miércoles, 26 de septiembre de 2007

CON PRISAS, SIN FUNDAMENTO

El Gobierno de España (joder, vaya rachita de entradas políticas, prometo cambiar el próximo tema) está nervioso. Su política ha resultado fatal en los primeros y últimos 4 años de Gobierno socialista en el nuevo milenio. Reforma territorial, división social, leyes sobre papel mojado, negociación con ETA, subida de las intocables hipotecas...

Con todo, el ejecutivo ha abierto la caja -o la saca, debiéramos decir-, una caja que ya no importa si viene heredada por gobiernos del PP o por los del PSOE (dudo mucho que González dejara algo), simplemente es una caja que recién estrenado el Gobierno zapateril, se llenó de superávit. Al mismo tiempo, se saldaron las cuentas y el país pasó a números negros.

En estos comienzos de otoño, tenemos la desgracia de haber caído en una crisis financiera a nivel continental, que afecta a todos los países que de alguna manera dependen del Reino Unido. Y Zapatero, con su habitual guiño despreocupado ha asegurado que la crisis no afectará a España. Y no sólo eso, sino que encima todo parece indicar que su medida de los 2.500 euros por hijo, el programa de servicio dental y otros regalitos de reyes van a salir adelante para ir abriendo conciencias a la cada vez mayor masa de abstenidos en las generales. Pero no sólo de pan vive el hombre, y nuestro presidente se ha encargado también de hacer que la idea de España brille ahora hasta en los anuncios publicitarios. Cuando hace meses murieron esos 6 soldados españoles en Líbano, no sólo se ocultó su llegada para pormenorizar al mínimo nivel el escándalo social por el tema de la guerra, sino que encima el funeral fue bastante austero. Hoy, con la capilla ardiente de los dos españoles muertos en Afganistán, se ha colocado una bandera que casi no cabía en la portada de El Mundo. España España España, se les llena la boca con España, cuando hace un año, en plena negociación, recurrían a cualquier tipo de eufemismo para tratar a España 'de otra manera.'

Por su parte, la posición del PP con respecto a la guerra de las banderas no es muy racional. Me parece perfecto que pidan el afecto y apoyo del PSOE a los actos de valentía de alcaldesas como Otaola, y que promuevan una campaña en favor de la colocación de banderas, pero ésto último hubiera sido una óptima propuesta si no fuera porque en tiempos de Aznar, pasaba exactamente igual. Admiro como el senador García Escudero puede estar tan tranquilo con respecto a este tema. Es sin duda el popular más sereno y cuerdo que cuenta el partido en el Senado, pero la verdad es que acusar al Gobierno de eso es una falta de responsabilidad.

En fin, un poquito de neutralidad al asunto. Espero que no quede mucho para que empiecen a debatir sobre temas de Estado, y sobre todo reforma de la Ley (para que dentro de 15 años, si Euskadi sigue siendo España, colocar o no una bandera no sea objeto de debate, sino una realidad palpable e indiscutible).

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