lunes, 30 de agosto de 2010

LLUVIA ÁCIDA

En Alemania todo es puro: la gente, el aire, el agua. Pero cuando llueve, da igual que las gotas estén limpias, pues no dejan de tener un cierto toque ácido. Pensaba yo que éste era un país sin defectos, mas algo tarde me he dado cuenta de su gran inconveniente, las inclemencias e inmisericordias del tiempo. También he acabado por entender la gran emigración a Mallorca.

Hoy es 30 de agosto. Me he levantado temprano y me he asomado a la ventana. El cielo, totalmente encapotado; y una lluvia fina pero rápida atraviesa la atmósfera. Una mujer con un paraguas rojo camina muy lentamente por el parque. Todavía no sé si su parsimonia se debe más al viento o a la depresión, pero yo, en cierto modo, y bajo techo, estoy empezando a sentir una especie de artrosis, o una gran pereza de salir a la calle.

En realidad llevamos todo el mes de agosto igual, con cinco días de llovizna por cada tarde soleada. Y una tarde soleada, aún así, se puede transformar en una noche aguada. La previsión del tiempo para el día siguiente es tan inútil como el vaticinio de nuestros éxitos y fracasos para ese mismo día.

sábado, 28 de agosto de 2010

EL MALECONAZO, POR OTRAS VÍAS

Se cumple un año de mi entradilla prohibida en el Malecón. El famoso paseo marítimo de La Habana fue escenario en los 90 de numerosas revueltas, una de las cuales fue grabada en vídeo y colgada en Youtube por su importancia, tal que bautizó al alboroto como ''El Maleconazo''.

Y ahí estaba yo, tal día como hoy en 2009, desafiando las leyes de una dictadura y a sus omnipresentes guardianes. Hoy todavía ofrezco a mis amigos cubanos el enlace a mi reportaje en la red. Como es sabido, en Cuba es difícil ver videos en Youtube, a menos que se sea funcionario o gerifalte. No hay que engañarse: no es una medida contra el consumo, sino contra la libertad. Una falta de libertad que es inherente a los sistemas comunistas, donde la seguridad de lo colectivo, o sea del sistema mismo, prima sobre el bienestar de cada individuo.

jueves, 26 de agosto de 2010

DE LAS HERAS

Hay un profesor en la Universidad Complutense muy temido, cuanto menos respetado. Se llama Agustín Martínez de las Heras, que hasta este año ha estado impartiendo la obligatoria ''Historia del Periodismo Español''. No es raro ver que el primer mes de clase todos los alumnos entren en el aula con resoplidos, bufidos y sudores de frente. Y él intuye por qué. ''No soy un ogro'', aclara ante el acojonamiento general.

Efectivamente, no lo es. Tomé buena nota, en octubre de 2009, de sus avisos y reflexiones. De las Heras es un hombre cultivado y puntual, y por su manera de vestir se dijera que quiere cargar con toda la intelectualidad derramada por el sumidero de la izquierda de la transición. Bien es verdad que, siendo una asignatura de Historia, sorprende que mientras hemos repasado la iniciativa de empresarios y periodistas legendarios como Nicolás Mª Urgoiti, Francisco Nipho o José Ortega, en todo el curso no hayamos dado nada de Juan Luis Cebrián, ni de Jesús de Polanco, dos de los personajes más influyentes en la España de las últimas décadas y que verdaderamente responden a la necesidad de conocer la Historia. Y sus bruscos cambios.

Este pequeño desliz de moviola en el programa es perdonable. Y es que se trata del primer profesor serio que he conocido en los cuatro años que llevo estudiando; el único interesante al que escuchar; el único importante del que aprender. El mejor conferenciante de Madrid, y probablemente su mejor conocedor. Hijo predilecto sin título de la ciudad. El último docente, se le podría subtitular en la enciclopedia María de Molina o Larousse, que es donde debería acabar tras su jubilación. Se me olvidaba otro defecto: es un iluso y ferviente defensor de la revolución cubana, que querría traer a España. Pero esto sí que es perdonable, porque según él mismo asegura, es Cubavisión lo que le desvela por las noches.

¡Ay, la jubilación! Ese paso tan añorado por tantos estudiantes para sus profesores. Se equivocan. Hincar codos habrá que hincarlos, por supuesto, pero el que escoja a este profesor no se arrepentirá. Es un libro andante, y casi huele a papel.

miércoles, 25 de agosto de 2010

ACUMULACIÓN DE DISGUSTOS

La vida, cada día, nos ofrece disgustos y malos tragos, como el trato de una persona arisca, que hemos de aguantar. Y estos malos momentos poco a poco nos van minando a los adultos, que somos presos de nuestra memoria.

