemán blanco- le contestó que sí, que lo ponía en el Corán. La discusión discurrió apaciblemente durante algunos minutos, pero ninguno de los dos dio su brazo a torcer.

Este año, en un curso de integración, me atreví a hacer lo mismo con una estudiante tunecina bastante buena con el alemán, y con un inglés muy bueno. Me parecía una mujer racional y agradable, y supuse que accedería al debate. Cuando le dije que el Corán no exigía llevar velo, me contestó que sí, aunque algo más nerviosa que la estudiante del año anterior con el profesor alauita. Zanjó  la discusión con un ''además, es mi creencia, es irrelevante''. Al final de la clase, me mandó un link para demostrarme que estaba equivocado con mis pesquisas en Chat GPT. Para mi sorpresa, el link era a un vídeo de una académica exaltada que, en una entrevista con una televisión anglófona del mundo árabe, empezaba diciendo que el velo era obligatorio ''porque sí''. Allá la tunecina si me quería convencer con ello.

La realidad es que el Corán pide a sus seguidoras ''discreción con su belleza'', no su cabeza. Como ese mandamiento es tan inexacto, hoy en el mundo islámico vemos desde mujeres cubiertas al completo, como en Afganistán o Arabia Saudí, hasta mujeres sin ningún tipo de símbolo religioso, como en Kosovo, Albania o Turquía, pasando por soluciones intermedias como el hiyab (en árabe, pañuelo), predominante en Europa.

De esta realidad saco dos conclusiones. La primera es que alguien tendrá que explicarme por qué se ven mujeres con velo a diario con caras maquilladas, si las sagradas escrituras islámicas dejan claro que la belleza no hay que resaltarla, sino ocultarla. La segunda es que la imposición cultural del velo tiene más que ver con la desconfianza y la castidad -esta mujer es mía y no necesita que nadie más trate de conquistarla- que con un amor religioso a ningún profeta. Cosa parecida sucede con el vino: el Corán no lo prohibe (y esto me lo dijo la tunecina! cosa que comprobé luego en Chat GPT), sino que pide moderación. Sin embargo, las sociedades musulmanas (a excepción quizá de los países antes mencionados Albania, Kosovo y Turquía además del Líbano) lo prohiben tajantemente, para ahorrarse el cálculo de esa moderación. Esto denota, como el velo, desconfianza.

Por cierto, que no solo hay países donde la interpretación del islam es menos estricta que en otros. También hay corrientes ideológicas, como los mutazalitas, que aunque son minoría parecen dignas de mencionar. El movimiento mutazalita quiere interpretar el Corán de forma racional, y rechaza los 'hadiths' por anacrónicos. Un ejemplo de hadith (palabra o gesto sagrado de Mahoma) es no dar la mano a una mujer. En París, solo la mezquita Fatima está afiliada en parte a esta doctrina. En esta mezquita, hombres y mujeres no están separados, y el velo no es obligatorio. Karina Bahloul es iman de la mezquita -una rareza que lo sea una mujer-, y ella misma escribió en Le Monde que habría que abandonar el velo como símbolo del islam.

domingo, 6 de julio de 2025

El odio de los viajeros a los turistas que se creen viajeros (Travel jerk-alism)

 Hay una tendencia en las redes sociales que ha ido creciendo exponencialmente los últimos años: la llamaré travel jerk-alism. Cada vez que un canal o una cuenta especializada en viajes sube fotos y un texto sobre un lugar del mundo relativa o prácticamente desconocido, el apartado de comentarios se llena de gente indignada por el pecado de revelar un rincón que hasta entonces era secreto y que el periodista poco menos que ha desflorado con su pluma o teclado.

Las personas que se esconden detrás de esos comentarios suelen ser viajeros con unas ganas inmensas de ser los próximos en visitar ese lugar -del que acaban de descubrir, por ejemplo, que es más seguro o agradable de lo que pensaban-, pero eso sí, son conscientes de que todos los que han dejado like y los que hayan podido ver la publicación podrían tener la misma intención, y por tanto, temen acudir a ese lugar y verlo lleno de turistas. 

