viernes, 19 de febrero de 2010

LARRA EN HELICÓPTERO

Los cielos de Cádiz no paran de escupir desde mediados del pasado mes de diciembre y hoy la tierra ha dicho basta. Los pantanos gaditanos están al 95% y la autopista que conecta Cádiz y Sevilla parecía hoy el puente de la Bahía de Tampa, una recta gris flotando en un mar de color marrón. Granjas al garete, pueblos ahogados.

Un helicóptero de Televisión Española ha retratado el tremendo arrozal en que se ha convertido la provincia más sureña de la península, y los observadores más detallistas nos hemos fijado en ciertos temas: de repente, una furgoneta blanca avanza dirección Sevilla sola por el carril izquierdo de la autopista, desierta. Va a no más de 80 kilómetros por hora, seguramente disfrutando de un paisaje extraordinario; la imagen desde el aire se corta y comienza el vox populi de los jerezanos.

''Ci. A vé que paza. De momento, a esperá...'' No es un aldeano haciendo las veces de fontanero, es el edil de no sé qué distrito, rodeado de cuatro o cinco funcionarios que le escoltan. Un funcionario que representa al pueblo. 200 años después, Larra resucita silencioso y observa (¿derramando lágrimas?) una campiña gaditana anegada, cuna de todas las luchas constitucionalistas.

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