Pero hay cosas que la hacen inmensamente chica. Es difícil toparse con la misma gente que te acompaña a trabajar en el metro todas las mañanas, pero pasa; lo que cada vez es más fácil es toparse con los mismos músicos y pedigüeños que van mendigando dinero entre parada y parada. Y estos sintecho son precisamente los que hacen de una gran ciudad una pobre villa. Porque es que siempre son los mismos, lo cual indica que hacen pasta en los vagones.
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El manco por ambas extremidades que lleva el vaso de plástico cogido con la boca y zarandeándolo para hacer chocar las monedas y así llamar la atención, como también la llama la rumana con el hijo el brazo, al igual que el de la pata de palo con muletas, o el del abrigo marrón y mirada encerada entre tanta mugre con cara de Barbazul y mano encogiendo la calderilla, que dice tener una familia en casa a la que alimentar.
Siempre son los mismos, pero la cantidad de veces que ofician es cada vez mayor, y ya dicen los analistas que con esta crisis que anuncia 3 millones y medio de parados para finales de 2009 aumentará la delincuencia. Yo siempre lo digo: la mejor medicina para cualquier progre de provincias es venir a Madrid o subir a Barcelona y contemplar el problema real de la inmigración; ver, aún así, que son las capitales de comunidades más desarrolladas porque son las más trabajadoras.
Buenas noches y buena suerte a ese futuro 12.5% de parados que nos espera.
1 comentario:
Pues no, nada se sabe de Alotmo, este hombre a desaparecido...
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