Definición de turista: ''los otros viajeros que no son yo, me, mí y mis circunstancias''. 

Este fenómeno de travel jerk-alism, o sea, de culpar de canalla al pobre periodista de viajes que sólo quería relatar la fascinación sobre un punto del planeta, es una prueba más de la cultura individualista con aire de superioridad que afecta a mucha gente en nuestros días. Es el adanismo de la era digital.

Yo prefiero pasar de la publicidad de viajes en las redes sociales -aunque no niego que me influya también. Es mucho mejor acudir a los periódicos de papel, porque los leen mucha menos gente y te encuentras con joyas como Pueblo Garzón, en Uruguay, una aldea de 200 habitantes de la que el Financial Times escribió que había reconvertido muchas casas abandonadas en bodegas de vino y aclamados restaurantes.

Otra alternativa es lanzarse a visitar un país sin siquiera haber leído artículos de viajes sobre ellos. Basta con echar un ojo a Google Maps para saber de opciones de alojamiento, comida e infrastructuras. Esto tiene la enorme ventaja de que quien lo hace, suele llegar a rincones fascinantes incluso antes que el periodista al que van a lapidar luego en las redes. Me ocurrió en 2016 cuando llegué a Jinja, a orillas del Lago Victoria, en Uganda. Era el único blanco en una ciudad con turismo local desarrollado, lavanderías, mototaxis a punta pala (los famosos boda-boda, porque también llevan mercancía de Border a Border -frontera- con Kenia) y restaurantes bastante buenos. 

Y encima, con esta última opción tiene uno la posibilidad de crear escuela y hacer que otros viajeros le imiten, contribuyendo a la economía local, que falta les hace a muchos países pobres. Volveré a hablar de este tema cuando saque el tema de la inmigración.

viernes, 4 de julio de 2025

JOSEP RAMONEDA: EL VISIONARIO QUE NO VE

 Es épico siempre leerle a Josep Ramoneda un artículo de no hace mucho tiempo. El tiempo hace con los artículos de Ramoneda lo que el oxígeno con el hierro. Veamos.

En El País, un mes antes de las elecciones adelantadas de julio de 2023, el periodista dejaba constancia de las siguientes bobadas:

- El PP tiene dos almas, ''una conservadora, de Feijoo (conservador alguien que acepta las leyes abortistas de la izquierda?), y otra trumpista, de Díaz Ayuso'' (mi padre decía mucho que teta y sopa no caben en la sopa; pero para la izquierda, es posible acusar a Ayuso de neoliberal y al mismo tiempo de trumpista, siendo Trump no más antiliberal que ha tenido Estados Unidos en dos siglos).

- Vox es un partido fascista, ''franquista, si se prefiere, que es lo mismo''. No hombre, no. El gran Juan Francisco Fuentes Aragonés, catedrático de la Complutense nada sospechoso de fascista, deja bien claro que el fascismo influyó en el Franquismo solo en sus primeros años, hasta acabada la segunda guerra mundial. Qué barbaridad es esa de que un país aguante con 40 años de fascismo... tres veces más de tiempo que el III Reich? Esto solo lo puede decir un canalla al que no le importe relativizar lo poquito que duró el gobierno exterminador de Hitler.

- ''Las prohibiciones e ilegalizaciones son el único lenguaje que tiene la derecha radical para todo lo que no les gusta''. Anda, no sabía yo que los socialdemócratas alemanes del SPD, que quieren ilegalizar a la AfD y se encuentran recabando pruebas en estos momentos para llevarlo a cabo, fueran derecha radical.

- ''Dice Owen Jones en The Guardian que en toda Europa, la extrema derecha está creciendo, y lo más terrorífico es que parece normal''. Sí. Un mes después la extrema derecha de Puigdemont, que acabaría exigiendo el control de las fronteras en Cataluña, consiguió siete diputados clave para sostener la legislatura de Pedro Sánchez. El del curriculum dignificado por anticipar las elecciones.

