Quizá algún representante de la esfera pública pudiera explicarmelo. En las pasadas elecciones municipales, ganadas por el PP con 150.000 votos de ventaja sobre el PSOE, pudimos observar carteles publicitarios de Esperanza Aguirre y Gallardón por toda la ciudad de Madrid. También por los andenes y laberínticos esquinazos del metro, compartiendo así espacios con los muy favorecidos y sonrientes Simancas y Sebastián encorbatados aunque sin chaqueta.
Esta vez, y tras la presentación de los carteles de campaña electoral (''Vota con todas tus fuerzas'' y ''Con cabeza y corazón'', del PSOE y PP respectivamente) que han sustituido, en muchas zonas de Madrid, a los carteles de precampaña (los 13 lemas del PSOE y la sonrisa fija de Rajoy), el PSOE puede presumir de contar con la completa hegemonía de los espacios publicitarios de ese servicio público que es el metro. El transporte colectivo de la capital de España, que a diario mueve a cientos de miles de personas, cuenta en sus entrañas subterráneas con todos esos carteles socialistas de precampaña y de campaña, es decir que nuestro presidente es el político que se lleva la palma en la ciudad bajo tierra, con sus 13 lemas y su ''vota con todas tus fuerzas y con tu madre'', sin contar con la tensión, llamando fácilmente la atención con ese fondo negro con filetes y corondeles rojos color rosa socialista (del puño, no de UPD) en los puntos más estratégicos, situados a las salidas y junto a las taquillas del metro.
Si ha sido Gallardón y su equipo municipal el responsable de no concederle a Rajoy soportes en el metro, entonces queda más que supeditada la teoría de que realmente no es un hombre de izquierdas, sino de Polanco. Un hombre que prohibe el botellón (como debe de ser) y que prefiere formar un polémico Gobierno en la Comunidad de Madrid antes que votar por unas nuevas elecciones justas, como tuvo que decidir casi en soledad Esperanza Aguirre.
Claro que cabe preguntarse, ¿no habrá sido la cúpula de Génova la reacia a colgar sus carteles en el sistema de metro, ante el riesgo de sufrir las consecuencias de la tensión y las gamberradas propagandísticas de la extrema izquierda?
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