martes, 5 de febrero de 2008

IGUALITO QUE UNA DICTADURA

Hace escaso un año estuve en Tanger, y en pleno contacto con una sociedad tan arcaica y distinta a la española -aunque parecida a la andaluza en muchos aspectos- pude divisar alguna que otra pista sobre el gérmen de esa dictadura tan absolutista como insidiosa que es la de Mohamed VI.

Era, como no podía ser de otra manera, mediante la propaganda ideológica -Mohamed posando en un cuadro colocado en restaurantes con comida por delante, Mohamed posando encorbatado en unos jardines florecientes, jugando con su hijo, frente a los polvorientos parques de la ciudad en una gran pantalla, Mohamed vestido de militar saludando a los guardias que controlan las rotondas- y todo esto mientras, en plena hora punta, una tarde de vuelta de Asillá los del taxi vimos a un chaval que, por sus manchas y harapiento aspecto parecía mecánico en un principio, hasta que con estupor observamos cómo se metía en un camión con matrícula de Marruecos que claramente se dirigía al puerto de Tánger. Al menos ellos ya lo conocían. Nosotros le hicimos fotos, pero los transeúntes se quedaban mirándolo como cuando en España nos entretenemos viendo al peatón que cruza un semáforo en rojo.




Desde el balcón de mi habitación del Hotel Solazur, veía con resignación y un poco de hartazgo de los 3 días de olor a basura en los callejones menos turísticos de la ciudad la pobreza y la suerte al mismo tiempo de poder divisar mi país al fondo, un país cuyo vislumbramiento se veía cercado por las nubes -atraídas por las corrientes del estrecho- en la mayoría del tiempo, pero que al ser divisado francamente me dolía en mi interior. Me dolía España, como a Unamuno, pensar que cada vez más hubiera gente que violentamente la utilizara para la confrontación, gente que quisiera dividirla, gente que quisiera coger su cachito de tierra e independizarse. Entonces empezaba a pensar: ''lo que veo no es solo España, sino también Andalucía. Andalucía es una auténtica república bananera, pero aún así, quiero volver''.

Ahora, Zapatero, es decir, el presidente de todos los españoles y de las Españas, se ha empeñado en extender esa República bananera a toda España. Ahora podemos ver esos carteles propagandísticos con motivo de las elecciones del 9 de marzo. Hasta 13 carteles con 13 fotografías y 13 mensajes distintos podemos ver ahora por las calles de toda España. El presidente del Gobierno, tan demagógico como siempre, está empecinado en hacer ver a los abstencionistas que la izquierda es ''muy buena'', que ''no está todo hecho'', que ''se ha logrado mucho'', y hasta que ''somos muchos''. Y todos estos claims con una imagen de fondo de Zapatero sin mirar al ciudadano, sino con la mirada despistada o centrada en otros puntos visuales -las fotos están tomadas en su mayoría de mítines y conferencias de partido-. Rompe totalmente con la tradición e instaura una nueva o ya conocida costumbre de amordazar y narcotizar a la población con mensajes cargados de despotismo y utilitarismo.

Si hace 4 años me la tomé con un voto de confianza en la noche de las elecciones, este año no sé como me lo tomaré. Mientras tantos, todos atentos a ETA.

3 comentarios:

JUSTIFICAME dijo...

una web de lujo tio bueno aki te pongo la mia que espa librase del curro o estudios algun dia con escusa...jeje

http://www.justificame.blogspot.com/

Anónimo dijo...

QUILLO NO TE IBAS DE VACACIONES

Falete dijo...

las vacaciones de un periodista no pueden durar más de tres días.