miércoles, 25 de diciembre de 2024

Lo de la vivienda

 Angela era la profe de música. De Nueva York, muy de izquierdas. Una de esas personas por las que uno se pregunta: ''qué te ha hecho irte de una de las ciudades más admiradas del mundo para venirte a Heilbronn?''. De hecho, la pregunta se la hice. Su respuesta: ''Nueva York es muy caro para vivir. La gente la tiene idealizada como ciudad, pero tu salario no te da para tener una vivienda en condiciones''. 

Yo escuchaba pacientemente, mientras pensaba: eso me lo imagino perfectamente. Viví en Montreal en 2005, otra ciudad muy popular de Norteamérica, pagando 700€ al mes por una habitación vieja de un noveno piso. Esto de Nueva York díselo especialmente a tus amiguitas de la izquierda europea, que tienen a la Gran Manzana como destino número uno en sus Navidades. Y no es cosa solo de Irene Montero y sus compis, no.

Diles también, por cierto, que el alcalde afroamericano y muy de izquierdas de Nueva York, Eric Adams, escribió en The Economist (The World in 2023) que su gobierno municipal quería acabar con la resistencia de ciertos barrios -muy de izquierdas, como Harlem- a construir más edificios y más altos. Adams presumía de su anhelo para cambiar las regulaciones locales para llevar a cabo lo que economistas liberales europeos como Juan Ramón Rallo llevan pregonando desde hace años: que solo más oferta puede llevar a una reducción del precio de la vivienda. 

Edificios altos en Europa? especuladores! se oye gritar en las mentes progres del viejo continente. Todo mientras planifican sus próximas vacaciones en Nueva York.

lunes, 23 de diciembre de 2024

Eres idiota?

 Adoro la revista Manager. No tengo ningún género de duda de que se trata de la mejor revista euriopea sobre negocios y operaciones empresariales. La publicación pareciera tener ardillas metidas en todas las empresas de Alemania, grandes y medianas, para enterarse de las peleas, pactos y decisiones más secretas de la biutiful pipol de Alemania.

Una excepción es la columnista pija Margret Hucko. En un artículo de enero de 2023 simplista e incomprensiblemente titulado 'parli italiano? (hablas italiano?)', Hucko comenzaba diciendo que de Italia ya había muchas cosas que habían dejado de ser 'bella', entre otras cosas por ''el giro a la derecha'' refiriéndose al triunfo de Meloni.

Entre otras de las cosas que habían dejado de ser 'bellas', estaba la decisión de Maserati de sacar un SUV al mercado, el Maserati Levante. Pobrecita... primero nos llega la derechona al poder, con todo lo que ello conlleva (aunque no nos lo explica, suponemos que es algo más que racismo: clasismo, desigualdad, etc) y para la que no caben celebraciones históricas como el hecho de que Meloni sea la primera mujer en llegar a la presidencia del gobierno italiano -esas celebraciones se reservan a la gente buena de izquierda. Y luego, para colmo, Maserati saca un SUV al mercado. Es para no dormir, oyes.

A Hucko le molesta particularmente que el Levante tenga la bola en la que se enganchan los remolques: ''imagínate que vas por la autopista, camino a Capri, y te encuentras con un Levante tirando de una caravana: esto debería estar prohibido''. Y tu clasismo es de libro, y habría que decirlo muy alto. Hucko demuestra durante todo el artículo esa capacidad innata en mucha progresía continental para dejar dudando al personal: es hipocresía lo suyo o simple ignorancia?

Si quieres que haya más personas que puedan permitirse un Maserati (un berlina, por supuesto), por qué rajar contra esa derecha a la que acusais, como Pedro Sánchez, de ir en Lamborghini a comprar el pan o el periódico?

viernes, 13 de diciembre de 2024

CANARIAS... ABANDONADA?

 En enero de 2023, varios meses antes del adelanto de elecciones y del ''cambio de opinión'' con la amnistía, y mucho antes de los ataques a los jueces tras la avalancha de casos de corrupción en el sanchismo, el columnista Alfonso González Jerez, del diario La Provincia de Las Palmas de Gran Canaria, decía que en España estábamos viviendo una ''anomalía democrática'' y que en 2017 por supuesto que había habido un golpe de Estado en Cataluña. Eso sí, una opinión tan contundente en un periódico provincial -cuyo objetivo en la España de hoy es bailarle el agua al cacique de turno- no podía quedar así, a palo seco, sin añadir un poquito de equidistancia -Feijóo no es Bolsonaro, Sánchez no es Pedro Castillo (claro que no, Alfonso, es que es mucho peor que Pedro Castillo!).

Tampoco faltó un comentario al final de su columna que resume a la perfección el Estado de hemiplejía intelectual del periodismo español: González Jerez pedía paso para el nacionalismo canario ''indispensable'', porque con estos cambios anómalos que vivimos, ''Canarias no puede quedar como parte pasiva de lo que vendrá''. 

Para que lo entiendan más fácilmente: la casa se está quemando, lo han hecho unos ladrones para llevarse la caja fuerte del salón. Llamemos a los bomberos, sí, pero vamos a entrar primero al dormitorio del piso de arriba, que queda otra caja fuerte.

Pero lo ridículo es que cuatro páginas más adelante, hay una noticia que habla de una inversión de 5 millones de euros del Ministerio de Transportes para la Metroguagua de Las Palmas. Dinero nacional para un servicio municipal? Y Canarias está abandonada, dicen?

Está abandonada, sí, pero en los brazos de los extremistas que quieren unas islas sin turismo, fuente principal de ingresos por rechazar tozudamente las exploraciones de petróleo. Cada uno se empobrece como quiere.

lunes, 11 de noviembre de 2024

SEAN

 Conocí a Sean en un viaje de Stuttgart a Berlín en Flixtrain, esa maravilla producto de la liberalización del sistema ferroviario en Alemania, prueba de la superioridad de lo privado. Nuestra jefa nos envió, junto con un tercer colega de Gales, a una conferencia de profesores de inglés.