Venga, a dignificarlo más anticipándolas ahora.


viernes, 27 de junio de 2025

No me jodas, Piper! Adam Smith activista climático e intervencionista!

 En ese afán de los periodistas progres por tergiversar hechos históricos para acomodarlos a la manipulación del presente, Nikolaus Piper, naturalmente del Süddeutsche Zeitung, no quiere quedarse atrás.

En un artículo biográfico del pensador escocés Adam Smith -considerado el fundador de la teoría del libre comercio y la no intervención del Estado como ejes para la prosperidad de las naciones-, Piper se preguntaba qué pensaría hoy Adam Smith sobre el debate del cambio climático. 

Como base a su argumentación recordaba Piper la teoría fundamental de la mano invisible de Smith, según la cual, un rico contribuiría a la prosperidad de sus semejantes en el momento de invertir capital para multiplicarlo. Smith creía que el hombre próspero no ayudaba conscientemente, sino que la prosperidad de los demás era automático, una suerte de consecuencia de su propio interés económico (de ahí el apelativo de mano invisible). ''Al perseguir sus propios intereres, promueve aquellos de la sociedad de una manera más eficiente que si los promoviera de manera intencionada'' es una de las frases más lapidarias de Smith. 

Esto es rigurosamente cierto y un servidor lleva observándolo durante más de una década en la ciudad en la que vive, Heilbronn, donde el hombre más rico de Alemania, Dieter Schwarz, con la plena epansión de Lidl por todo el mundo, ha transformado económicamente su ciudad y dado trabajo (muy bien pagado) tanto a alemanes como a extranjeros, por no decir el Estado y el país.

En una explicación realmente retorcida, rayana en una exposición digna de vergüenza ajena, el periodista Nikolaus Piper decía que esa misma mano invisible podría darse hoy con la imposición de límites de velocidad en las autopistas o el incremento de impuestos a las emisiones de dióxido de carbono. Así, los cándidos ciudadanos consumirían menos e irían más despacio en las autopistas, contribuyendo gracias a esa sedicente mano invisible a salvar al mundo. 

Esta exposición pueril olvida un par de detalles importantes. No hay mano invisible que controle el inevitable deseo de mucha gente de ir rápido por la autopista. En todo caso el Estado hace acto de presencia por medio de policías o radares. Si bien es cierto que estos son muchas veces invisibles, de mano invisible no tienen nada.

Además, cuando Piper cierra su artículo con la frase ''Dicho todo esto, Adam Smith es un protector del clima'', comete la falta moral no solo de endiñarle una aspiración moderna a un filósofo escocés fallecido hace 200 años, sino que también hace suponer al lector que sólo el que prohíbe ir rápido en la autopista o incrementa un impuesto a la emisión de dióxido de carbono es un protector del clima.

Yo me decanto por pensar que Smith, fiel a su obra famosa, hoy favorecería la mano invisible que nos trajera nuevas y limpias tecnologías, muchas de ellas aún esperando aprobación en los cajones de burócratas para los que es mejor prohibir y dirigir que dejar hacer.

domingo, 22 de junio de 2025

Auslegungssache

 Esta semana he estado en Friedrichroda y Gotha, en Thüringen, uno de los cinco 'nuevos Estados' alemanes, aquellos que pertencieron a la Alemania comunista hasta 1990.

Ya había estado en Erfurt y Weimar en 2010, las dos ciudades más famosas de esta región, pero era mucho más joven y no me había percatado de lo que me he percatado ahora: la abrumadora diferencia demográfica de este Estado del este y el Estado de Baden-Württemberg, viejo Estado de la República Federal de Alemania. Si en Heilbronn el porcentaje oficial de musulames es del 6% (aunque en el centro de la ciudad la impresión es que las mujeres con velo ronda el 10%) en Thüringen tan solo he visto a una mujer con velo -en un puesto de salchichas-, aparte de dos asiáticos en el magnífico restaurante japonés y un pakistaní en una tienda donde mi mujer ha comprado un bolso.