La felicidad, por tanto, está en luchar cada día, espada y escudo en ristre, contra estos malos momentos. Podemos ignorarlos, podemos reírlos, podemos obviarlos... pero, ¡ay! la memoria...

domingo, 22 de agosto de 2010

TRUCOS PARA AVANZAR EN EL ALEMÁN

Llevo un mes y medio en Alemania y más o menos ya me defiendo en alemán con la gente. No tengo ningún problema para hablar la lengua con extranjeros, porque su nivel es parecido al mío. Otra cosa son los alemanes oriundos, que me ponen más obstáculos para entender. Pero aún así, hay gente de aquí muy maja que me dice que está sorprendida por lo bien que me desenvuelvo en alemán. Y eso me motiva, aunque sin olvidarme por supuesto que aún no soy nadie, que me queda un año más para mejorar. Y hete aquí unos trucos para aprender alemán a velocidad vertiginosa -lo digo porque ni yo hubiera imaginado en junio hablando alemán sin problemas en agosto.

- Sintonizar la radio a todas horas, cuando se esté en casa. No tienen que ser las noticias o programas de tertulia, porque acaban martilleándote la cabeza. Una buena elección es una cadena de música, porque cada media hora hay noticias de tres minutos y la música ayuda a digerir lo que oyes.
- Configurar tu cuenta de Facebook con la selección del idioma alemán.
- Hablar en alemán, aunque aún tu nivel sea paupérrimo, allá donde vayas: banco, supermercado, oficina de la universidad, papelería... Si hace falta, los primeros días asientes con la cabeza incluso aunque no entiendas, porque lo importante al principio es pillar las palabras que sí conozcas.
- Llevar un diccionario de bolsillo a mano, siempre, hasta en la ducha.
- Apuntarse a todo lo que pueda ofrecer la oportunidad de hablar en alemán.
- No juntarse con españoles.
- Leer periódicos en alemán, subrayando todas las configuraciones de verbos y el vocabulario desconocido.

miércoles, 18 de agosto de 2010

¡VAYA LÍO, PEPIÑO!

Que no te aclaras. Que no hace mucho te referiste a Melilla como territorio parte de Marruecos. Que tampoco hace mucho Marruecos acusó a España de provocación con la visita de los Reyes a las ciudades autónomas, y ahora tú imitas al caudillo divino Mohamed VI. Aznar, ¿desleal al Gobierno por pisar territorio español, europeo?

Busquemos deslealtad en el diccionario de la RAE: 1. Cumplimiento de lo que exigen las leyes de la fidelidad y las del honor y hombría de bien. Por ejemplo, que Zapatero visite un territorio que desde hace una semana está siendo gravemente atacado por un país vecino.

domingo, 15 de agosto de 2010

NOSTALGIA, LO PEOR DE LA MENS SANA

La nostalgia puede incluir recuerdos de momentos dolorosos, aun tolerables, de los que hablaba Cioran: aquellos daños cotidianos que, soportables y livianos, nos van minando en mayor medida que los más graves y escasos.

Pero si de algo me he dado cuenta en estos últimos tiempos, es de que la nostalgia sólo existe en la 'mens sana'. No conozco a muchos nostálgicos. Sí a algunos melancólicos. Pero melancólico puede ponerse cualquiera, hoy en día. A decir verdad, no conozco a ningún nostálgico. El otro día, una tía me dijo que estaba ''obsesionado'', y que la obsesión no era buena. Me quedó la duda de si lo que había percibido ella era un abuso de nostalgia o una obsesión a secas.

El caso es que no paro de mirar al pasado. Es la mejor forma de proyectar el futuro, y a veces me ayuda, aunque también es verdad que me atrapa. Y entre medio, el tiempo, que me va arrastrando y amputando los miembros poco a poco. Es penoso que el hombre sea el único animal que tropiece con la misma piedra, pero también da pena no utilizar la inteligencia, que es otra de las cosas que nos separan del resto del mundo animal.

Esta semana he descubierto otro de los motivos por los que, en el extranjero, me siento mejor. Hace un año hablaba del idioma, un factor que sin duda influía porque siempre nos vemos condicionados por una lengua pobre en palabras, con la que podemos justificar nuestras carencias o deslices. Pero lo que he encontrado ahora es otra cosa. Es el conocimiento del estado de las cosas. Pero tampoco he descubierto el mediterráneo: ya dijo algún sabio griego que ''la felicidad está en no saber'', ergo, sólo los tontos pueden ser felices, ergo, no soy el primero en darse cuenta que el desconocimiento da cierta alegría al cuerpo.