Sean era inglés, de padre australiano, y había estado en Francia muchos años antes de establecerse en Heilbronn, donde llegó a tener tres hijos con una mujer de la que, en esos momentos, se estaba divorciando -por iniciativa de ella. 

Un cachondo. Así podría definirse simplemente a Sean. Broma detrás de otra y cerveza detrás de otra, como es de esperar en un británico, llegué a la capital alemana con el buen humor que te da haberte partido de risa durante un viaje tan largo.

Pero Sean no era todo risas. A veces podías hablar con él de temas profundos, o mejor dicho podías escucharlo con temas profundos, porque no era alguien que escuchara bien al otro. No es algo que se recomiende a los profesores de inglés, pero sus clientes aparentemente estaban contentos con él. Después de todo, escuchando también se aprende. 

Él era de un discurso muy self-deprecating, como es típico de los ingleses: crítico consigo mismo y al mismo tiempo muy adulador con el otro. A veces, aunque esto no lo noté en Berlín sino durante los pocos encuentros que se sucedieron en Heilbronn, si dabas tu opinión en medio de su homilía, se molestaba respondiendo con un 'no, no, no', como queriendo decir: 'déjalo, yo tengo razón siempre', lo cual me molestaba bastante.

Llegaba muy tarde a nuestros encuentros. A veces media hora y a veces hasta una hora después. Lo invité a mi boda, y dos meses después, aun en plena pandemia, lo invité a mi cumpleaños. Esa fue la última vez que lo vi.

Sean tenía un problema que en España y Alemania llamaríamos alcoholismo y que en el Reino Unido probablemente consideren simplemente falta de control -ya sea en consumo, o en el control de sus consecuencias. Pocos minutos antes de irse, Sean había estando elogiando en el pasillo a mi mujer, con lo guapa que es y lo mucho que vale para todo. Cuando llegó la hora de despedirnos, mi mujer se ofreció a llevar a Sean a su casa, y creo que todos -el profesor de Gales también estaba ahí- pudieron percibir mi cara de poco convencimiento. Aun hoy pienso que si mi mujer no se hubiera ofrecido, Sean y yo aun seríamos amigos. Pero se ofreció, y yo rechacé con una excusa que no recuerdo, pero que incluso un borracho puede decodificar perfectamente en su mundo temporalmente ebrio.

No me acuerdo de quién acabó llevando a su casa a Sean. Es posible que volviera caminando. Yo, desde luego, no tengo el recuerdo en mi memoria de haberlo llevado a su casa. Lo que sí recuerdo son mis mensajes felicitándole la Navidad y él respondiendo con frases muy parcas. Recuerdo anunciarle que pocos meses después, en febrero de 2021, recibiría la nacionalidad alemana y que él me respondió con humor -algo así como ''vas a convertirte en uno de ellos'', pero aun muy parco. Yo sabía que él estaba dolido, pero consigo mismo, no conmigo.

Desde entonces no hablamos más, y tampoco me he esforzado en retomar el contacto.

domingo, 6 de octubre de 2024

Trump, Musk y la polarización según el New York Times

 Pues ya hemos visto a Elon Musk en un mitin junto a Trump. El apoyo ya es oficial, y no solo basado en tuits más o menos indirectos. El hombre más rico del mundo apoyando al candidato más controvertido del mundo libre. La izquierda no sabe que hacer. La consigna es criticar, pero sin pasarse, porque no nos olvidemos que Musk es quien ha acelerado la normalización del coche eléctrico en nuestra era. Lo de los coches eléctricos... no era una cosa de la izquierda?

El cortocircuito ideológico en la redacción del New York Times tiene que ser de aúpa. Hace dos años, en la edición del 22/23 de octubre de 2022, la página 5 del diario norteamericano presentaba dos noticias. La primera, arriba, más grande, hablaba de la polarización de Estados Unidos y de cómo los candidatos (a las legislativas) ignoraban cada vez más los debates abiertos para concentrarse en mítines de sus bases. En la noticia de abajo, el New York Times criticaba cómo los gobiernos republicanos de determinados Estados con fábricas de coches eléctricos como Carolina del Sur se beneficiaban del impulso económico de esta industria, a pesar de ser ''escépticos'' con el cambio climático.

Esta manera de informar invita a un análisis serio desde varios puntos de vista, y me lleva a varias preguntas: si uno es escéptico del cambio climático, tiene que ser hipócrita si se compra un coche eléctrico, pese a que las razones de su compra puedan ser tan variadas? Qué decimos entonces de los usuarios de coches de combustión -incluidos de redactores del NYT- que votan a la izquierda? Y de los gobernadores demócratas en Estados donde desmantelar fábricas de coches de combustión les saldría demasiado caro? Si el NYT denunciaba la polarización y la falta de debate en la noticia de arriba, por qué remarcar que una política asociada a la izquierda se dé en Estados del signo contrario? Si Musk ahora apoya a Trump (no porque Trump esté especialmente a favor de los coches eléctricos, de hecho Musk se ha beneficiado mucho de subvenciones de Biden para sus fábricas en EEUU) sino por muchos otros factores), por qué no se centran más en esa supuesta hipocresía, y ven ahora a Musk como un capitalista despiadado?

Los medios desinforman, pero es interesante ver cómo esa desinformación va variando según las necesidades del momento.

sábado, 28 de septiembre de 2024

La paz en Oriente medio depende de la izquierda occidental, y no de la muerte de Hasan Nasrala

 Han matado a Hasan Nasrala y además su organización, Hizbolá (el partido de Dios) lo ha reconocido rápidamente! bien! pero... y ahora qué? acaso no tomará las riendas otro ahora? ya pasó con Osama bin Laden. El mundo entero aplaudió su muerte en 2011, la foto de Obama y Clinton concentrados en la sala de operaciones conmovió al planeta, y sin embargo apenas tres años después teníamos al Estado islámico ocupando un tercio de Siria e Irak.