El resto (librerías, terrazas, calles y avenidas, conductores de tranvías, gente haciendo deporte o paseando en el parque) parecían ser alemanes... cómo decirlo para que no me cierren el blog ni me tiendan una trampa... alemanes de varias generaciones.

Del velo volveré a hablar más tarde.

Con este viaje me he acordado de un artículo del 26 de mayo de 2023 en el diario progresista Süddeutsche Zeitung, en el que se hablaba de una protesta en la ciudad de Schleusingen, en Thüringen, contra la construcción de un centro de refugiados. La redactora, Iris Mayer, hablaba de ''ciudadanos'' protestando ''junto a neonazis'' (le negaba la condición de ciudadanos a los neonazis... y a saber a quién se refería exactamente con ese apelativo) contra la medida. Habría que preguntarse seriamente si todo aquello que quieren los neonazis es susceptible de convertirse en tabú para el resto de la población: si alguna vez los 'neonazis' salen a la calle contra el cierre de un hospital, entonces nadie podrá manifestarse por el mismo motivo que ellos? 

Por cierto, y miren por dónde: el centro de refugiados de Schleusingen tendrá lugar en un antiguo hospital. Dado el desastroso estado de la sanidad alemana, podrían haberlo reabierto para consultas y operaciones, pero no, se le ha dado prioridad a 80-100 refugiados ucranianos.

Imaginen la presión insoportable que tendrán los ciudadanos de Thüringen para manifestarse contra un centro de refugiados para personas de países islámicos teniendo en cuenta que ya está mal manifestarse con neonazis si es contra un centro de refugiados de la misma religión, del mismo continente y hasta del mismo aspecto físico.

En una pancarta de Schleusingen se leía ''Heute sind wir tolerant. Morgen fremd im eigenen Land'', o lo que es lo mismo ''Hoy somos tolerantes, mañana extranjeros en nuestro propio país'' (rima en alemán). Y ahora volvamos brevemente al tema del velo.

Doy clases de alemán a refugiados e inmigrantes, muchos de ellos de Siria, Afganistán y otros países o territorios musulmanes (Chechenia, Kosovo, etc). Una conversación recurrente en mis clases es el consumo de cerdo por parte de los cristianos. Me resulta interesante cómo los musulmanes me preguntan -como digo, en muchas ocasiones- por qué como cerdo, si es un animal sucio. A dos estudiantes kosovares les contesté una vez que por qué comían pollo ellos. Que si habían visto alguna vez la suciedad de un gallinero. A ello, me respondieron que un cerdo no suda, por lo que la carne, de alguna manera, absorbe el sudor. Respondí con la broma de que el cerdo estaba muy rico. 

Ante eso, un estudiante de Chechenia (que en las pausas sale a rezar en dirección a la Meca y que en el Ramadán salía nada más empezada la clase para celebrar la puesta de Sol) apuntó al hecho de que la Biblia también prohibe el consumo de cerdo. Para demostrarlo, me enseñó un pasaje del Antiguo Testamento. Se me ocurrió responder, más rápido de lo esperado, que en Europa la religión no sólo juega un papel secundario, sino que concede una interpretación más abierta de las Escrituras. Dios en el Antiguo Testamento es malo, repetí dos veces. Dios castiga y es duro con sus criaturas. Todos los musulmanes de la clase estaban silenciosos, probablemente pensando de mí lo mismo que suelen pensar (y decir) de los kurdos que no practican el Ramadán: que ni yo soy un verdadero cristiano ni esos musulmanes no practicantes son musulmanes.

