lunes, 7 de junio de 2010

EL RECUERDO VIENE CON LAS ESTACIONES

De nuevo esta noche he tenido que untarme repelente de mosquitos para dormir bien, porque no hay cosa más molesta que empezar a conciliar el sueño y oír las alas de ese jumbo de dos centímetros que quiere despojarte de los brazos de Morfeo. Buscando en el armario del cuarto de baño he encontrado un bote sin estrenar que compré el año pasado. En realidad compré dos iguales, pero el primero ya lo gasté en Cuba, donde lo usaba cada dos por tres.

Frío era el líquido que me impregnaba y frío el recuerdo de ese mes de agosto tan caluroso, pateandome la isla bonita. Por si el calor fuera poco, el aroma también hace. De hecho, es el olfato el que despierta con el calorcito y el apogeo de la primavera; que alguien me diga que puede oler con profundidad en un mes de diciembre o enero.

2 comentarios:

Mercedes Pajarón dijo...

Totalmente de acuerdo: en invierno casi todos los olores están muertos.

Vaya, te me has puesto "proustiano" hoy, pero cambiando la magdalena por repelente antimosquitos. Muy original, sí señor!

Besos mosquiteros! (los odio... no los besos, sino los mosquitos, jajajaja)

Falete dijo...

ya veo ya, Merce, que lo que te va a ti son las picaduras, en todas sus variantes, ja, ja, ja!!!!!