Si de verdad queremos la paz en Oriente Medio, habremos de empezar no solo por reconocer el Estado de Israel, tarea ardua ya para una izquierda importante de Europa. Hay que ir mucho más allá. Habría que exigir que todos los países de la región tengan el mismo sistema democrático de Israel.

Por qué? porque si existen organizaciones como Hamás y Hizbolá, ello se debe a la gran cantera de seguidores que provocan tanto el hambre como el analfabetismo. Qué le queda a alguien sin trabajo y sin educación, y posiblemente habiendo perdido a algún familiar en un bombardeo? la solución religiosa. Y por qué? porque su Estado es un estado dictatorial (Siria, Irán) o fallido (Líbano).

En 2022, el ministro de Agricultura alemán con raíces turcas, el ecologista Cem Özdemir, dio una conferencia en Berlín con motivo de su premio Leo Baeck del Consejo Central de los Judíos. Özdemir pertenece al ala 'moderada', pragmática, atlantista y antiislamista de los Verdes, y en su discurso defendía la existencia de Israel y atacaba a los antisemitas que no lo hacían con todo el convencimiento que ello requiere. Sin embargo, Özdemir, en vez que poner su mirada crítica en los países sin democracia que rodean a Israel, mencionó a Estados Unidos, Hungría, Turquía, Polonia, Italia y Suecia -es decir, refiríendose únicamente a países con mayorías de gobierno de derecha, y no críticos con Israel (como España y Noruega)- como países que ponían en peligro la democracia liberal.

Mucho más útil habría sido -sería- liderar un movimiento de izquierda liberal, casi jacobina, para cambiar la realidad política de Oriente Medio. En Europa, práticamente nadie sabe que en el Líbano, por ejemplo, el presidente del país (sin poderes) tiene que ser cristiano, mientras que el primer ministro ha de ser suní y el presidente del parlamento chii. Por qué nadie pone en cuestión un sistema en el que prima la tribu a la que se pertenece y no la competencia o el programa electoral?

La izquierda occidental, tan orgullosa de enarbolar el progreso social y el derrumbamiento del Antiguo Régimen, tiene que hablar más de esto. No digo mandar armas o invadir el Líbano junto con Israel -un país que tiene a árabes como ciudadanos e incluso diputados-, me refiero más bien a un rearme del cerebro y del espíritu crítico ante la raíz del problema.

sábado, 21 de septiembre de 2024

El chip norcoreano en el hombro de Jihyun Park

 Conozco un dicho inglés que no tiene equivalente en español. Y me pregunto por qué, siendo tan magnífico. Se trata de 'have a chip on your shoulder', que se aplica a personas con un comportamiento antipático y negativo por arrastrar lo que éstas creen que fue un maltrato sufrido por otros en el pasado.

Es una expresión que se refiere especialmente a extranjeros que adoptan una actitud de rechazo al país en el que se encuentran. Un caso de manual es el de la norcoreana Jihyun Park, que obtuvo asilo en Reino Unido en 2008 tras huir de su país habiendo pasado por la cárcel y dejando a su padre enfermo en la cama, sabiendo que no volvería a verlo nunca.

Jihyun Park, que entró en el Partido Conservador en 2017, un año después del Brexit, explicó en una entrevista con el Financial Times en 2022 que lo hizo porque había viajado por Europa y no entendía ''que Reino Unido pudiera ser una colonia de todos esos países'', porque a ella le habían contado que ''Reino Unido era un Imperio''.

Esta señorita, analfabeta y desconsiderada porque no sabe que llegó a un país de exiliada pasando fronteras europeas, no británicas, tampoco entiende que su visión de la Unión Europea es exactamente la que tiene Corea del Norte de su vecino del sur; o la que tenía la Alemania comunista de la República Federal de Alemania: que no pueden convertirse en colonias del imperio capitalista americano del que forma parte Corea del Sur y del que formaba -y forma hoy parte, supuestamente- la RFA.

Atreviéndose a llevar su boutade más lejos aún, comparó la UE con una inminbanjan, o sea una de esas mujeres entradas en años encargadas de vigilar a los vecinos y mandar informes al régimen.

Es reconfortante saber que no salío elegida en las elecciones a las que se presentó.

jueves, 19 de septiembre de 2024

No sólo de la fruta vive Macedonia

 Agosto de 2018

Macedonia es un país poco conocido, aunque lo suficientemente cerca de países fuertes para que los estereotipos cundan y roben protagonismo a la Historia, de la que no escasea esta nación balcánica. En concreto su nombre nos hace pensar, al menos a los francófonos e hispanohablantes, en la hiperfamosa ensalada de frutas. Pero más allá del uso que los extranjeros demos al nombre de este país, los propios macedonios ya llevan décadas en un conflicto más importante con Grecia por su topónimo a raíz de un malentendido histórico: es Alejandro Magno macedonio de la región de Grecia o del país fronterizo por el norte? Los macedonios decidirán la respuesta en un referendum a finales de este mes, aunque con una pregunta bien preparada por el Gobierno proeuropeo para buscar el sí: Cambiamos el nombre para contentar a Grecia y así entrar en la UE y la OTAN? Lo de Grecia no es literal. Ni siquiera está en la pregunta. Pero se sobreentiende.

Más allá de frutas y referendos, esta antigua república yugoslava corre el riesgo de hacer olvidar al viajero otro de sus productos más preciados: el vino. Como en otros países del Este de Europa que apuestan por la vinicultura como mayor industria económica, principalmente Moldavia, Macedonia es aún por la indiscutible calidad de sus vinos y la increíble asequibilidad de sus precios un destino paradisíaco para los amantes del vino y el buen comer. Para disfrutar del vino macedonio hace falta desplazarse a las bodegas de la región principal alrededor de Kavadartsi, en el centro del país. En esta población, que en un caluroso día de finales de julio da la impresión de pueblo fantasma, se encuentra la bodega Tikvesh. Normalmente se necesita reserva, pero tuvimos la suerte de encontrarnos con un vigilante comprensivo que nos guió desde el aparcamiento hasta las profundidades de esta bella fábrica de placeres con olor al mejor producto de la mejor fruta de esa macedonia en la que todos pensamos: la uva.