Porque aquí está la madre del cordero: no es raro oír a un musulmán decir que los terroristas islamistas ''no son musulmanes'', pero tampoco es raro oírles decir lo mismo de alguien que no practica la religión rezando o siguiendo a rajatabla las reglas del Ramadán (vuelvo a poner el ejemplo de los kurdos, menos tradicionalistas y más amigos de los americanos que los árabes). Si un musulmán es solo aquel que interpreta al pie de la letra lo que dice el Sagrado Corán, entonces cómo interpretamos la sura que habla de cubrirse ''ante sus esclavos''? Aceptamos que debería seguir existiendo la esclavitud?

La gran diferencia cultural entre los cristianos y los musulmanes en la Alemania de 2025 -y me atrevo a decir que en toda Europa- es la interpretación de las escrituras de la religión a la que están adscritos -esto último sin posibilidad alguna de elegir, por razones obvias.

Una tunecina muy buena en alemán que se sienta siempre en la primera fila me decía hace algunas semanas que el Corán no prohibía el alcohol, sino que recomendaba tomarlo con moderación. Y esto es cierto: invito al lector a cotejarlo en Internet o en la versión de papel. La cuestión es por qué la inmensa mayoría de países musulmanes margina, por no decir prohibe el consumo de alcohol. La misma tunecina me lo dijo: para evitar el abuso, por lo difícil que resulta definir qué es un consumo moderado.

Entonces yo, que soy un profesor provocador, le dije que lo mismo ocurría con el velo. Que en ningún sitio del Corán se exigía taparse la cabeza. Esto yo lo sabía por un profesor alevita de Turquía, y pude confirmarlo leyendo el Corán. La tunecina reaccionó aturdida (por un momento temí que abandonara la clase), y me recomendó un video de Youtube donde una académica exaltada explicaba con muchos gritos en televisión que el velo era una obligación ''para empezar, porque sí''. Alucinante, pero era un argumento de peso para la tunecina. En el Corán no pone tapar la cabeza, sino ''tapar la belleza de las mujeres'', y esto, como el alcohol y otras muchas cosas de las escrituras, está totalmente abierto a la interpretación. Qué es belleza? Sólo el pelo? Por qué en algunos países se tapa el pelo y en otros absolutamente todo? Y una pregunta mucho más complicada: por qué es tan normal en Heilbronn ver a mujeres musulmanas con velo y maquilladas desde la barbilla hasta el moño? Ocultar y resaltar belleza al mismo tiempo? Eso no sale en el Corán. De musulmanas conduciendo un coche de alta gama con velo y gafas de Sol mejor no digo nada.

Cuando los ciudadanos salen a la calle para protestar contra un centro de refugiados, no merecen ser tildados de extremistas ni de descerebrados. No están siquiera en contra del status quo de refugiado. Son gente con un temor muy comprensible. Pero creo que será tarde cuando la mayoría se haya dado cuenta de por qué.

jueves, 29 de mayo de 2025

Exprópiese la mentira!

 El 23 de abril de 2023, Holger Gertz escribió una de esas diatribas que el diario progresista bávaro (de tirada nacional) dedica de vez en cuando a la CSU, el partido conservador que gobierna la región sureña desde los años 50.

Recordaba con razón que los últimos 20 años, el ministro nacional de Transportes había sido de la CSU. El problema del artículo radicaba en achacar a este hecho el actual estado paupérrimo de los ferrocarriles alemanes. 

En 1994, la empresa pública Deutsche Bahn tuvo una reforma, según recuerda Gertz, que llevó a transformarla en una empresa que empezó a funcionar ''como una privada''. Gertz lo resumía así: ''comprometida con el bien común, pero ajustada a las exigencias de la bolsa y orientada a las ganancias''. 

Chupito.

El que en 2025 ve la cuenta de resultados de Deutsche Bahn, ve un cuadro de facturación y deuda que en una empresa privada llevaría a disparar al director de esa empresa. Sólo la rama de mercancías de Deutsche Bahn tiene beneficios, no así la pseudoprivatizada Deutsche Bahn como tal, la que incluye al transporte de pasajeros.

