domingo, 30 de diciembre de 2007

CUANDO TE TOPAS CON EL MITO EN TUS PROPIAS NARICES

Con los deberes cumplidos y otros 8 euritos en el bolsillo, de nuevo abandonaba El Capricho, no sin antes asistir a la explosión de un TNT de la mano del Juli, personaje al que he dado clases de inglés, lengua y naturales (he vuelto a aprender un poco sobre el cuerpo humano).

Opté por ir en dirección oeste, porque la otra vez, que quise pasar por Umbrete, me cogió mucho tiempo. Es un pueblo, como casi todos los españoles, intransitable en un domingo. De modo que llegando a la rotonda del Hotel Solucar diviso numerosos intermitentes, triángulos reflectantes y chalecos de mismas características, y me digo a mí mismo: la Guardia Civil, definitivamente, se lo está currando este año; es la tercera vez que me hacen control. Para mi sorpresa y mientras me voy acercando, un todoterreno que salía de ese presunto control policial en dirección este me hace señas con las luces y brazos para que fuera más lento, cuando comienzo a pensar: digo yo que bajarán el brazo los verdes para que yo pare o no, como suelen hacer. Nada más lejos de la realidad, ni control ni nada. Aquellos maleteros abiertos no estaban siendo registrados, estaban sacando herramientas para asistir a un hombre tendido en la cuneta del Hotel, en posición fetal y con la cabeza cubierta de polvo. Eso es lo que pude ver desde la furgoneta, de la que sólo me bajé para ofrecer mi móvil.

Fui tan iluso como estúpido al pensar que esa gente necesitara ayuda en esos momentos. Eran varias ya las personas que habían parado su vehículo para ayudar al accidentado, y uno de los socorristas esporádicos me agradeció la ayuda: ''no te preocupes, ya está to arreglao, grasia''. Al mismo tiempo se empezaron a oír las sirenas del Suzuki al servicio de la Policía Local del ayuntamiento de Sanlúcar la Mayor; yo decidí, todavía con las luces de emergencia, continuar con mi camino, compartiendo la rotonda con una ambulancia, con las señas del palo reflectante y virtual de otro de los socorristas.

Esto coincide con la visualización de un video en youtube, el de CQC y su apartado proteste ya, http://www.youtube.com/watch?v=F06TIWyG3rA con un toque de humor limitado pero muy bien utilizado en la charla con los políticos, responsables activos o pasivos de nuestra pequeña guerra civil española, los accidentes de tráfico.

No me compraré nunca una moto, no en España.

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