Una vez dentro, y tras haber bajado escaleras decoradas con mosaicos del dios Baco, recorremos -aún de la mano del simpático y profesional vigilante- un pasillo largo de barriles de vino hasta llegar a la puerta de un restaurante en el que nos esperan tres mesas libres para elegir. Las otras dos están ocupadas por turistas rumanos, alemanes y americanos. Hay un cocinero y un camarero, que se lanza a recomendarnos que no pidamos demasiados entrantes puesto que el menú ya incluye mucha comida. Lo cierto es que no son platos abundantes, pero llegan en total a cuatro. De primero ensalada con caviar, de segundo trucha, de tercero bistec de ternera y de cuarto el mejor brownie en mucho tiempo. Todo un menú de boda acompañado continuamente por una degustación de cinco vinos diferentes, servidos dos veces cada uno. En total, los cuatro platos y las diez copas de vino, más dos botellas de regalo para casa, por el módico precio de 28€ por persona. El lector sentirá la tentación de cuestionar la calidad del vino, pero el paladar no engaña, aun sin haber estudiado enología.

Para los conocimientos de todo lo relacionado al vino macedonio ya está el amable camarero, al que no le importa repetir las mismas informaciones en cada mesa y, por supuesto, atender a las preguntas que surjan. Siempre pidiendo permiso para interrumpir las necesarias conversaciones que van surtiendo entre plato y plato, cuya distancia temporal de 20 minutos ha sido meticulosamente diseñada para permitir a los comensales darle a la sinhueso aprovechando que, en esta bodega, la falta de cobertura del móvil obliga a volver a los tiempos en que comer no era compatible con la contemplación de una pantalla en la palma de la mano.

Falta por saber qué cambiará antes, el nombre el país o su imagen infravalorada en el resto del Mundo.

martes, 6 de agosto de 2024

Acabará Nicolás Maduro como el monje Girolamo Savonarola?

 

El día después de proclamarse vencedor de las elecciones en Venezuela, Nicolás Maduro compareció ante los medios con una frase que no sólo reveló una necesidad sospechosa de justificarse, al más puro estilo excusatio non petita accusatio manifesta, sino que días más tarde además resultó ser una frase falsa.

Fue la afirmación ''he dormido como un bebé''. Una frase que ya repitió algunas veces durante su mandato, pero que, tras unas elecciones donde supuestamente tan claramente ha ganado, en teoría no sería necesaria. Lo normal cuando un político festeja un triunfo es decir, al día siguiente, que no ha pegado ojo toda la noche, para denotar la necesidad de celebrar. Pero Maduro, sin que nadie le preguntara, aseveró que durmió bien. Vale. Y esas ojeras, presidente? y ese pelo notablemente más blanco tras solo siete días de protestas de la oposición?

No sólo no necesitaba contarnos cómo durmió. Es que además duerme mal y se le nota.

Todos se preguntan ahora cómo acabará Maduro y su régimen, y la verdad es que la cosa no pinta nada bien para los chavistas latinoamericanos y los ibéricos (Zapatero y los podemitas, que caerán de la escena pública en cuando lo hagan los chavistas primigenios). 

Yo he encontrado ciertos parecidos con el que probablemente sea el primer chavista de la Historia, nacido medio milenio antes que Chávez.

Se trata del monje florentino Girolamo Savonarola. Este clérigo era famoso en la Florencia del siglo XV porque se atrevía a levantar la voz contra la corrupción de la Iglesia (el Papa Alejandro VI llegó a excomulgarlo) y el gobierno ''pagano'' de los Medici.

Igual que Chávez con los gobiernos socialdemócratas de Venezuela que le precedieron.

En cuanto el Rey Carlos VIII de Francia acabó con el gobierno de los Medici en 1494, Savonarola lo celebró como ''castigo de Dios''. En ese año, el monje tomó el poder de facto en Florencia.

Su gobierno se basó en enviar a niños y jóvenes fanáticos por toda la ciudad para amenazar a la clase media y a la adinerada con el objetivo de forzar limosnas para los pobres. Las propiedades no monetarias como cuadros, tapices, libros, muebles y otros objetos de valor las confiscaban igualmente y se tiraban en las famosas ''hogueras de las vanidades'', expresión que siglos más tarde dio título al libro de Tom Wolfe. El mismísimo Sandro Botticelli hizo desaparecer muchos de sus cuadros en aquellas llamas.

La Iglesia impuso un boicot a las celebraciones religiosas de Florencia y el monje acabó siendo apresado. Murió en la horca, y su cadáver acabó quemándose en las mismas llamas de Piazza della Signoria donde él organizó las hogueras de las vanidades.

Que sigas durmiendo bien, Maduro.

lunes, 29 de julio de 2024

El Estado es responsable de la guerra, así que pidamos más Estado

 No podemos competir con la izquierda en demagogia porque ahí se mueve como cerdo en la mierda. Fíjense que cuando empieza una guerra, sea ésta en Ucrania o en Gaza, la izquierda radical -pero también algunos en la moderada-, para huir de la responsabilidad de buscar a sus provocadores, centra sus críticas en las ganancias de la industria armamentística, olvidando un detalle esencial: no es la industria armamentística la que declara guerras, sino los Estados.

Cuando dos empresas entran en conflicto, se ven en los juzgados. Si son dos Estados o, como es el caso de las guerras modernas, un Estado el que entra unilateralmente en otro invadiéndolo, entonces hablamos de guerra. Y esta tiene consecuencias para todo el mundo, no solo para el Estado en cuestión. En el diario progresista Süddeutsche Zeitung leía el otro día que la gran inflación se 2022 se debía, entre otros factores, a la interrupción de las cadenas de suministro con causas tan nimias como la falta de granjeros en Ucrania que se ocupen de ordeñar vacas porque los hombres son llamados al frente.