Se atreve a decir Holger Gertz que la empresa pública ha apostado solo por trayectos rentables. Será que Gertz jamás ha cogido un regional vacío de Würzburg a Frankfurt a las 10 de la noche? 

Claro que si se refiere a que hay muchos, muchísimos trayectos como ese que han sido eliminados... entonces habría que preguntarle a Gertz cuántos trayectos habría que haber suprimido para que el CSU se librara de sus críticas y pasara, de paso, por ser un partido socialdemócrata más. 




sábado, 17 de mayo de 2025

PROFETA DE LA CÁSCARA DE PLÁTANO // PROPHET DER BANANENSCHALE (Übersetzung auf Anfrage)

 Hace ya muchos años que la religión no tiene el hueco que solía tener en nuestras vidas, por la omnipresencia de la ciencia. Esto es una obviedad. Sin embargo, en el denominado mundo libre, el 'progreso' se define por el sitio que se le hace a las nuevas religiones: la lucha contra el cambio climático, las ideologías de género, la adaptación de la lengua y la censura de determinadas palabras o temas, por dar algunos ejemplos.

Los propulsores de esas nuevas religiones siguen creyendo en la ciencia que hace décadas venció a la religión (cristiana, hay que especificar), pero sólo cuando les interesa. En otras palabras, creen en la ciencia sólo si ésta no molesta a las nuevas religiones. Parece una paradoja, pero para periodistas como Gerhard Matzig esto está a la orden del día! 

Ya no estamos a principios de los años 2000, cuando en el colegio se nos enseñaba la dicotomía entre religión y ciencia para la explicación del origen del mundo. Ahora damos por hecho que solo la ciencia tiene respuesta a ello, y en 2025 es más fácil ver un AVE sin incidencias en la España de Oscar Puente que a alguien explicando el mundo en los medios de comunicación con el libro del Génesis.

En un artículo de 2023 en el diario progresista Süddeutsche Zeitung, Gerhard Matzig escribía que la Technologieoffenheit (el abrazo de las nuevas tecnologías) se utiliza como Chiffre (excusa) para decir algo así como que sigamos adelante con una supuesta destrucción del mundo.

En ese artículo, Matzig se ríe de los que hoy pregonan que la ciencia puede solucionar los problemas de contaminación del mundo con una alusión a la película Regreso al Futuro, en la que Doc llena el depósito de su Delorean con latas de cerveza y una cáscara de plátano.

Esa película es de los años 80, cuando aún no había E-Fuels, ni minicentrales de torio (en vez de uranio) como las que ya está usando China, ni queroseno sostenible (SAF) con reducción de 80% de emisiones (sí, Matzig, creado de manera sostenible gracias a residuos!, datos del Centro Alemán para la Aviación y el Espacio), ni investigación de hidrógeno como combustible a tener seriamente en cuenta para la aviación del futuro. En los años 80, un tal Klaus Lackner tampoco había inventado aún un árbol sintético en la Universidad de Arizona -comercializado por la empresa irlandesa Carbon Collect- para atrapar dióxido de carbono de la atmósfera

Esto lleva inevitablemente a dos conclusiones: o Gerhard Matzig es un ignorante que escribió su artículo sin conocer las novedades científicas ya existentes o en fase de investigación, o bien las conocía pero le convenía apartar la ciencia a un hueco oscuro para dar prioridad periodística (qué digo periodística: vital!) a las nuevas religiones de las que es sin lugar a dudas un codiciado profeta.

jueves, 10 de abril de 2025

RISS IBA CONTRA LA IZQUIERDA SOCIALDEMÓCRATA, NO CONTRA LA DEMAGOGIA

Creíamos que Riss, el director de Charlie Hebdo, era el ariete de la izquierda jacobina francesa contra lo woke, los populistas y reaccionarios. También contra el postureo ecologista (si bien nunca negaron la necesidad de hablar del cambio climático), la intolerancia religiosa (ignorada por la izquierda liberal) y en general cualquier asomo de demagogia en todo el espectro político. 

