Yo, que desde hace un año sólo leo libros en mis ratos ociosos, voy a acabar como el ingenioso hidalgo. Solo que yo no tengo haciendas para vender ni otras riquezas que sacrificar. Hay otros hidalgos -mariquita el que deje algo- con los que he pasado este finde en Alzcázar de San Juan, Ciudad Real, y pese a que no eran de mi rollo, el viajecito a Castilla-la Nueva ha vuelto a llenarme por dentro de repelús, más o menos el que me dio al visitar Castilla-la Vieja hace dos semanas.
Estos son los molinos de Criptana, 9 en total si no recuerdo mal. Saqué la foto con el móvil porque la cámara con la que hicimos nuestros trastos en el Cerro de San Antón nos la dejamos en casa. Ya vendrán. Todo viene. Desde el cerro se podían ver los 5 sentidos que reza el anuncio. La autovía de los Viñedos, suelo amarillo, Alcázar, montañas, cielo y tiempo. Todo el tiempo del mundo. Para ver esta maravilla que nunca me he parado a ver sino en el asiento del tren que me llevaba de norte a sur y viceversa.
1 comentario:
Bonita entrada, a propósito de libros, a ver si terminas el de los números primos y me lo puedes (o no,si no te ha gustado) aconsejar como próxima lectura...
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