La inflación, causa del capitalismo? Canal Red, estais leyendo esto? Sois vosotros y vuestra obsesión estatista.

sábado, 20 de julio de 2024

Simon Kuper como ejemplo de corresponsal torticero

 Simon Kuper es ese articulista del Financial Times que, allá por 2018, se atrevió a decir que México era más pobre que Estados Unidos porque los españoles se dedicaron a explotar los minerales en una cultura del esclavismo, sin invertir en el capital humano ni diversificar la economía. Una falsedad como un templo, como demuestran países hispanohablantes ricos aun hoy en metales como Chile.

Años más tarde, Kuper opinaba sobre la reacción de la nación española al golpe de Estado de los separatistas catalanes de 2017. En 2022, el columnista inglés, que había estado un año viviendo en  Madrid, se atrevió a decir que las banderas españolas que surgieron en los balcones de aquel otoño gris de 2017 se encontraban en los barrios burgueses de Madrid.

Mentira! Parece que no estuvo en Sevilla.

Yo recuerdo muy bien viajar a Sevilla en otoño e invierno y ver no solo Los Remedios sino también Nervión, Centro y Sevilla Este llenos de banderas de España. Es cierto, lamentablemente, que a más nivel económico más banderas se veían, pero un buen periodista podría analizar aquí también el papel que juegan los ahorros para comprar una bandera -o más aún: para poder permitirse un balcón, que es donde mejor relucen.

Kuper decía que en Barcelona, las banderas eran catalanas 'de varias versiones'. Falso de nuevo. La totalidad de las banderas exhibidas en Cataluña desde 2017 hasta los indultos de 2021 eran separatistas: la estelada. 

Acabó su análisis sobre el referendum ilegal comentándole al despistado lector del Financial Times que la política de rebaja de tensiones era impresionante, y que los indultos habían llevado a los separatistas a bajar en las encuestas. Falso. No hay ninguna rebaja de tensiones porque se ha escuchado mucho en los últimos meses un nuevo intento de referendum y ataque a la Constitución. Y la bajada en las encuestas no se debe, en ningún caso, a una bajada del interés separatista. Es en todo caso cansancio por los partidos tradicionales separatistas y sus pactos con un partido que en Cataluña se ve españolista pero que en el resto de España se ve proseparatista (PSOE); estado de standby porque cierto es que en España el separatismo siempre se ha venido arriba con gobiernos nacionales de derechas; y por último porque hay mucho votante de izquierdas catalanista que se balancea entre el independentismo abierto y un regionalismo succionador como el del PSC.

Pero esto es demasiada información para un periodista que 'viaja en tren de alta velocidad en una misión de estudio alimentada por un marisco glorioso' (sic). 

jueves, 11 de julio de 2024

Los enemigos de mis enemigos son mis amigos -y tontos como yo

 Hay un periodista húngaro, András Arató (no confundir con el húngaro famoso del meme), que de vez en cuando escribe en el periódico alemán progresista Süddeutsche Zeitung. Sus artículos denuncian la política nacionalista y populista de Viktor Orban.

Tras las últimas elecciones húngaras de abril de 2022, que Orban volvió a ganar con más de dos tercios de los diputados del parlamento y que le permitirán estar 16 años ininterrumpidos en el poder, Arató denunció en su artículo 'Was er versteht' (lo que él entiende) que las semanas previas a las elecciones fueron 'de todo menos decentes', y enumeró las medidas de compra de votos de Orban: una pensión extra anual, transferencia de 200 euros a cada pensionista y una devolución especial de Hacienda a los jóvenes. Además, denunciaba que la comunicación del gobierno respecto a la guerra de Putin estaba llena de 'mentiras', cuando Orban afirmaba, por ejemplo, que la oposición quería mandar a los hijos a luchar.

Regalo de dinero, compra de votos a pensionistas y jóvenes, mentiras sobre la oposición... estaba criticando a Orban o a Pedro Sánchez?

Lo interesante es que, en ese mismo artículo, Arató mencionaba que había dado una entrevista a una periodista española. La periodista hispana le había preguntado por qué Orban no tenía carteles de propaganda electoral en las calles, y por qué sólo aparecían políticos de la oposición. Arató escribió en su artículo irónicamente que 'la periodista no sabía húngaro', porque los carteles mostraban a políticos opositores, en efecto, pero con textos que pedían poco menos que ir a por ellos en las elecciones.

He buscado en Google por todas partes, y no he encontrado esa entrevista con una periodista española o latinoamericana (en caso de que se hubiera equivocado con la nacionalidad). Pero si tuvo lugar, me puedo imaginar muy bien que habría sido una periodista del espectro ideológico de la izquierda. Vamos, de los que buscan más allá de las fronteras españolas para criticar autocracias populistas para no hablar de la autocracia populista que sufren los españoles con un presidente 'de izquierdas'. 

Pero una cosa está clara: si es cierto que los enemigos de mis enemigos son mis amigos, también es cierto que a veces también son tan tontos como uno mismo.

viernes, 21 de junio de 2024

PERIODISMO BRILLANTE Y CUQUI

 Hay dos periodistas españoles brillantes: Carlos Alsina y Jorge Bustos. El valenciano y el madrileño han sido especialmente valientes en su labor fiscalizadora del sanchismo, uno en la radio y el otro en un periódico. Pero a los dos les une una coincidencia aun más poderosa: son representantes de un periodismo brillante y sin embargo cuqui, por su equidistancia con dos supuestos extremos que no existen.

Iré al grano: en España la extrema derecha española no existe. Existen los separatismos postcarlistas del PNV y Puigdemont. Esto sería lo más parecido a un nacionalismo extremo.