Nos lo confirmó en su entrevista a El Mundo en enero de 2023, cuando dijo que la izquierda (refiriéndose al centroizquierda o socialistas) les había abandonado.

Sin embargo, pocas semanas después Riss patinó cuando se atrevió a dar su opinión sobre la reforma de las pensiones de Macron. Lector asiduo de Charlie Hebdo desde hace años, nunca consideré al semanario galo un órgano del partido comunista o cercano siquiera a Melenchon, pero estas líneas de su director me sorprendieron bastante: 

''La perversidad de la reforma actual es que para tener una pensión completa hará falta sudar en el curro dos años más. La derecha, que defiende esta reforma, tiene finalmente una concepción poco cristiana de la solidaridad: los más favorecidos (ricos) no quieren pagar por los más pobres''.

De criticón de populistas y reaccionarios a primer populista y reaccionario del arco mediático francés. Conque poca solidaridad cristiana... y entonces, los ''más favorecidos'', acaso no van a tener que trabajar dos años más, pagando impuestos -y al fondo de pensiones- mucho más que los desfavorecidos? en qué sentido es menos solidaria la derecha?

Por qué no especificó Riss que su idea antijacobina en realidad es que los ciudadanos de Francia ya no sean iguales ante la ley, y unos se jubilen antes que otros dependiendo de su patrimonio o de lo que ganen? 

La solidaridad, en estos tiempos, se confunde con la extorsión cargada de paciencia infinita.

miércoles, 26 de marzo de 2025

QUÉ FÁCIL ES DEBATIR SOBRE LA EUTANASIA Y EL ABORTO CUANDO SE ESTÁ MUY VIVO

Sucede con demasiada frecuencia que un político se vuelva más razonable cuando deja la política que cuando medraba en ella (caso clásico: Felipe González). Pero curiosamente, el caso contrario tampoco es nada raro: que un político sea más radical estando fuera del gobierno que dentro (ejemplo: Varoufakis).

Lo más sorprendente de esto es que, como señalo anteriormente con los dos ejemplos, esto se da en todos los países, no es un patrimonio de España.

El 17 de marzo de 2023 entrevistaron a la exministra de Sanidad de Francia, Agnès Buzyn, quien se pasó toda la entrevista alertando sobre la frivolidad y falta de profundización en el debate sobre la eutanasia -algo por lo que no luchó durante su estancia en el gobierno.

Empezaba diciendo Buzyn, que recordaba su experiencia de varios años como enfermera, que mientras más se acercaban sus pacientes a la muerte menos deseaban acelerar el proceso de morir. ''No recuerdo a ningún paciente que me pidiera morir'', recuerda la exministra con 20 años de experiencia en el sector.

La cita clave de la entrevista se da cuando Buzyn recalca que ''esta petición de libertad de elegir morir se da cuando uno no se tiene que enfrentar a la muerte; se da cuando se tiene buena salud y apetece mantener esa libertad de dirigir su propio destino. El debate sobre la ayuda activa a morir es, en primera instancia, un debate entre personas a las que les va bien''.

Me parece importantísimo este diagnóstico social de la exministra, porque da en la diana y abre el melón para otro debate: el del aborto.

A menudo he leído, incluso me he visto enfrentado a posiciones en torno al aborto que echaban en cara a los hombres antiabortistas dar su opinión de un tema ''sin ser mujer'', como si esa fuera la identidad determinante o al menos la única que otorgara el permiso a opinar sobre el tema. 

En realidad, les guste o no a los abortistas (que son lamentablemente inmensa mayoría social hoy en día), lo correcto sería apuntar y subrayar que somos los vivos -hombres y mujeres- los que tomamos posesión de decidir sobre la (futura) vida de los demás... de aquellos que no pueden decidir.

Qué fácil es debatir sobre la eutanasia cuando uno está muy vivo. Qué fácil es poder decidir sobre el aborto de los que aún no están fuera para poder decidir también.


jueves, 30 de enero de 2025

La viga en tu propia portada

 Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? (Lc. 6.37-38, 41-42).