En efecto, me quedan muchas cosas por aprender de España, pero de la situación política sé demasiado. También de la social y de la económica. Una de las cosas que más me jodían de Madrid era pasearme por la Gran Vía una noche a las tres de la madrugada, porque aquello parece el Edén en pleno desfase, la arteria de un país con afección cardíaca dado un colesterol de cinco millones de parados.

Entonces, ¿por qué estoy feliz en Alemania? Porque ahora mismo me estoy dedicando, más o menos, a vivir. Así de simple. No conozco la realidad política, acaso que gobierna la derecha con los liberales, pero de las meticulosidades no me sé nada. No sé quién engaña, o quién roba. No hay desorden, en realidad, por lo que no tengo que preocuparme por coger la escoba mientras los demás bailan. He aquí el meollo de la cuestión.

Pero no hay que dormirse, porque si mi sueño es quedarme aquí, entonces estoy obligado a informarme de lo que me rodea, porque si no, formaré parte de la chusma, y lo que es peor, no valdré para ningún trabajo en el futuro en la carrera que me gusta y que hace cuatro años elegí estudiar.

martes, 10 de agosto de 2010

ESPERANZA PARA DERROTAR A AGUIRRE

El PSOE lleva 16 años en la oposición de la Comunidad de Madrid. Ahora, nuevamente, quieren remontar el vuelo. Antes pensaron ilusamente que el alcalde más votado de España, Tomás Gómez, podría arrebatar la poltrona a Esperanza Aguirre, y ahora piensan ingenuamente que una ministra, Trinidad Jiménez, puede tener las mismas posibilidades que la actual presidenta de gobernar, como si el único atractivo de Aguirre fuera ser mujer. Jiménez no logró la alcaldía de Madrid en 2003 y la nombraron ministra. Sucedió otro tanto con Miguel Sebastián en 2007. Yo quiero presentarme a alcalde de Madrid por el PSOE.
Pero los madrileños no son tontos, y no van a votar a alguien por el mero hecho de haber sido ministro, por ser mujer o tener popularidad en su pueblo. Mucho menos ganará en una región un partido que es gobernante a esfera nacional en un país que económicamente se cae a pedazos. Malos tiempos para remontar el vuelo, el PSOE está kiwi.

MADRID SE HUNDÍA...

Las diferencias entre España y el resto del continente europeo son tan grandes que a veces, para mí, los Pirineos son como una especie de presa hidráulica que aguanta a duras penas por su cara norte todo un mar de civilización, unos flujos diferentes de agua más oxigenada, riachuelos de felicidad raramente quebrantada.

El piso en el que vivo en Bamberg se me antoja utópico en Madrid. Miento. Debe haberlo, pero detrás de él, una cola paralela a la del INEM. Eso es España, coño. Y ahora, pensando (para variar), me he acordado de los tres últimos meses en la capital de mi país. Desastre total. Pagando lo mismo que pago ahora, tenía una habitación y compartía un cuarto de baño con ocho personas. Casi no tenía intimidad, y en los lúgubres desvelos de los viernes noche, el calor siempre iba de la mano del llanto del niño de la casa, dos elementos que me hundían más en la tristeza, la melancolía y la duda: ¿qué he hecho mal? ¿por dónde debería haber empezado?

Ahora me convenzo, cada día más, de que aunque no soy un corredor muy destacado, la pista de atletismo en España tiene muchos baches, y nadie se ocupa de ellos. Me encanta Alemania.

domingo, 8 de agosto de 2010

EL RUGBY NO ES PARA MARIQUITAS

Copyright Rafael González García de Cosío

miércoles, 4 de agosto de 2010

LA DESVALORIZACIÓN DE LA SONRISA

Creo que la sonrisa es como la sal. Que nunca le falte sal a tu vida. Pero tampoco te pases, que luego llegan los infartos. Ayer la patata casi me da un vuelco y no precisamente de alegría, sino de repudio. Una profesora nos daba la bienvenida a los cursos de verano de Bamberg, y no dejó de sonreir en toda la hora que duró su discurso. A priori puede parecer que es algo bueno, que tiene mérito mantener una mueca agradable en el oficio, pero hay que pensarlo otra vez: ¿En serio está bien poner cara de muñeca durante una hora? Ya digo que casi sufro un paro cardíaco de lo nervioso que me ponía verla sonreír (y, lo que es peor, a veces reír) con cada palabra que decía.
Sí, era molesto. Y además, la mujer en cuestión estaba atentando contra el valor de la sonrisa. La cotización de unos labios estirados estaba por los suelos en el parqué madrileño, en Frankfurt y en Tokyo a las 14:00 horas ayer. Precisamente la sonrisa está para mostrarse de manera natural y espontánea, siempre con un motivo concreto (cruce en un camino, intercambio de dinero, indicaciones para ir a un lugar...). No al abuso de sal, no al abuso de la sonrisa.