Sin embargo, los periodistas equidistantes cuquis, que son más de dos aunque Bustos y Alsina sean sus dos mejores representantes, están convencidos de que Vox sí es un nacionalismo español al que hay que combatir o al menos atacar con la misma fruición que a Puigdemont o a Sánchez. Esa necesidad no sale de un verdadero convencimiento, sino del Kopfkino (película en la cabeza, dicen los alemanes) de saberse en el centro, que no es un centro tan político como arbitral. 

Diera la impresión de que Vox se les apareció como la Virgen en Lourdes para servirse de su existencia y así poder demostrarle a la izquierda que, cuando le atacan, lo hacen desde el centro, no desde la extrema derecha en donde esa misma izquierda les situaba antes de Vox (y en realidad también después).

El 14 de junio de 2021, Bustos explicaba su gloriosa biografía y su conversión del conservadurismo al liberalismo de esta manera: ''de joven quería hacer literatura de vanguardia. Probablemente, si hubiera perserverado en ese corpus, sería un precursor de Vox. Pero luego crecí, maduré y viajé''.

Yo, que he crecido, madurado y viajado a 98 países (a Irán, Pakistán y al Líbano, no solo a Londres y París), y que por cierto era tan autoexigente y moralista como él decía serlo a los 15 años, le puedo decir que uno no madura para colocarse en el centro del barco cuando este está tan escorado a la izquierda que  está a punto de hundirse.

sábado, 4 de mayo de 2024

El sucio terreno en el que te obligan a argumentar sobre el aborto

Soy un gran seguidor de Charlie Hebdo, por lo que tiene de jacobino medio fiscalizador de la izquierda, incluída la extremista de Melenchon echada al monte con los islamistas.

Sin embargo, de vez en cuando se cuela algún pedorro o pedorra que, a mi modo de ver, tiene más de élite woke a la que azuzan con regularidad en Charlie Hebdo que de colaboradora de este medio.

Es el caso, por ejemplo, de Laure Daussy, que en mayo de 2022 comenzaba una columna sobre el fin de la doctrina Roe vs. Wade (que normalizó el aborto en Estados Unidos) diciendo que era una paradoja que esto se produjera ''en un país que se identifica con la libertad''. No es paradoja, señora, porque eso implicaría que el aborto, automáticamente, es para usted algo incluído en el paquete de las libertades naturales. Déjeme explicárselo con un ejemplo que va a entender muy bien usted. Como asumo que está usted en contra de la venta masiva y sin restricciones de armas en Estados Unidos, un fenómeno que muchos entienden como un derecho o una libertad, no se atrevería usted a decir nunca que una manifestación contra la industria o las asociaciones de armas sería una paradoja en el país de la libertad, correcto?

Continuó Daussy concretando esta libertad como ''libertad fundamental del derecho a disponer de su cuerpo''. No mujer. Es que no es tu cuerpo. Como dice Francisco Gijón, si quieres decidir sobre tu cuerpo, extírpate la matriz o el útero antes de emprender relaciones sexuales. La mejor prueba de que la mujer no puede decidir sobre su cuerpo es que un embarazo se produce si así lo quiere la naturaleza. Tampoco decide sobre la salud, inteligencia o físico de la criatura que da a luz.

Ya sé lo que muchos pensarán al leer esto: qué escándalo! un hombre blanco tenía que ser el que lo escribiera! Y es que lamentablemente, en tiempos de cancel culture, se ha puesto de moda cancelar especialmente a los hombres antiabortistas. Pero esto es tan estúpido como prohibirle a un hombre o a una mujer dar su opinión sobre la tauromaquia por no ser un toro.

En fin, este es el terreno al que nos llevan para argumentar. Pero hay que negarse a debatir desde ahí.

miércoles, 1 de mayo de 2024

La muy laxa ley de extranjería de Francia

 La izquierda está últimamente poniendo de moda la mentira como baza contra la propia mentira. Es fascinante. Y no es una maniobra monopolizada por Pedro Sánchez, aunque el artista se acabe de lucir en TVE acusando a Feijoo que querer que su mujer se quede en casa (qué mejor para resucitar a Franco que verlo en cualquier adversario político montándote una peliculita-bulo en prime time?).

No, estas obras de arte se ven también de vez en cuando en la prensa, no necesariamente El País. En Le Monde Diplomatique escribió por ejemplo Vincent Sizaire sobre la Ley de Extranjería del país galo. Queriendo demostrar que, al contrario de lo que dicen derechistas como Jordan Bardella, esta ley es más restrictiva de lo que muchos piensas, fue lo suficientemente atrevido para citar párrafos de la legislación con la intención de demostrar que Francia es un bunker ante la inmigración descontrolada, sin darse cuenta quizá que hacía el ridículo.

Antes de citar extractos del artículo de Sizaire, querría recordar aquí que sufrí una auténtica odisea para conseguir mi visado a Pakistán en diciembre de 2023, porque primero me pedían una invitación de un paquistaní y luego esta invitación no podía ser en un papel o carta cualquiera, sino que tenía que ser ante notario y con un papel especial. Luego exigían fotocopia del DNI paquistaní, en un país donde el DNI es un producto casi de lujo, algo así como exigir una piscina en su casa a un europeo. 

Según la Ley de Extranjería que cita Sizaire, La Administración ''podría denegar el visado en caso de riesgo demostrado de desviación de su propósito''. Seamos sinceros: qué persona extranjera postulando para un visado demuestra una desviación de propósito, o cómo lo averigua un funcionario francés a tenor de los documentos requeridos?

Segundo: la persona que desea hacer venir a sus allegados (no invitar a un turista desconocido, como me pedían a mí en Paquistán, sino traer a varios familiares) ''debe probar que dispone de un alojamiento adecuado -en especial, en número de habitaciones''. Desconozco si el funcionario francés tiene poder para rechazar que en una habitación quepan cuatro en vez de uno, dado que es legítimo tener dos literas. Además de sofá cama en el salón. Para Sizaire, esto son medidas que dan ''amplio margen de juicio'', pero lo cierto es que si yo fuera funcionario, lo tendría muy difícil para rechazar dadas estas condiciones.