El 13 de febrero de 2023, el periódico progresista Süddeutsche Zeitung titulaba en portada que los democristianos de la CDU habían ganado las elecciones en el Estado de Berlin... que se habían tenido que repetir por fallos tanto en la organización como en la vigilancia y recuento medio año antes.

No recuerdo haber leído nada sobre la repetición en medios españoles. La verdad es que o bien el PR de Alemania es digno de admirar o el resto de Europa se portó muy bien mirando para otro lado sobre un escándalo más propio de repúblicas bananeras que de la primera potencia europea.

Ni siquiera en la profundamente degradada España de Pedro Sánchez, donde todo un fiscal general del Estado se encuentra imputado y culpando a los jueces de su desdicha, podría yo imaginarme la repetición de unas elecciones en una comunidad autónoma. Pero ha ocurrido en Alemania, queridos.

Y qué se encuentra uno en ese mismo número del SZ de 13 de febrero de 2023? pues en la página ocho, a cuatro columnas, el periódico de Munich daba la noticia del juicio a los moteros de los Hells Angels en Madrid acusados de pertenencia a banda criminal. En la pieza, firmada por Celine Chorus y Christoph Koopmann, uno tiene la sensación de percibir una cierta condescendencia con los 50 acusados. Pero eso no es lo más grave. Lo grave es que la pieza es toda una cascada de críticas al sistema judicial -e incluso cultural- español. 

Si bien hay que admitir que acierta en determinados contenidos, como por ejemplo el retraso del juicio, ya que los acusados fueron detenidos en 2013, el resto (mala traducción, que la sala parezca ''una sala de espera de un ayuntamiento'' o que el proceso empezara con retraso) es toda una oda a la hispanofobia y la leyenda negra.

Mala traducción... check: en el cambio de nombre en la oficina de tráfico de Heilbronn al vehículo que recibí de mi padre.

Pintas de una sala... check: vivo en un país que, tras una reconstrucción record tras la Segunda Guerra Mundial, ha mezclado modernidad y clacisismo en sus calles dando el juego que da un café con langostinos.

Proceso con retraso... check: trenes alemanes, story of my life.



domingo, 12 de enero de 2025

Taxi pa ti, Cabify pa mi

 El 23 de enero de 2023, el diario Expansión publicaba que RTVE había concedido a Cabify un contrato para transportar a sus trabajadores e invitados (contertulios, entrevistados, etc) por un total de 1.002.122 euros para los estudios de Madrid y casi otro millón en los de Barcelona.

En seguida me acordé de mis tiempos en Intereconomía (2008/2009), cuando el departamento de Producción daba cheques para el servicio de taxis de Madrid. Entonces no existían Uber o Cabify, o al menos no eran tan conocidos como hoy.

Lo sorprendente de la noticia de Expansión es que hay hoy en España, país cuya riqueza emana sobre todo del turismo, aun comunidades autónomas donde los VTC no son legales. Un ejemplo es Canarias, con transporte público aceptable en Gran Canaria y Tenerife pero deficiente en Fuerteventura y lamentable en Lanzarote. Una razón de peso para que esta prohibición de la competencia exista no es tanto la oposición del gremio del taxi como la resistencia de la intelligentsia en política y sobre todo en los medios de comunicación.

En primera línea de estos medios de comunicación está, por supuesto, la RTVE sanchista y largocaballerista de la España de 2025. Dense cuenta que los VTC son para el taxi lo que los pisos turísticos para los hoteles.

Por qué RTVE se ha decantado por Cabify no lo sé, pero que no es por eficiencia económica creo que está claro para todos, después del multimillonario fichaje del mermado de Broncano.

Más bien será la comodidad y el buen servicio que suponen los VTC, que la intelligentsia de contertulios y presentadores se encargan de demonizar mientras los utilizan con muchísimo gusto.