Tercero, se exige que el solicitante acate ''los principios esenciales que, de conformidad con las Leyes de la República, guian la vida familiar en Francia''. De nuevo, qué demandante de visado va a poner en el cuadro de observaciones que viene al país para no respetar los principios republicanos?



miércoles, 24 de enero de 2024

DICEN QUE ALEMANIA ESTÁ INDIGNADA

 Escribo estas líneas mientras Deutsche Bahn (DB), la empresa pública de ferrocarriles alemana, comienza una huelga de seis días (seis!). No es la primera huelga de los últimos meses. En un año, creo que es la cuarta convocatoria, o la quinta. Pero sí es la más larga hasta la fecha. Gracias a Dios no me afecta, porque la línea que conecta mi pueblo con la ciudad en la que trabajo la opera una empresa privada, y hacen mucho menos huelga.

Me resulta curioso que escándalos así, como que una empresa casi monopolística del Estado niegue el derecho al transporte a los ciudadanos -muchos de ellos, como los estudiantes, sin opción de coche-, no lleven a la gente a manifestarse en la calle. En estos últimos días se han conocido dos grandes movilizaciones en Alemania: una de agricultores contra el recorte de subvenciones del gobierno y otra contra el ascenso de la AfD. 

Alemania, país se poetas y pensadores, como suelen decir humorísticamente aquí, parece muy confundida. No se manifiesta por una solución (pongamos por ejemplo la privatización de DB, que ya se ha dado en determinados trayectos) para tener un mejor servicio de trenes, como está demostrado con la empresa de trenes que opera la línea de mi pueblo; pero sí sale en masa a la calle para pedir solución a dos 'problemas' mucho más difíciles de resolver: volver a subvencionar a un colectivo cuando no hay dinero, y prohibir un partido al que las encuestas dan ahora mismo en torno a 10 millones de votos.

Pero quiénes se manifiestan en contra de la AfD? No puedo juzgar a todos, pero sí a los 3-4 conocidos que tengo que no suelen expresarse públicamente sobre política pero sí se han lanzado estos días a hacerlo. Evidentemente, voy a cambiar los nombres.

- Están Anne y Ralph, viejos amigos amabilísimos, la primera familia que conocí en Alemania, en el lejano 2007. Anne, hace un mes, me preguntó sorprendida -mejor dicho, con miedo- qué hacía en Pakistán. Es decir, ya podeis lapidarme por presumido o arrogante, pero el mismo desconocimiento ganado en los medios de comunicación mainstream sobre países como Pakistán es el que les lleva a manifestarse en la calle contra 'los nazis'.

- Está Lisa, una cliente esposa de un trabajador en Lidl. He enseñado español a ambos. Una cliente con poca paciencia y mal humor ya en la primera clase. Me esforcé sólo porque el marido sí era mucho más agradable. Llamadme sensible, pero una persona que es arisca y responde mal a una pregunta durante una clase no puede juzgar a toda la gente que vota a un partido, o a todos sus políticos.

- Luego está Laura, otra alumna mía de español. Entre sus lecturas estaba, según me dijo un día, las memorias de la multimillonaria Michelle Obama, 'Becoming'. Lo curioso es que un día me confesó que su marido era político de la CDU. Podrías decir, querido lector, que no deben de dormir en el mismo colchón por no ser de la misma condición, pero te equivocas. Hoy no hay nada más parecido que el partido político CDU y Michelle Obama. Pues bien, esta Laura es otra de las sorprendidas de que me fuera a Pakistán, y no solo eso: en 2022 me dijo que nunca salía fuera de Europa, por miedo a volar y porque no le interesaba el tercer mundo. Fuente primaria de información? la cadena pública de televisión ARD o libros como 'Becoming'. Sí, soy arrogante, lo sé, pero es lo que hay.

Hoy he leído también una estadística del 16 de enero de 2022 en el Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, según la cual el precio de los impuestos, tasas y tarifas de la luz se incrementó entre 1998 y 2021 en un 304%, mientras que los costes de producción sólo lo hicieron un 21%. Y estoy hablando de datos hasta 2021! sin contar con el sablazo que nos volvieron a dar el año pasado. Como suelo decirle a mi mujer, nosotros tenemos suerte porque nos va bien con el dinero. Pero qué hay de los alemanes de clase media baja? Qué ven más como riesgo, la llegada de la AfD o la factura de la luz?

Yo no creo que Alemania tenga tantos problemas como la AfD dice que tenemos. Más que nada porque basta con compararse con alrededor. Sí es cierto que hay cosas estancadas y un riesgo considerable de que la productividad y la prosperidad de las últimas décadas de vaya a pique. Lo que sí tengo muy claro, y eso lo digo como alguien que siempre ha acusado a la AfD de apoyar al separatismo catalán, es que la AfD ahora mismo no es ni de lejos el mayor problema de Alemania.


jueves, 18 de enero de 2024

LA ABERRACIÓN DEL CAMBIO DE DISMINUIDO A DISCAPACITADO

 


 

 Que disminuído ofenda y discapacitado no, a mí me lo tiene que explicar un experto en gramática, porque no me vale un Jorge Javier Vázquez cualquiera. Por qué disminuido, de disminuir, de repente es un insulto, mientras que discapacitado -de no tener la capacidad- es correcto?

Peor aún es la explicación de ese diputado del PSOE que denuncia que en los 70 le llamaran 'subnormal'. Obviamente, su objetivo real no es denunciar el término, sino la era en la que le llamaban (supuestamente) así: el franquismo. Su estrategia es espléndida. Se refiere a 'subnormal' no como término recogido en una ley franquista, porque es mentira, sino a los insultos típicos de la sociedad que hoy siguen existiendo, aunque evolucionen. Además, el diputado olvida que, si los 70 eran años autoritarios de a pelo y sin complejos, eso no se daba sólo en la España franquista. En los Estados Unidos de Jimmy Carter y en la Alemania de Franz Josef Strauß también se atizaba a los niños con una regla en el colegio.

Es decir, tenemos a un diputado argumentando el cambio de un concepto en la Constitución con un insulto oral de hace cinco décadas. 

Voy a intentar decir esto con humildad, porque no viví los 70, aunque sí los 90, en los que 'subnormal', en el colegio, era un insulto perfectamente homologable a 'capullo', que hoy sigue sin estar mal visto entre amigos: los que hoy aplauden en el Congreso (incluído el PP) son lo suficientemente soberbios para creer que saben identificar la línea temporal invisible en la que una palabra deja de ser aceptable y consensuable para convertirse en malsonante y ofensiva. Qué digo, para convertirse en inconstitucional.

Y esto que yo escribo no se han atrevido a comentarlo mis estimados Alsina, De la Torre o Herrera porque, al haberlo aprobado también el PP, no pasa el filtro para ser criticable. De locos.

jueves, 11 de enero de 2024

Dios nos libre del qué hay de lo mío sin límite de velocidad

 Mi admirado profesor Juan Francisco Fuentes dice que es muy sano tener una mezcla de ideologías y no ceñirse siempre a los elementos típicos de una tendencia política. Estoy de acuerdo, porque además la mayoría de la gente es así. Casi la totalidad de gente que conozco de 'derechas' tiene ciertos elementos progres, y la casi totalidad de gente progresista que conozco desea también ciertos elementos conservadores y relativos al orden en su entorno.

Más interesante aún me resulta la gente que, coincidiendo en la mayoría de sus postulados, me repele enormemente. Cómo es posible que una persona comparta todos mis postulados para una vida justa, y sin embargo su manera de exponerlos, metiendo de por medio una sola opinión, eche todo a perder?

Es el caso de una carta al director del Heilbronner Stimme, en diciembre de 2021, del ciudadano Josef Csantis de Weinsberg. Traduzco la carta -inédita en español hasta ahora:

Futuro sombrío

Sobre las ayudas estatales a empresas

Empresas más pequeñas y autónomos tienen que devolver las ayudas. Nuestra democracia está siendo desguazada. Aun los ciudadanos tienen la oportunidad de frenar esto en las elecciones, pero quién sabe por cuánto tiempo. Qué nos amenaza? Confinamiento, obligación de vacunarse, límites a la velocidad, prohibición de conducir a los 60, trabajar más allá de los 70, aumento de precio sin fin, escasez de alimentos y materiales industriales, vivienda impagable  y mucho más. Mientras ancianos y sintecho duerman en la calle y tengan que recoger botellas para sobrevivir [en Alemania el reciclaje de botellas devuelve dinero al consumidor], nuestro futuro es muy sombrío. Estos ancianos han hecho posible nuestro bienestar con su duro trabajo, y hoy los dejamos caer. Algunos son daños colaterales que se van aceptando. Un cómico dijo una vez: ''Tengo miedo de la actualidad. No necesito futuro''.

Dejando a un margen comentarios sobre la demagogia de la recogida de botellas, pues el que recoge botellas también tiene manos para recoger los millones de espárragos que Alemania deja pudrirse en el suelo cuando no vienen suficientes rumanos a trabajar el campo, el señor Csantis y yo coincidimos especialmente en el miedo a la imposición de límites de velocidad. Es una medida en el debate público de Alemania, un país que se precia por ser el único del mundo aún con tramos de autopista sin límites de velocidad. Y cualquiera con dos dedos de frente entiende que las muertes en accidentes de tráfico, en su mayoría, suceden en carreteras comarcales. En la autopista, el gran problema es el abuso del carril de en medio, algo que no está lo suficientemente perseguido o penado en Alemania.

Csantis demuestra ser un prototipo de votante derechista germánico con demasiados tintes para hacerse pasar por peronista nacionalista si viviera en Argentina y no en Europa central. Primero, por la crítica a la devolución de ayudas al Estado. En la misma edición del progresista Heilbronner Stimme donde apareció la carta, las noticias informaban de que esas ayudas tenían que devolverlas aquellas empresas o autónomos que las habían recibido sin justificación o de manera ilegal. Por ejemplo, un restaurante que hubiera despedido a trabajadores y que hubiera empleado en negro a familiares. Mientras leía esa noticia, me acordé también de un caso personal. En febrero y marzo de 2020 yo estuve por primera vez en mi vida apuntado al paro. La empresa para la que había planeado un par de cursos que fueron cancelados por los confinamientos me ofreció una ayuda estatal bastante generosa, cubriendo los honorarios de los que tuve que prescindir por cobrar el paro. Mi respuesta a la empresa fue de gratitud, pero rechazando esas ayudas, porque sabía que tarde o temprano detectarían el fraude de cobrar el paro y, paralelamente, unos honorarios o la ayuda correspondiente por no recibirlos. No se da cuenta Josef Csantis de que, con esos millones de ayuda que el Estado habría perdido, habría menos recursos para ayudar a esos ancianos de los que habla?

Pero permítanme que dude de que este Csantis se preocupe de verdad por los ancianos. En realidad es un argumento emocional para que gente que en circumstancias normales no estaría de acuerdo con su artículo acabe convencido de que tiene razón. Quién no piensa con ira en el horror de ser viejo y pobre?

Otra cosa sorprendente es hablar de la escasez de alimentos mientras se habla de lo caros que son. Yo le aseguro a Csantis que si el papel higiénico hubiera visto triplicado su precio por decreto ministerial en abril de 2020, habría habido de todo menos escasez.

Y es que, por favor, no vean odio en este comentario, pero soy un fan de las autopistas sin límites de velocidad. Lo que no me gusta es imaginarme a este ciudadano ocupando el carril de en medio, con pegatinas detrás de su coche pidiendo jubilación a los 60, ayudas sin límite del Estado y espárragos made in Germany a precio de papel higiénico.